El Quinto Elemento

XI-Ya no mas

-Despierta-

-Lyam, creo que le diste un sedante demasiado fuerte.-

-No quiere despertar porque se está haciendo. Anda y tráeme una cuchilla.-

-¿Para qué? No tienes permitido lastimarla Lyam.-

-A mi no me importa pero ella merece que la decodifiquen, es horrible tener una idiota inmortal al lado de un humano que no puede hacer nada.-

-Lyam, porfavor tendré que avisarle al jefe que piensas así porque no estás siguiendo las reglas.-

-Ay de ti que hables porque las pagarás, haré lo posible porque te saquen de esta organización y ya no tendrás dinero para pagar el cáncer de tu madre.-

-No eso si que no. No jugarás con mi madre. Enseguida te busco la cuchilla.-

-Veremos a ver hasta cuanto aguantas, inmortal.-

-Ten-

-Vamos a ver si ahora despiertas.-Y sentí el cantazo de la cuchilla en mi abdomen.

-¡Lyam Basta!, ¡déjala ya!, ¡que no vez que ha despertado!-Escuché la misma voz del hombre anterior.

-¡Déjame!-Grité cuando ella se alejó de mi retirando la cuchilla y la herida sanó.

-¿Qué me vas a hacer, qué me vas hacer?, ¿matarme? creo que no podrás.-Me eché a reir.

-Eres una idiota, enciendan los electrodificadores pero ya.-La escuché ordenar cuando me di cuenta que estaba en una silla, amarrada y con dos pinches eléctricos en mis muñecas.

-¡Qué es lo que quieres, porqué me lastimas tanto!-Le questioné.

-Ahora-Y fue cuando sentí la energía atravesar mi cuerpo viendo así en el interruptor 56,000 kilovoltios la energía que atraviesa solo un cable de alta tensión para la energía electrica. Un humano no soporta ni siquiera un voltio y a mi me impusieron 56,000. Un humano explotaría al segundo, yo sin embargo sentía como toda esa energía viajaba por mis venas y me quedaba normal mirando a Lyam fijamente y con mis labios mordidos.

-¿Qué te he hecho yo?-Traté de decir cuando sentí que la electricidad cesó.

-¿Ni siquiera 56,000? Vaya que fuerte eres. Y yo solo me divierto nada más.-Dijo

-¿Juegas conmigo? Yo soy una persona igual que tu.-Me quejé

-No querida, tu eres resultado de un experimento.-Se burló mientras dos hombres se me acercaron con sierras.

-Esto es tortura, no es justo.-Dije cuando vi que los hombres encendieron las sierras.

-A ti no te duele, no sé porqué te quejas. Prosigan.-Escuché que les ordenó.

Ellos pusieron las sierras en mis brazos yo comenzé a tratar de sacarme pero no podía. Y las pegaron cortándome al instante y haciéndome llorar no por dolor sino por la aberracidad que estaba viviendo. La sangre ya no era color lila, sino rojiza como la de cualquier humano normal y Lyam se quedó sorprendida pero aún con su faz de idiotez. Profundizaron la maquina hasta cortarme los dos brazos enteros dejando caer mi sangre a chorros por todo el lugar.

-Hermoso, ahora ya no tienes brazos, pero se regenerarán.-Se reía

-¿Qué no ves? Mírame, tengo el mismo color de tu sangre, tengo el aspecto de un humano.-Indagué con el sentir horrible de mis brazos mutilados.

-Las personas, la mayor parte del tiempo, no son lo que aparentan, querida.-Se mofó

Mis dos brazos enteros cayeron al suelo y toda la sangre que salía de mis rotos brazos caía sobre los dos hombres que al tomar las dos estremidades estas se disolvieron hasta ni siquiera quedar rastro. Y lágrimas bajaban por mis mejillas.

-Aww, ¿te duele?-Se reía mientras sentí como de nuevo mis brazos comenzaron a renacer hasta que denuevo sentí que pude mover mis dedos.

-Wow, es maravilloso, te regeneraste, pero solo quiero tener en claro que eres lo suficientemente fuerte como para hacer llamarte inmortal.-Dijo mientras volvieron a colocarme los pinches de electricidad en las muñecas y yo ya no podía defenderme.

-¡126, 000 kilovoltios, pero ya!-Su tono sonaba desesperado como si estuviera arriesgándose ella a algo. Y fue cuando sentí una presión en mi cabeza pero no tan fuerte y seguía viéndola de frente y lagrimiando.

-¡No es suficiente, porqué no le sucede nada!-Ella gritaba

-No es mi culpa, yo no puedo sentir toda esa energía.-Le dije mientras ella se quedó pausada.

-¡Qué! ¿No la sientes? ¿Quién pudo haberte hecho tan, tan fuerte?-Volvió a gritar de enojo.

-Porfavor ya no sigas, arriesgas tu trabajo. Yo no quiero ser mejor que nadie no entiendo porqué me quieres lastimar.-Le dije en tono dulce.

-Me importa una mierda lo que digas solo quiero verte sufrir. 356, 000 kilovoltios.-Y fue cuando noté que la luz del cuarto comenzó a apagarse y encenderse mientras mi cabeza comenzó a doler pero no dije nada.

-¡876, 000 ahora!-Gritó mientras los hombres se detuvieron.

-Esto podría hacerla explotar Lyam.-Le advirtieron pero yo solo bajé mi rostro.

-¡Olvidenlo, háganlo ya!-Gritó cuando la energía me entró por las manos haciéndome esta vez temblar, mis venas se encendieron en un tono blanquesino y azulado reflejando toda esa energía, mis ojos debieron haber hecho lo mismo y el cuarto de una explosión quedó completamente a oscuras. Mi cabeza se sintió bajar quedando así inconsciente.



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En el texto hay: romance humor terror

Editado: 12.11.2018

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