Después de recuperar la mochila volvimos dentro a las habitaciones que nos fueron asignadas, él cronograma del día indicaba que a partir de las seis en punto iniciaba la competencia. Me vestí con de campera, calza y polera negras, como indicaban las reglas. Esa parte fue la más sencilla, lo complicado es que Ian debe distraer a mi familia hasta que valla al estadio segura. Antes de salir fuera abrí sutilmente la puerta, quité la cabeza para encontrarme con un pasillo despejado, inconscientemente suspiré de alivio. Debía ser por la hora que nadie se encontrara aquí, por lo que se todos los pertenecientes a los clanes respetan las reglas y llegan en hora en lugar de atrasarse por tonterías. A medida que me dirigía al estadio gracias al mapa que había en el hall, que me fue de mucha ayuda. Me encontré con varias personas que no pertenecían al clan, la razón de como las descubrí, sencillo, iban impuntuales, iban vestidas de manera sencilla y veían todo de forma asombrada. Ya que solo tienen permitido el acceso los días de la competencia, sin embargo, el resto del año no tienen permitido ingresar. Sin mencionar que los que tienen una habilidad y son pertenecientes algún clan, sólo ellos pueden participar, sabía muy bien lo dura que era la discriminación al vivirlo a flor de piel por no tener una habilidad. Así que no pude evitar mirarlos apenada.
Ingrese al estadio por la entrada donde solo los participantes ingresaban, todos iban vestido de negro igual que una fiesta monocromática, excepto que todos llevábamos un número en el pecho distinto. Se iban parando en grupos frente a un elevado y pequeño escenario donde un hombre iba subiendo las escaleras con un micrófono en la mano, detrás había la típica rueda que se gira en los casinos con luces y todo eso, algo que estaba fuera de lugar para la ansiedad de todos. El hombre se paró frente a nosotros mirándonos por debajo y sonriendo de manera demasiado exagerada.
—Hoy por fin iniciamos el torneo con la pre primera competencia para ver quiénes serán los cien afortunados en ingresar en las doce categorías así que sin más les deseo la bienvenida a todos, iniciemos—dicho eso se giró y le dio con fuera a la rueda que giró imparable durante varios segundos hasta detenerse finalmente. Todos contuvimos el aire— Valla— dijo el hombre haciendo una pausa dramática, desde aquí no podía ver bien lo que había salido, la ansiedad me estaba poniendo de los nervios.— ¡Maratón de resistencia! Tendrán que dar diez vueltas, y los primeros cien que lleguen pasarán a la siguiente categoría—gritó
Bueno al menos no era mala en eso, automáticamente varios guardias nos guiaron por un camino hacia la zona de correr. Nos posicionamos prontos para iniciar, no había que explicar mucho ya que lo había explicado, los primeros cien en llegar a la meta después de diez vueltas al rededor serán los que entrarán en el verdadero torneo. Y sin más sonó la sirena que daba comienzo, inicie tranquila sin preocuparme mucho los que se apuraban por rebasar a los demás, ellos serían los últimos ya que para entonces no tendrán mucha energía.
Algunos mantenían las energías mirando de reojo a los demás. Tanto hombres como mujeres compartíamos resistencia, si bien había mucha discriminación para los que no tenían habilidades no hacían mucha diferencia entre hombres y mujeres, a ambos se les consideraban buenos candidatos. Un chico a mi derecha en el otro sendero permaneció a mi lado mirándome de reojo cada tanto, llevaba el número dos, eso significaba que fue de los primeros en escribirse, en mi caso tenía el veintitrés. Era más alto y tenía una buena complexión física, varios pasaron a su lado como ráfaga, pero él no les dirigió la mirada, de alguna manera que pudiera predecir como acabarían, pero por alguna razón se mantenía a mi lado, lo cual me resulto extraño, pero lo ignore el resto de las vueltas.
Fue por la vuelta número cinco que el cansancio me estaba pasando factura con los músculos agarrotados, continué a mi ritmo hasta que olvide mi cansancio fingiendo que no me pertenecía y apure un poco el paso, solo un poco. En la penúltima vuelta los que se habían mantenido de manera impecable comenzaron a apurar el ritmo respirando de la manera correcta para no cansarse.
También tuve que aumentar el ritmo ya que si seguía así no llegaría a tiempo. Al terminar la vuelta nueve e iniciar la diez tomé todo lo que me quedaba de fuerza y motivación, y fui a por todo, respirando de manera fluida para no cansarme tanto. Él chico del número dos lo había perdido de vista desde la vuelta número nueve, seguramente me llevaba mucha ventaja, pero eso no me importaba ya que sabía que no llegaría tan mal, aún había demasiadas personas detrás mío. Algunos que se rindieron prácticamente se habían casi detenido e iban detrás del todo, lo puede ver ya que iban bastante adelante y era evidente por que la derrota iba lucida en sus cuerpos que apenas se arrastraban contrario a los que seguíamos.
Finalmente, la meta se veía y apuré el paso todo lo que pude con la última energía que me quedaba, sin embargo, una chica me pecho miro hacia atrás con una sonrisa de burla y mientras tanto siguió corriendo como si nada, una oleada de bronca me abrazó e intenté con todas mis fuerzas alcanzarla, la meta ya estaba a casi nada y quería pasarla antes que ella, todo lo que pude ver fue como el número treinta y cuatro pasaba la meta antes y festejaba alegremente saltando. En cuestión de segundos la pase, pero no sentí tanta satisfacción ya que me había dejado un sabor amargo en la boca, miré la pantalla del estadio que iba marcando los números nuestros a medida que clasificábamos o no. El mío apareció con nombre completo, él cual no era real justo al lado del número cincuenta. No lo podía creer no era un mal número, no solo había clasificado, sino que lo había hecho a la mitad, como un remolino el marcador indico uno a uno en cuestión de minutos llegando a cien, dando final a la competencia.
Editado: 19.07.2022