El Primer Idiota.

Capítulo 8.

En el que se tienen que hacer responsables de sus actos.

 


18 de Agosto de 2019. 

 

No sé en qué momento esta fiesta se convirtió en un desastre.

Yo creí que ya todo estaba llegando a su fin y de la nada llegaron un grupo de chicos universitarios a hacer desorden y las demás personas le siguieron la corriente.

¿Quién puede tener tanta energía a las casi 5 de la mañana? Honestamente yo no, yo quiero dormir.

Estaba parado a lado de las escaleras pensando seriamente en ir a dormir al jardín, ya que mis primas y mi hermano me abandonaron hace dos horas y me enteré de que se habían ido una hora después. No sé donde estaba metida Poliana así que si no aparece en media hora optaré por dormir en su cuarto en vez del jardín.

—¿Aún no se acaba esto?—Virginia apareció detrás de mí con una pijama de unicornios y el cabello en dos trenzas.

—Nop. ¿Tuviste que cambiar también de pijama por tu prima?

—Es mi pijama normal—dijo tallándose los ojos—. Me gustan los unicornios.

Creo que es un dato innecesario pero es lindo. Le gusta la ropa oscura de día y usa pijama de unicornios de noche.

—¿Qué haces aquí?

—Me dio sed y el ruido no me deja seguir durmiendo—comenzó su camino a la cocina y la seguí, no tenía nadie más con quién estar—. ¿Será muy temprano para desayunar?

Le iba a contestar que probablemente sí pero Alex entró a la cocina con cara de susto.

—¿Qué haces despierta Vir?

—Tengo hambre—le hizo un puchero.

—Calienta algo y por nada salgas de la cocina—Alex agarró un pedazo de jamón del refrigerador y se dirigió a la puerta.

Creo que todos tienen hambre ahora, ¿habrá más jamón?

—¿Por qué?—Vir le preguntó entrecerrando los ojos.

—Solo no lo hagas—la apuntó con el dedo.

No pasó más de un minuto y salió de la cocina desobedeciendo a Alex, yo la alcancé y se quedó parada en la puerta.

—Por si tenías las ganas de conocer a la persona más despreciable del mundo, ahí esta mi ex patán—señaló a un chico.

Era un chico alto, pero no tanto como Samuel, de cabello castaño oscuro y en cuanto Virginia lo señaló él volteó a verla.

—Tú vas a ser el mediador si las cosas se salen de control—comenzó a caminar hacía él y nuevamente la seguí.

He seguido mucho a Virginia en la última media hora.

Yo no creo poder ser un buen mediador, no puedo solucionar las peleas entre mis hermanos entonces tampoco creo que pueda con cualquier otra.

—¿Qué haces aquí?—le dijo Virginia en un tono hostil.

Es raro, Virginia siempre es amable con todos, aunque este sujeto sí se lo merezca no es común ver esa actitud en ella.

—Estaba en una fiesta cerca de aquí, se tornó aburrida y unos amigos míos estaban aquí así que vine—le sonrió—. No recordaba que era tu casa.

—Tienes el cerebro del tamaño de un cacahuate, Paúl.

Tampoco había visto que insultara a alguien, aunque no sé si a eso se le pueda llamar un insulto.

—Oh vamos Vir, sabes que me llevo bien con Alex.

—No me digas así y bien sé que no lo haces, nunca lo quisiste cerca. Al igual que a todos mis amigos.

—Eso ya quedo muy atrás, Vir.

—Vete de aquí.

—Podemos hablar en un lugar más privado—Virginia no le contestó y vi como él tenía intenciones de tomarle la mano.

No sé con que reflejos lo detuve tomando la mano de Vir y apartándola de la de él.

Supongo que ese es el trabajo del mediador.

—Creo que no quiere hablar contigo—le dije y por primera vez me miró.

Es un chico mayor que yo y al menos me saca una cabeza, me siento muy intimidado pero no lo daré a notar, tengo dos hermanos mayores así que sé como aparentar no tener miedo.

—¿Este es otro de tus amigos?—hizo énfasis en esa palabra—. ¿También te acostaste con él?

—Eso es algo en lo que no te debes de meter—le contestó Virginia.

—Eres una...

—Bien creo que es suficiente—Sam se puso en medio—. Paúl, nadie aquí quiere problemas así que vete.

—Yo no estoy causando problemas—dijo mirándome.

—Díselo a tu cara—Virginia dijo y yo casi termino riendo. Hubiera sido una muy mala idea hacer eso.

—Por favor, vete—Samuel le dijo.

—Está bien, nuestra plática se quedará pendiente—se dio la vuelta y los tres soltamos un suspiro. 

—Creo que ya pueden soltarse—Sam dijo alzando la ceja mientras miraba hacia nuestras manos aún unidas. Rápidamente nos soltamos.

—Vaya... creo que ahora sí es hora de desayunar—salió casi corriendo a la cocina.

Ha de tener mucha hambre.

Miré la hora en mi celular y ya eran las 6 de la mañana. Luego fui a la cocina donde estaban los demás buscando que comer.

Antes de comer algo yo quisiera ir a dormir pero Poliana había llegado aquí y, puesto que me dormiría en el cuarto de ella, no podía ir a hacerlo.

Todos estábamos en silencio comiendo cereal, sin leche porque se dieron cuenta de que no había.

—Esto parece un funeral—dijo Daniel entrando a la cocina con mi prima Abigail.

—Tenemos sueño, no molestes—Samuel le contestó.

—¿No se habían ido?—le pregunté a Abi, yo pensé que todos me habían dejado abandonado.

—Yo no—me contestó.

—Nos aburrimos y decidimos ir a mi cuarto para aprovechar...

—Dormir—Abigail interrumpió a Daniel—, aprovechar dormir.

—Eso sonó sospechoso—Alex les sonrió burlonamente pero alguien interrumpió nuestra conversación que ahora de quedará pendiente.

—¿Alguien le aviso a Miranda que ibamos a hacer una fiesta?—Vir fue la que intervino.

—No... ¿Por qué?—Brenda le preguntó.

—Dice que vendrá hoy, me acaba de avisar—nos miró asustada—. No le avisamos que tendríamos una fiesta, no sé lo que nos espera si ve la casa así.



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En el texto hay: humor, primeramor, romancejuvenil

Editado: 06.02.2021

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