—Yo me hubiera decantado por el negro. Es más provocativo.
—Este es mucho más cómodo, Brenda —insisto una vez más—. No quiero provocar, sino divertirme.
Mi habitación es un completo caos. Solo falta media hora para que inicie la fiesta por el inicio de los juegos Elements.
El vestido color púrpura se ajusta hasta la mitad de mis muslos y cae hasta el suelo, luciendo más elegante al tener mis hombros descubiertos por el corte de princesa de la prenda. Brenda se encargó de arreglar el desastre que tengo como cabello en un peinado poco elaborado pero bonito, añadiendo unos pendientes pequeños en forma de estrellas y un maquillaje sencillo, me siento espectacular.
—Yo coincido con Allie —intercede Tony—. Es una noche para festejar y divertirse.
—¡Adelante! —grita Ginger cuando dos toques en la puerta interrumpen nuestra conversación.
Javier se abre paso en la habitación con un traje negro de tres piezas ajustándose a su silueta como un guante sin utilizar corbata. El cabello despeinado cae en su frente con descuido. Ginger silba y todos sonreímos.
—Wow. Allison estás…
—¿A que está guapa? —Brenda lo codea y Javier asiente sin perderme de vista—. Esta niña es preciosa aunque utilice un saco de patatas. Chicos, falta poco para las elecciones de los Juegos Elements.
—No hay nada mejor que ir acompañado de dos chicas hermosas —comenta Tony cuando León nos brinda sus brazos—. ¡Qué afortunado eres, Javier!
—Cuida de mis niñas. —Los ojos de Javier se posan en Ginger al escuchar su tono maternal—. Y debes… ¡Ah, no! ¡Ni de broma! ¡Yo no voy a cuidar al mapache! —protesta la ardilla al ver que Meeko entra por la puerta de mi habitación.
—¡Vamos, hermana, va a ser divertido! No seas aguafiestas. —Tony la codea y Ginger suspira derrotada—. Ustedes diviértanse y tráiganme dulces.
—¡Qué si, pesado! —digo acariciando la cabeza de Meeko y salimos de la habitación.
El comedor de Mary Weathers ha cobrado vida esta noche. Tanto profesores como pupilos están felices, pero en algunos rostros es notable el nerviosismo. No es nada divertido no saber quiénes serán los dieciséis estudiantes seleccionados entre los tres años.
En el centro del salón, un humo gris se eleva desde el suelo en forma de columna hasta la altura de la escalera haciendo contraste con el resplandor de una hermosa copa dorada en lo alto, pero sin llegar a tocarla. Motas doradas y blancas se mueven como olas alrededor de la copa de forma tal que puedas notar el escudo del colegio tallado en toda su superficie. Sonrío al notar el ligero parecido a la copa de las Champions League de fútbol.
Desde hace más de dos semanas, los estudiantes han colocado el nombre de las personas que ellos creen preparados para participar en los Juegos Elements, pero al final, todo es cuestión de suerte. Esto me recuerda mucho a Harry Potter, pero en este caso no importa la edad, y sé por Thiago, que estoy entre uno de los más elegidos. ¡Tierra, trágame!
—¡Que nervios! —murmura Lilith estrujando sus dedos.
—Buenas noches —saluda Thiago al acercarse—. ¿Ansiosos por saber el resultado?
—No sabes cuánto —añade Tommy—. ¿Dónde dejaste a Alice?
—¿Puedo traerla con ustedes sin problema? —pregunta Da Silva con miedo. Nos miramos entre sí y encogimos nuestros hombros en señal de despreocupación—. Ya sé que las cosas no terminaron bien, pero…
—Thiago, ve por ella. Entendemos lo que pasó.
—Muchas gracias por la comprensión, Allison. —Sonríe ampliamente y se retira.
—¿Estás segura de esto? —pregunta Cameron.
—Alice ha estado muy alejada del mundo desde lo ocurrido. Ustedes me conocen. Esa chica necesita una mano y si nadie se la da…
—La Santa Madre Allison de Calcuta lo hará, ¿verdad? —comenta Brenda con ironía y asiento—. Eres tan buena, que a veces me das dolor de cabeza.
—Hola —interviene Alice apenada escondiéndose detrás de Thiago como si fuera su escudo humano. Me duele, porque la chica orgullosa que conocí una vez, ha desaparecido completamente.
—Relájate, Winter. No mordemos —aclara Talia y la aludida asiente, pero se queda detrás de Thiago.
—Buenas noches, queridos estudiantes —habla la directora Smith desde lo alto de la escalera y las luces del comedor disminuyen con lentitud hasta solo quedar ella iluminada—. La fiesta está muy animada, pero llegó el momento que tantos esperan.
La directora señala la copa, y la luz dorada que emana de aquel trofeo es tan fuerte que necesito cerrar los ojos casi por completo. Ramas oscuras atraviesan el humo gris elevando la copa hasta casi llegar al techo, mientras un remolino de agua y aire la envuelve. Un dragón de fuego escala las ramas en zigzag, da dos ligeras vueltas y ruge antes de entrar en la copa.
Dieciséis pedazos de hojas blancas quemadas por el borde salen del interior en una explosión de luz de varios colores en tono neón. Las motas doradas y blancas que rodeaban la copa estallan y se esparcen por el comedor como si muchas luciérnagas hubieran volado para escapar por sus vidas. Las láminas blancas van a las manos de la directora y se quedan suspendidas frente a una sonriente Karen mientras las motas de luces caen con lentitud y desaparecen una vez que tocan el pulcro suelo blanco del comedor.
—Necesito que los elegidos por la copa se acerquen y se coloquen en un escalón de forma descendente a ambos lados de la escalera, ¿entendido? —El grito de los allí reunidos le fue suficiente—. La primera persona elegida por la copa es James Ford, segundo año.
El nombre de James apareció en el techo grabado en fuego. Los gritos y silbidos a favor del primer seleccionado llegaron al instante. El aludido subió con una sonrisa los escalones hasta llegar casi al nivel de la directora.
—La siguiente persona es Liam Cook, segundo año.
La directora va anunciando diferentes nombres y cada uno de ellos aparecía grabado en el techo con letras de fuego. Entre los seleccionados estaban Alice, Thiago y Emma. Sin importar lo ocurrido entre nosotros, ellos tres son muy buenos como usuarios.
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Editado: 09.02.2023