Muchas gracias.- le sonreí al chef que me preparo varios sandwiches en un rato, Kian estaba sentado en una de las sillas mirándome en silencio todo el tiempo
Si no necesita nada más, me retiraré su alteza- dijo el chef, le sonreí y asentí
Gracias otra vez, descanse.- me despedí de él, tome el plato con los sandwiches para disponerme a regresar a la habitación en la que me quedaba
Lorcan- me llamo, cerré mis ojos y tome una bocanada de aire sutilmente
¿Si?- dije sin voltear a verlo, mirando los panes con relleno en el plato, se veían exquisitos. Su color dorado, sus bordes enmantequillados y los trocitos de carne y verdura que se notaban en las esquinas
¿Por qué trabajas en el pueblo?- pregunto, mordí mi labio inferior
¿Qué le diría?, probablemente me detuviera si le contará mis verdaderas intenciones
Nada en específico realmente...- murmure, mi piel estremeció cuando sentí su tacto en mi espalda, acariciando mi espina dorsal hasta llegar al inicio de mi trasero, me queje internamente cuando sentí mi corazón cosquillear peligrosamente
No me mientas, Lorcan...- dijo a mi oído, solté un leve suspiro al sentir su aliento chocar la piel sensible de mi cuello
No- no te miento...- murmure, sin verlo, lo escuche soltar una leve risa, se apego más a mi, sentí su pecho dura chocar con mi espalda, un jadeo se quedó estancado en mi garganta mientras mi cabello ligeramente largo se deslizaba por mi frente ante el ligero choque de piel contra piel
Realmente eres un mal mentiroso, cariño- dijo a mi oído, negué para mi mismo y me separe, lamentandome de la lejanía y la falta de su calor
Ya basta, príncipe heredero.- gruñi molesto mirándolo a los ojos, sus ojos grises tenían un ligero brillo de expectativa mientras me miraba fijamente, trague en seco sin poder apartar mi mirada de él
Su rostro perfilado, sus labios rosa con la comisura de levemente elevada en una pequeña sonrisa, dejando ver apenas sus blancos dientes, sus cabellos blancos que estaban desordenados como si hubiera pasado su mano por estos con esa intención, sus ojos grises mirándome fijamente desnudando cada rincón de mi cuerpo sin reparos acechando en silencio
Sin poder evitarlo, di otro paso hacia atrás
Por favor, Lorcan. No podemos seguir con esto- murmuro, me centre en sus ojos otra vez, el tono gris de su mirada era tan hipnotizante, realmente lo amaba
No se a que te refieres.- me excuse, suspiro e hizo una mueca, se acercó a mi, pasos que retrocedí hasta ya no poder más, mi espalda choco con la fría superficie de la pared de la cocina, aferre mis manos al plato cuando esté casi resbala de ellas, mirándolo, la diferencia de altura era apenas, pero estar acorralado de esta forma contra su cuerpo me hacía sentir chiquito
Uno de sus brazos a un lado de mi cabeza evitando mi huida, mientras su otra mano se posaba en mi rostro superficialmente, sin tocarme realmente, su mirada centrada en la mía, sus labios apretados en una fina línea, me quedé en silencio mirándolo, con el plato contra mi estómago sintiéndome débil al estar de esta forma
Lorcan... por favor, deja de huir de mí. No podría soportarlo más- murmuro cerca de mi rostro, deje de respirar por un momento cuando lo mire reclinarse, junto nuestras frentes dejando nuestras narices rozando y causando que su aliento golpeara exquisitamente mis labios, jadee apenas queriendo dar todo de mí para mantenerme firme
《 No puedo soportarlo más, el no verte, el no tenerte cerca...- eleve mis ojos apenas, su ceño estaba fruncido- diosa Astoria, te extraño tanto.- se quejo, apreté mi mandibula mirándolo, negué y golpee su pecho con una de mis manos
Aléjate de mí...- prácticamente rogué en un hilo de voz
Tenerlo tan cerca derrumbaba mis barreras, incluso podía escuchar el estruendo de las paredes caer y levantar enormes capas de polvo ahogandome, todo por él, por su cercanía.
Lorcan- murmuro, negué, no podía permitirlo, no podía permitírselo. No podía dejar que me desarmara a su antojo, no podía dejar que hiciera conmigo lo que quisiera
Vas a casarte- acuse, quejándome cuando mi voz quebró ante esas palabras, intente empujarlo otra vez sintiendo como los muros seguían derrumbándose, uno tras otro, dejando escombros, ensordeciendome por el escándalo
No me casaré- tomo mis manos deteniendome, le mire sin entender
Tu no decides eso, Kian- acuse, sin apartarle la mirada a pesar de que mis ojos picaban
Lorcan, por amor a Dios, no me casaré. No a menos que seas tu a quien espere en el altar- se quejo, le mire mal
No juegues así conmigo- me queje, apartando la mirada cuando sentí mis mejías empapar por las lágrimas traicioneras
No juego cariño, no me casaré con alguien a quien no amo, y solamente te amo a ti.- se quejo, negué, no podía creerle
Ya esta todo listo- me queje, entre un sollozo, me maldije a mi mismo por eso, su tacto delicado sobre mis mejías empapadas ne hizo estremecer
Me odio tanto por hacerte llorar de esta forma, mi amor, por favor, cree en mi otra vez- rogó contra mis labios, le mire completamente en silencio
¿Qué haría?, ¿podía hacerlo, podía confiar en él?
Mis labios tan cerca demos suyos, rozandose, sus ojos grises llenos de lagrimas, su aroma, su calidez. Cerré mis ojos sin poder evitarlo esperando un beso cuando sus labios estaban cada vez más cerca de los míos, estuve a punto de murmurar un "te creo", estuve a punto de entregarle mi vida otra vez, estuve a punto de entregarle mi alma, una vez más
Pero no paso, no lo hice, no dije nada, no le entregue nada, porque el guardia de Kian nos interrumpió
Su majestad...- llamo, me tense al mismo tiempo en que me sonroje hasta las orejas, mientras Kian gruñia contra mis labios aún
¿Qué?- se quejo, sin separarse de mi, ni un poco, yo fui el que me agache y huí de él, otra vez
《 ¡Lorcan!- lo escuche quejarse, simplemente salí de ahí mientras escuchaba al guardia llamarlo otra vez, ignore eso y me apresure para regresar a la habitación
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Editado: 19.11.2024