Había una gran conmoción en la corporación cápsula, otra vez ella... ¡Otra vez Zira había vuelto a atacar! Pero en esta ocasión, no fue para acabar con todos... Más bien, pareciera que fue para darles un buen susto...
La joven sentía un vuelco en el pecho mientras se recogía el cabello; estaba angustiada, temia que esa mujer pudiera hacerle algo a aquel namekusei.
"-Te gusta ¿Verdad?... ¡Estoy hablando de Piccolo!..."
No pudo evitar sonrojarse, si bien aquello era verdad pero le apenaba saber que Zira lo había dejado en evidencia. En el fondo, imploraba que nadie le haya prestado atención a sus palabras, se trataba de algo nuevo y delicado.
-Piccolo...- murmuró
Volteó a ver por unos momentos a los terrícolas para cerciorarse de su estado, estaban bien por suerte. Eso le tranquilizaba pero aquella fase de paz duró muy poco... Nuevamente aquel agujero negro volvió a aparecer y éste estaba tomando mayor tamaño.
Los guerreros tomaron posición de combate preparándose para lo que sucedería a continuación, al poco tiempo notaron como los fieles sirvientes del Darkathan dieron su aparición y pisaron la corporación cápsula.
-Esto es malo...- alcanzó a decir Gohan con el ceño fruncido
-"Por fin algo de acción"- pensó el orgulloso príncipe y se abalanzó hacia ellos
-¡Espera, Vegeta!- dijo la joven tratando de detenerlo
-¡Kalula!- le gritó su hermano de la melena colocándose delante suyo acompañado del otro joven- ¿Tienes idea de adónde se dirige Zira?
Abrió los ojos un poco mas de lo usual recordando lo de hace unos instantes...
-"Asi que Piccolo ¿Eh?... Acabaré con él de la forma más dolorosa que te puedas imaginar..."
Aún no comprendía que pretendía hacer con Piccolo pero sabía que iba tras él. Respondió asintiendo con la cabeza
-¡Tienes que ir a prevenirlo!- le dijo Kim
-¡Kalula, nosotros nos encargaremos de esto!
-Pero...- balbuceó no muy convencida
-Mejor ve y no te preocupes por nosotros- le dijo Goku quien acababa de llegar
-¡Apresúrate! ¡No pierdas tiempo!- le habló esta vez Krilin
Se quedó inmóvil por unos segundos pero asintió retirándose rápidamente de la corporación volando hacia la cascada, lugar donde indudablemente se hallaba meditando como era costumbre. Tenía un mal presentimiento
Mientras tanto en las montañas, Piccolo aún se encontraba conversando con Kentaro y recientemente con Kim, su insistencia fue tanta que lo integraron a la conversación, después de todo, aunque no fuese igual que el etherion de la armadura animal, le preocupaba la situación que estaban atravesando y el bienestar de Kalula.
Una extraña presencia apareció de repente llamándoles la atención, ese ki le pertenecía a...
Él se asomó a la ventana y sus ojos se abrieron mas de lo habitual.
-"¡Zira! La verdad no sé si este es el mejor momento para enfrentarla..."- pensó para sus adentros comenzando a gruñir.
Kentaro y Kim salieron rápidamente de la casa, ambos observaban a la peli negra con algo de asombro, realmente se parecía mucho a Kalula. Al poco tiempo salió el namekusei
-Con que aquí estabas...- dijo ella cruzándose de brazos
-¡Más vale que te largues! ¡Kalula no esta aquí!- le informó, el cual ella respondió con una risita burlona
-Lo sé, acabo de verla hace unos momentos...- respondió con simpleza
-¡Si le has puesto un dedo encima, te vas a...!
-Relájate, solo fui a hacerle una visita- le cortó en seco a Kim- y también, quería comprobar mi teoría...- hizo una breve pausa y observó fijamente al nameku esbozando una pequeña sonrisa- Piccolo, el hombre que tiene cautivado el corazón de Kalula...- murmuró para si misma, su mirada se volvió desquiciada- Acabaré contigo...
Ella desapareció de la vista de todos.
-¡Sepárense!- les gritó Piccolo
Su risa maniática resonaba en sus oídos mientras los atacaba con rayos de energía, se defendían esquivándolos desapareciendo y desviándolos con sus manos.
Apareció por entre medio de ellos y con un ataque semejante a un látigo luminoso, enredó el tobillo izquierdo de Kentaro, comenzó a dar vueltas rápidamente tumbando al resto de ellos provocándoles grandes cortes en sus cuerpos y finalmente lo azotó contra el suelo soltándolo.
-Kenta, ¿Estás bien?- le preguntó su hermano preocupado
-Si- respondió levantándose del suelo
-¿Qué sucede? No me digan que ya se cansaron- ella decía mientras volaba por encima de ellos, su voz sonaba con deje de burla.
-¡Cállate! ¡Esto recién comienza!- la calló desafiante el namekusei.
-Asi me gusta...- sonrió ampliamente.
Zira volvió a desaparecer, el guerrero la siguió por detrás. Los ataques comenzaron a darse de forma ininterrumpida embistiendo una contra la otra creando grandes ondas expansivas, retrocediendo y esquivando rápidamente.
Piccolo le brindaba tanto patadas como puñetazos con furia y locura mientras que la mujer se dedicaba a bloquear sus golpes con sus manos abiertas. Mientras que el ataque frenético continuaba, levantó la rodilla en dirección a su estómago obligándolo a doblegar y le dio un fuerte codazo en dirección a su cabeza lanzándolo hacia abajo.
Con sus manos creó dos varas de luz, las unió en forma de cruz y se la arrojó provocándole una enorme y profunda herida en su pecho y parte de su abdomen.
-¡Piccolo!- gritaron los dos etherion.
Sentía como el viento cruelmente lo dejaba seguir su trayectoria hacia el suelo, sus oídos eran ensordecidos con el viento que chocaba en ellos. Intentó volver a concentrarse pero no funcionaba hasta que de repente dejó de sentir el sonido del viento chocando contra él.
Grande fue su sorpresa al darse cuenta que su caída había sido detenida a unos metros del suelo y amortiguada por uno de los etherion
-Kentaro- dijo él
-¿Te encuentras bien?- le preguntó sin mirarlo tocando tierra firme y lo bajó.
-Si.