Ya había caído la tarde en las montañas, el sol se estaba ocultando en el horizonte y el cielo tenía una mezcla entre anaranjado y rojizo.
Dentro de la casa en las montañas, los cinco etherion estaban reunidos hablando seriamente en el living.
-¿Se encuentran bien muchachos?- les preguntó ella dirigiéndose a Kunihiro y Kojiro
-Si, no fue nada- respondió el joven de la melena para calmarla.
-¿Tú estas bien? Kenta y Kim nos contaron lo que te pasó ¿Quieres que te revise?- preguntó el otro.
-Yo estoy bien, no te preocupes.
-Entonces Kim...- empezó Kojiro, éste lo miró de reojo- Volviste a retomar tu espada por lo visto.
-Sable.- le corrigió éste
-¡Espada, sable, no importa! ¡Como me hubiese encantado estar ahí para haber visto como ensartabas a Zira como una brocheta!- se lamentó quejándose abiertamente.
-Koji, ya sabes que ese no fue la razón por la que la desafié- se cruzó de brazos arqueando una ceja y sonriendo de lado.
-¡Ya lo sé! Pero tratándose de ella, las ganas no faltaron ¿Eh? Admítelo- le rodeó su cuello con su brazo, éste solo suspiro aún sonriendo.
-Debo decir que no has perdido el toque en todos estos años Kim- opinó Kentaro con los ojos cerrados, el esgrimista no pudo evitar sentirse halagado.
La joven no prestaba mucha atención a la conversación, tenía su mirada clavada en la ventana absorta en sus pensamientos, no sentía muchos deseos de hablar.
Más allá del escozor de sus heridas o el dolor de los golpes, se sentía muy extraña, incapaz de definir exactamente cuál sentimiento predominaba en ella: miedo, vergüenza, enojo, impotencia, tristeza, y por extraño que pareciese, vacío.
-¿Por qué no nos dices lo que estas pensado?- la voz suave pero seria de Kentaro la regresó de vuelta a la realidad.
Ella les devolvió la mirada.
-Ya habíamos pasado por esta situación, si hay algo que te atormenta y quieres desahogarte ¿Por qué no lo haces con nosotros? Para eso somos tus hermanos. Solo queremos ayudarte- le habló dulcemente el etherion de cabello irregular.
-Si- le siguió la corriente el joven de cabello más corto- Kalula, tu dijiste que siempre íbamos a enfrentar todo juntos sin importar lo que sucediera- ella bajó la mirada- si tienes algún problema, recuerda que somos tu familia y queremos lo mejor para ti- le terminó de decir Kunihiro con una gran sonrisa guiñándole un ojo.
-Muchachos...- murmuró ella con una pequeña sonrisa, una lágrima resbaló por su mejilla.
Aún tenia cierta renuencia por revelar ciertas cosas, estaba preocupada y confundida por las circunstancias pero aún así su mente accedió a abrirles la entrada. Después de todo, eran su familia y tenían derecho a saber.
-Es sobre Zira...- todos la miraron entre atentos y serios- yo ya la había visto antes en mis sueños...
-¿Qué?- repitieron todos
-¿Ya la conocías antes de que te extrajéramos la maldición?- le preguntó Kojiro un poco exaltado, ella asintió con la cabeza cabizbaja.
-La primera vez la vi en mis sueños...
-¿Alguno de ustedes soñó con ella?- les cuestionó Kojiro, los otros tres negaron con la cabeza- No lo entiendo ¿Por qué Kalula fue la única?
-Discúlpenme por no habérselos dicho- dijo algo apenada, los demás la miraron- no lo quise ocultar, pensé que se trataba de un sueño solamente pero después de la extracción, Zira hizo su aparición- hizo una breve pausa y continuó- más tarde, habló de ustedes, de nuestros amigos y dijo que iba a...
-¿Destruirnos?- le cortó la frase Kojiro mientras se levantaba del sofá con el ceño levemente fruncido, ella alzó la vista- Increíble, estoy realmente molesto Kalula.
Su hermana entrecerró sus ojos y volvió a bajar su mirada con cierto aire triste. Avanzó hacia ella, se arrodilló tomándola del hombro y le dijo...
-Pero molesto conmigo.
-¿Eh?- ella alzó la vista entre sorprendida y extrañada.
-Tu estabas preocupada por Zira ¿No es así?- ella asintió con la cabeza- Te diré porque estoy molesto, es por no haber sido lo suficientemente fuerte como para que me tuvieras toda la confianza para enfrentar ese problema.
-No, te equivocas- negó ella.
-Tiene razón- Kim se levantó de su asiento.- yo tambien me siento de la misma forma que Koji.
-Todos lo estamos- concluyó Kunihiro tambien levantándose de su asiento a la par de Kentaro.
-Escucha Kalula- la tomó de sus manos- todavía lo ignoro pero una fuerza nos trajo a la Tierra, no sé por qué pero aquí estamos los cinco juntos después de tantos años. Aunque no es nuestro planeta, sentimos la necesidad de protegerlo ¿Y sabes por qué? ¿Te has puesto a pensar?
Ella sonrió ampliamente, sabia perfectamente como responder esas preguntas.
-Es porque queremos proteger a aquellas personas que son importantes para nosotros, hemos desarrollado un vínculo especial con ellos que ya los sentimos como si fueran de los nuestros- contestó con seguridad
Él se levantó aún tomándola de las manos.
-Si, exactamente.
-Además estamos en deuda.- habló esta vez el etherion de la armadura- gracias a ellos, pudimos encontrarte después de mucho tiempo.
-Muchachos, ustedes saben que no me gusta pelear pero eso no quiere decir que no deba hacerlo cuando la situación lo demanda- empezó a decirles, todos la miraron atentos- el espíritu de Eluney me dijo una de las razones por la cual me eligió como su portadora y la verdad, tiene razón, jamas abusaría de este poder.
Se levantó de su asiento, su mirada de tornó más determinada.
-Voy a proteger a todas aquellas personas que son importantes para mi, cada uno me ha enseñado grandes valores y no voy a permitir que tanto Akuma como Zira, se salgan con la suya
-Recuerda que no estas sola en esto, monstruo- le dijo en tono burlón Kojiro
-Lo haremos los cinco- el etherion de cabello irregular junto sus manos
-Juntos hasta el final- Kunihiro tambien hizo lo mismo