Rhett y yo llegamos a una habitación en un subtrerraneo, es una habitación pequeña con dos sillas, con luz tenue y con agua con algunos dulces en el centro de una mesa.
-Bienvenidos, mi nombre es Luke y los atiende - veo un hombre de unos treinta años sentado -Por favor, tomen asiento.
Tomamos asiento y escuchamos el sonido del ventilador de la pared.
—Cuéntenme que los llevo aquí —pregunta.
—Si un rey sufre, el pueblo sufre. Esas palabras fueron dichas por mi padre, Rolando. Un día estábamos él y yo esperando a mi hermano cuando soltó esas palabras que hasta el día de hoy no había visto en acción. Él posiblemente sintió que se acercaba el peligro o ya sabía y nos lo ocultó hasta que nos dieron el golpe. Nos traicionaron de la peor manera y destruyeron nuestro pueblo, nuestra familia. Ese día lo recuerdo y lo siento tan vivido, mis padres tirados en el suelo, sufriendo de agonía, sus ojos llenos de dolor y sufrimiento. El llanto de mi hermano pequeño que había sido envenenado y nosotros, viendo cómo todo pasaba y no podíamos hacer nada, Asher había sellado nuestros poderes y lo único que nos quedó fue huir lejos, cargar a nuestro hermano en brazos e irnos.
—Antes de irse, ¿cómo vieron el panorama?—pregunta .
—Muchos estaban siendo golpeados, amenazados con magia, concentrados en círculos mágicos, los que querían luchar y defender no podían —aseveró. —El plan de Asher fue perfecto, logró su cometido —susurró.
-Después de huir, ¿cómo llegaron aquí?
-Recuerdo que acampamos en el bosque, el ruido de los animales era insesable, el suelo era incómodo para dormir, los relámpagos no se detuvían hasta que de un día para otro comenzó a nevar, el frío calaba mi cuerpo.
-Ese lugar se conoce como punto muerto, por eso mismo el cambio que pasa entre lluvia y nieve a grados incomparables —se sorprende—. En sus condiciones es un milagro que sobrevivieron.
—Bueno —continuó—. Cuando llegamos a un pueblo que quedaba de camino a Sargo, teníamos que cubrirnos. Ellos nos buscaban, nos acechaban como buitres en busca de su presa. Rian y yo fuimos a una tienda que vendía antídotos. El veneno teníamos que sacarlo por completo de Rhett, pero entraron a la fuerza a la tienda y tuvimos que huir. El dueño nos enseñó una salida por detrás y corrimos lejos.
-Desde esa noche trágica todo estaba en nuestra contra, nos escondimos en una casa deshabitada a unas millas de ese pueblo, pero en la noche empezaron a aparecer monstruos, nosotros no teníamos la suficiente fuerza y debíamos mantener con vida a Rhett —segura Rian—. A la madrugada tuvimos que acelerar porque los montruos estaban enfureciendo, pero ellos nos alcanzaron y, al estar sellados nuestros poderes, solo podíamos usar un poco de nuestro poder y lo demás era fuerza bruta.
—Comprendo —veo cómo escribe en su libreta todo lo que le estábamos contando.
De momento la puerta se abre y entra una chica de piel aterciopelada, cabello castaño y unos ojos color ámbar.
—Luke, es mi turno, sal que te están esperando afuera —asevera—. ¿Quién les dijo que los ayudaríamos? —pregunta.
—¿Dónde está Ace?—pregunta Rian—. Desde que hicieron a los vanidos no ha aparecido.
—Búsquenlo —demandó.
Ella frunce el señor y manda a decir al intercomunicador que busquen a Ace y lo traigan.
—Nora —la llaman. - Ace, ya llego.
-Bien, que entre.
En ese instante la puerta se abre y es él, no puedo dejar de contemplar a cierto hombre. Él es perfecto, como puede existir tanta belleza en un solo hombre, cabello negro y desordenado, dándole un toque rudo, ojos entre azul y gris, alto y musculoso, su pecho y sus brazos parecen de acero.
—Divino—suspiro.
Entonces siento un golpe en mi brazo. Mi hermano me mira con una ceja levantada, al igual que todos, especialmente él.
—¿Qué estaban diciendo?—siento mi cara enrojecerse.
—Le estaba comentando que queremos ver al capitán James — oigo el nombre del mejor amigo de mi padre, el hombre que siempre nos ha apoyado, que estuvo en prácticamente todos mis cumpleaños, que me llenaba de regalos. La persona que estoy segura de no nos fallaría nunca porque sus promesas son inquebrantables.
—Un momento —ellos salen de la habitación y nos dejan a Rian ya solos.
—¿Recuerdas las palabras de ese vendedor?—le preguntó a Rian .
—Claro, cómo olvidarlo. "Cuando la oscuridad se apodera de tu vida, es muy difícil de sacarla, por eso no dudes en buscar la esperanza y no perder la fe"
-"La fe se trata de creer que esos días malos cambiarán, no importa cuanto se tarde, porque aquellos nacidos con la bendición son los salvadores que regresarán a recuperar la pérdida"
-Una profecía que está empezando hoy.
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Editado: 25.05.2024