El Quinto Elemento (elements 2)

Capítulo 25 “Katie”

Atravesamos las enormes puertas blancas y observé el lobbie envidiable. Unas enormes columnas color crema se alzan frente a mí y daba la vista a un inmenso jardín central. La casa rodeaba un jardín y en su centro había una fuente de agua muy sencilla. A mi derecha y mi izquierda hay largos corredores con suelo de mármol. La casa está completamente iluminada a ambos lados por enormes arañas que penden del techo.

–Holaaaa. –Chris chasqueó sus dedos frente a mí–. Tierra llamando a Marte. –Sacudo mi cabeza y él sonríe a causa de mi expresión.

–Lo siento.

–Sabía que te encantaría. Cuando veas el jardín del lado sur, te quedarás fascinada con...

–Christopher –interrumpe su madre–, Allison –dice mi nombre con una sonrisa más falsa que la nariz operada de Emma–, esta es Kate. Será la mucama de ustedes este fin de semana. Christopher –Si mucho disimulo, me separó de mi chico con un leve empujón–, tengo que enseñarte unas cosas que Emma me mostró en la mañana.

–Nos vemos más tarde, pequeña. –Se acercó a mí, besó la punta de mi nariz y se retiró con su madre y Emma por el pasillo de la izquierda. Esta última sonriendo con malicia. Cuando los había perdido de vista, me fijo en Kate.

–No me lo puedo creer. ¿Qué haces aquí? –digo aún sorprendida.

–¿Ella quién es? –pregunta Brenda frunciendo el ceño.

–Es la sirvienta de ustedes –responde Celine en tono neutro–. Vamos, Talia. Quiero enseñarte tu habitación. –La pelirroja me miró y sus ojos negros preguntaron discretamente–. Nos vemos a la hora de la cena –añade Celine por ella y se la llevó por el pasillo de la izquierda.

–¿Soy yo o la menor de las Gray tiene la nariz demasiado levantada? –pregunta Lilith.

–Yo también pienso lo mismo –opina Brenda–. Ahora, vuelvo a preguntar –Cruza sus brazos en el pecho Sus jeans ajustados, sus botas de cuero y su camisa blanca le dan un aire de chica dura pero jovial–. ¿Quién es esta jovencita? –Miro por el pasillo. Talia y Celine ya desaparecieron.

–Esta es Katie. –Abrazo a la joven asustada por los hombros–. Fue la primera chica que conocí cuando llegué a la ciudad. Se convirtió en mi mejor amiga. –Las miradas de Lilith y Brenda oscilaban entre yo y mi vieja amiga–. Katie, estas son Lilith y Brenda, mis amigas del colegio. La pelirroja que se fue con la jefa menor es Talia. –Los ojos color café de Katie las mira asustadas.

–No la mires así –protesta Lilith por lo bajo y golpea a la asiática por el brazo–. La asustas. –Brenda dejó escapar una carcajada y abraza a Katie. La pobre se quedó paralizada por el cambio de humor de mi amiga.

–Las amigas de Allie son mis amigas. –Brenda agarró a la asustadiza Katie por los hombros–. Y bien, querida, ¿cuáles son mis habitaciones? –Ella sacudió su cabeza como si hubiera despertado.

–Claro. Síganme, por favor.

Nos despedimos de los chicos y de Héctor, y caminamos por el enorme pasillo a la derecha con nuestras maletas. A la izquierda veo el enorme jardín en el centro de la estancia y a la derecha el sol atraviesa los ventanales de cristales que van desde el suelo hasta el techo. Limpiar este lugar debe durar días. Al final del pasillo subimos unas escaleras y a la derecha quedan varias puertas.

–¿Cuánto mide este lugar? –pregunta Lilith con curiosidad–. Nos demoramos al menos 10 minutos antes de llegar a las escaleras.

–Yo llevo trabajando cerca de un mes y aún no conozco toda la casa. Solo lo esencial –explicó Katie y se detuvo frente a una puerta a nuestra derecha–. Esta es la habitación de Lilith –dijo mirando entre sus llaves. Una pequeña llave plateada tiene el nombre de Lilith y se la entregó a su dueña–. La siguiente es de Brenda. –Le entrega a la asiática un juego de llaves doradas–. Y la última es la tuya, Allison. –En mis manos coloca una vieja llave de hierro–. Voy a ser la chica del servicio de ustedes durante el fin de semana.

–¿Dónde va a dormir Talia? –pregunta Lilith.

–La señorita Celine dijo que la habitación de Talia Sprouse estaría en la otra ala de la mansión Gray. –Enarco una ceja.

–Hum, ya veo el nivel de nuestra pelirroja –comenta Brenda divertida.

–Cerca de la puerta hay un botón rojo. Si me necesitan, solo tienen que tocarlo –explica Katie.

–Ayúdame con el equipaje, por favor. –Katie asintió y cada una de nosotras entró a su respectiva habitación–. Joder. ¿En verdad esta es la mía? –murmuro al verla.

–Me alegro que te haya gustado –dijo Katie y cerró la puerta a mis espaldas.

–Katie, ¿cómo rayos llegaste hasta Londres? La última vez te dejé en Estados Unidos. ¿Tus padres están bien? ¿Qué pasa con la escuela? –Ella asintió y sonrió.

–Trabajo acá los fines de semana. No te preocupes. Por casualidad me encontré con el señor Héctor y tus padres. Ellos sabían que yo buscaba trabajo. El señor Gray me lo ofreció y aquí estoy.

–Cuando te vi frente a mí, no me lo podía creer –murmuro mientras le abrazo

–Yo me lo creía menos.

–¿Sabes que yo…?

–Siempre supe que eras especial, Allie. Al principio fue impactante, no te lo voy a negar, pero luego me adapté que mi mejor amiga puede hacer cosas maravillosas con el agua.

«Ella no sabe que soy usuario vida», pienso aliviada.

–Allie, mejor descansa. ¿Te ayudo con el equipaje? –Niego con la cabeza–. La cena es a las 7. No llegues tarde. La señora Gray es un poco quisquillosa con el tiempo. Estas personas se visten de lujo hasta para desayunar

–Por Dios. Tú y yo que siempre bajamos las escaleras de mi casa en pijama. –Ambas

sonreímos a carcajadas–. ¿Cómo están mis padres y Ellie? Hablo con ellos casi todos

los días, pero no es lo mismo.

–A Ellie la vi ayer cuando llegaba del colegio. Tu hermana creció mucho en estas vacaciones. –Sonrío orgullosa. Ellie está casi de mi tamaño–. Tus padres están bien. Haciendo de las suyas como siempre. Ya los conoces. –Le abrazo nuevamente.



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En el texto hay: romance, aventura, amor

Editado: 18.07.2022

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