Dentro del templo sagrado, los cuatro guerreros se vieron obligados a detenerse, se sentían impotentes ante tal acontecimiento: La escencia de la maldición estaba rodeando el cuerpo inmóvil de su hermana cada vez más, quien emitía pequeños quejidos de dolor. Si no hacían algo pronto la consumirá por completo.
-¡Kalula!- gritaron ellos preocupados
-Es inútil, no puede abrir los ojos- dijo consternado el etherion de cabello mas corto
-¡Entonces hay que hacer que los abra!
El guerrero de la melena intentó acercándosele pero Kunihiro se lo impidió
-¿Qué crees que haces? ¡Déjame pasar!
-No Koji, no podemos hacer nada...
-¿¡Pero que estás diciendo!? ¿¡Piensas dejarla así nada mas!?
-Tranquilízate ¿Quieres?- le tomó del hombro el otro joven de cabello irregular- él tiene razón, es peligroso si llegamos a irrumpirla en ese estado- le decía para calmarlo, éste lo miró de reojo aún exaltado- lo que está haciendo la maldición ahora es tratar de controlar su mente, luego seguirá su corazón y por último su cuerpo hasta que ya no quede nada de ella.
-¿Entonces qué sugieres que hagamos?- le preguntó impaciente
-Lo único que podemos hacer es esperar y rezar- habló esta vez Kentaro seriamente- tiene que hacerlo por sí misma, si encuentra su fuerza interior entonces abrirá los ojos.
-Cálmate, no eres el único preocupado...- le volvió a hablar Kim consiguiendo tranquilizarlo al fin.
-Kalula por favor, mira hacia la luz... No entres en la oscuridad...- musitó el etherion de la melena suplicando.
Mientras tanto dentro de la mente de la peli verde, aquella extraña mujer aún la tenía rodeada entre sus brazos jugando con su cabello.
No podía moverse a su libertad y sus ojos se habían nublado clavando su mirada a un punto indeterminado de ese espacio vacío y oscuro.
-Pero qué...- vaciló algunas palabras
Ella se separó unos centímetros para poder mirarla al rostro.
-Ya no tienes nada de qué preocuparte, ahora estas conmigo y nadie más Kalula- le habló con suma tranquilidad- Piensa sólo en mí, mírame solo a mí. No permitas que nadie se interponga entre nosotras por favor, ¿Lo entiendes?- le pidió con ojos suplicantes
-Hermanos...- soltó en un hilito de voz
-¿Entonces aún los recuerdas?- frunció levemente el ceño molesta, la tomó de su mentón y apoyó su frente con la de ella- Dime ¿Realmente eran buenos contigo? ¿Acaso nunca te trataron mal?
-Ellos siempre fueron buenos conmigo, a pesar de que me vuelven loca y me hacen enfadar en ocasiones, estoy realmente feliz por estar a verlos...
-No me digas, piénsalo bien. Puedes equivocarte...
La joven abrió sus ojos más de lo usual recobrando el sentido de la vista, ¿Escuchó bien? ¿Dijo que podría estar equivocada? Sintió como unas manos la tocaron por detrás tomándola por sorpresa.
Exaltada, se volteó bruscamente preparándose para pelear pero al ver que se trataba de su familia relajó la postura casi de inmediato
-¡Chicos, que bueno que están aquí!- exclamó dichosa, les daba mucho gusto verlos
-Todo esto ha sido culpa tuya- le apuntó el etherion de cabello irregular
-¿Kim?- repitió algo confundida.
-Si no hubiese sido por ti, no habríamos tenido que venir a este planeta en primer lugar- continuó Kunihiro
-Pero Kun...
-Él tiene razón- le siguió la corriente Kojiro cruzándose de brazos- desperdiciamos todos estos años buscándote solo para ver lo débil que te has puesto- respondió con dureza
-Asi es, es vergonzoso para nuestra raza que alguien como tu ni siquiera sepa controlar sus propios poderes ¿Qué clase de peleadora eres?- le preguntó Kentaro con severidad- con ese nivel tan bajo ¿Crees que serás capaz de derrotar a Akuma? No me hagas reír
-Kenta... Koji...
Los miró con unos pequeños brotes en sus ojos, estaba a punto de desprender lágrimas. Estaba atónita, le dolía, no podía creer lo que estaba escuchando.
-¿Por qué? Juntos prometimos que a pesar de lo que sucediera, jamas nos íbamos a separar. Prometimos luchar juntos como familia y proteger este planeta, también dijimos que siempre nos cuidaríamos mutuamente ¿Lo olvidaron?- insistió ella tratando de hacerles entrar en razón.
-¡Ya basta!- le cortó en seco Kojiro
-Ya fue suficiente...- prosiguió Kunihiro un tanto cansado
-Pero chicos...
-En primer lugar, no tenemos el porque proteger la Tierra estando Goku y los demás. Son lo bastantes fuertes como para estar pidiendo ayuda ¿No crees?- señaló esta vez Kim
-Ademas no tenemos nada que ver con los terrícolas, todo lo que pase aquí nos es indiferente. No entiendo porque razón debemos pelear y arriesgar nuestras vidas, es estúpido
-Se equivocan...- respondió ella
-A ver si entiendes esto...- bramó Kojiro tratando de hablar con la poca paciencia que tenia- No nos importan, ¿Comprendes?
-No es cierto...- insistió terca
-Olvidemos todo esto y larguémonos de aquí- terminó de decir el etherion de la armadura animal
-¡No lo haré!- contestó con firmeza.
Al poco tiempo fue iluminada por un rayo de luz que brillaba con fuerza.
-Hicimos un pacto el cual fue unirnos a la lucha con nuestros amigos. No podemos olvidar que hicimos una promesa, es nuestro deber cumplirla y nada debe interponerse en nuestros objetivos, debemos seguir hasta el final. ¡Yo mantendré mi promesa! ¡Ustedes también deben hacerlo!- les regañó sintiéndose indignada- No voy a defraudar a toda esa gente que confió en mí. Sé que hago lo correcto- finalizó haciéndolos desaparecer, todo resultó ser falso, sabía que eran incapaces de decir semejantes barbaridades
-Ya veo... Si crees en ellos...- respondió la mujer de la túnica volviendo a aparecer- ¿Pero qué me dices de él?
De su mano apareció una diminuta esfera de energía, esta comienza a agrandarse hasta tomar la forma de una persona muy cercana a la susodicha.
-¡Es Piccolo!- exclamó sorprendida.