El problema de Emma y la solución de Bruno

¡Por fin!

Mientras de la cocina brotaba lentamente el olor de la carne frita, la chica de cabello corto parecía revolotear por la toda la sala con la caja de una PlayStation,

- ¡y este cable donde demonios se conectaaa! - maldecía enredada entre los cables de la consola de videojuegos   

Así es, la batalla interminable, no era más que unas partidas de un videojuego de peleas, en las que Bruno siempre solía ganarle, y en las que Emma nunca se daba por vencida, Bruno solía decirle que era igual de obstinada a un burro

-aaahh por fin – suspiraba con alivio la chica al ver en la pantalla del televisor la imagen de inicio del videojuego, luego con sus delgados brazos y con gran esfuerzo arrastro el enorme sofá un poco más cerca al televisor y luego coloco enfrente una mesa en donde acomodo mejor la PlayStation y dejo espacio para la comida que Bruno estaba preparando, después de acabar esbozo una sonrisa por lo bien que le había quedado todo

- bueno supongo que me merezco esto – dijo mientras se acercaba sigilosamente a Bruno y le robaba un pedazo de carne frita del plato

- ¿pero… que? -

bruno noto como la chica salía corriendo rápidamente de la cocina con un pedazo de carne en la boca, como si fuera un animal

-ya casi acabo Emma, ¿acaso no puedes esperar? -

La pregunta fue respuesta con un fuerte no, el cual provenía de la sala, ya solo restaban unos minutos y él acabaría de cocinar, por lo que Emma decidió ver desde la ventana toda la celebración de las personas en las calles, faltaban unas cuantas horas para la noche buena y la ciudad se veía llena de vida con luces de colores y personas felices por todos lados, un espectáculo que a Emma le encantaba ver desde la enorme ventana del apartamento de bruno, en el piso veinte de un edificio en el centro de Nueva York

- ¿que estas mirando? - pregunto Bruno secamente

- ¡AAAAAHHHH! -

-jajajajaja vaya que estabas concentrada- dijo al ver la reacción asustadiza de ella

- sí, es bonito ¿no?, esta época desprende una felicidad casi palpable en las personas, solo míralas… pero como sea ¿dónde está la comida?

Una seña por parte del chico de cabello castaño, le indico que la comida ya se encontraba en la mesa que ella había preparado frente al sofá y nuevamente la chica salió corriendo enérgicamente

- ¿de dónde sacara tanta energía? - pensó

Él se quedó estático en la ventana observando a las personas, el comentario de ella lo había puesto a reflexionar, es cierto que la navidad desprende un ambiente festivo, alegre, y hasta de pleitos en ocasiones, sin embargo a él, le parecía repulsivo, pues le recordaba lo solo que estaba cada año desde que su madre, su única familia murió de una enfermedad, le recordaba ese dolor perforante que sintió aquella vez al saber que no la volvería a ver, por esta razón sentía celos de las personas que gozaban en esta fecha

-ojalá llueva con fuerza- pensó

-heyy, tu… vago, ven acá y enfréntame- dijo la chica con el control del videojuego, lista para empezar

-como quieras, pero antes… tú ya tienes tu comida así que yo voy por las cervezas- se encamino en búsqueda de la canasta para traerla al área de combate

- ¿y bien enana, con cual personaje quieres que te gane? - pregunto al tomar el otro control

-jajaja tranquilo flacucho, vamos a ver si sigues así de gracioso cuando te haga morder el polvo-

Los minutos transcurrieron y luego de varias rondas de peleas Emma se encontraba acostada en el piso mirando preocupada al techo, mientras Bruno destapaba su quinta cerveza, sentado en el sofá observándola con una sonrisa

-no puedo creerlo ya son veinte peleas y no he ganado ninguna, debe ser el control, ¡claro eso es!, el control, no hay otra explicación-

Bruno se levantó del sofá y le dio suaves patadas a Emma

-levántate rara, vas a ensuciar el piso-

ella se levantó y se sentó en el sofá sin dejar de pensar en todas las peleas y preguntarse que había hecho mal

-voy al baño, ya regreso-

Mientras se alejaba pudo notar cierto enfado en el rostro de Emma, era obvio que ya le estaba molestando perder, ahora se pondría seria, pues ella es muy distraída y despreocupada, de eso no cabe la menor duda, pero algo de lo que se había percatado Bruno mientras trabajaba con ella, era que no le faltaba talento, pues cuando se concentraba era muy rápida aprendiendo cualquier cosa y no solo aprendiéndola sino también ejecutándola, “es supremamente inteligente, solo que a veces se hace la tonta”, esto le había dicho una vez Bruno a su jefe cuando este le pregunto si ella estaba lista para la preparación de cocteles y tragos en el bar en el que trabajan, y la verdad no se equivocaba cuando Emma tomaba algo enserio arrasaba con cualquiera.

Después de que regresara del baño él sabia con total seguridad que vendría la verdadera batalla… o al menos eso pensaba.



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En el texto hay: romamce, humor y comedia, alcohol y otras adicciones

Editado: 26.05.2020

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