Josephine Bellec, una joven aspirante a diseñadora de moda, acaba de pausar sus estudios para contribuir en la solución de los problemas económicos que persiguen a su familia desde que su hermana menor, Jasmine, fue diagnosticada con leucemia linfoblástica aguda. No solo han cambiado los aspectos exteriores desde que recibieron aquella fatídica noticia: también han cambiado ellos. La familia Bellec cada vez está más separada. Josephine tiene que lidiar constantemente con la agresividad de su padre; la pasividad de su madre; y la aparente indiferencia de su hermana mayor.
Mientras tanto también intenta que Jasmine no se vea arrastrada por el estado de apatía que le ha ocasionado su enfermedad. Por ello decide hacerse donante de médula y hacerle ver con ese acto altruista que no todo está perdido. Lo que nunca imaginaría es que alguien estaba esperando esa filantropía con urgencia y, que además de sanarle físicamente, la necesitaría a ella para curar las heridas emocionales que deja el cáncer.