Capítulo 15 “Un colegio misterioso”

Los días siguientes fueron un poco estresantes. Después de lo ocurrido con Lissa, los ataques de los cold fueron en aumento. Es espeluznante. El terror en la cara de los estudiantes de tercero es notable. No sabían quién podía ser el siguiente.

—Una clase más de defensa y juro que termino con todos los huesos rotos —protesta Brenda sentándose con cuidado.

—¿Vincent te está llevando muy duro en el entrenamiento? —pregunto mordiendo una manzana

—¿Duro? —comenta Lilith—. Esa palabra se queda corta.

—Ese chico parece una bestia cuando está entrenando —añade Tommy.

—Dios —Brenda entierra su cabeza en las manos—, solo falta una semana para terminar el mes y cambio de pareja.

—¿Alguien te obligó? —bromeo, enarcando una ceja.

—Ni me lo recuerdes –—dijo ella en susurros.

—Chicos, ¿alguno de ustedes ha visto a Javier? —pregunta Clarissa y frunzo el ceño.

—No. Ni siquiera vino a almorzar —explica Brenda. La cara de preocupación de Clarissa es evidente.

—Si lo ven, díganle que necesito verlo.

Todos asentimos y ella se retira. Me levanto y la sigo hasta el pasillo.

—Clarissa —La agarro por el brazo—, ¿qué ocurre? —Acomoda las gafas de pasta en su pequeña nariz con ligero nerviosismo.

—Nada. ¿Por qué lo preguntas?

—No me gusta que me mientan y lo sabes —respondo, cruzándome de brazos—. ¿Qué pasa con Javier León?

—Nada. Solo quería avisarle que los estudiantes y profesores de “Mary Weathers” llegan en la noche. Mucho antes de lo previsto.

—¿Por qué tendrías que avisarle?

—Me tengo que ir, Allison. Díselo también a tus amigos. —Se despide y camina por el pasillo con paso rápido.

—¿Qué le pasa a esta gente con ese colegio? Primero Brenda y ahora Javier. Algo apesta con ese instituto. —Me dirijo hacia el comedor y me siento fuerza en mi lugar.

—¿Qué hizo Talia esta vez? —pregunta Brenda.

—¿Qué? —pregunto confundida.

—Cuando estás de mal humor, Talia siempre está en el medio —explica Tommy.

—Ah, no. No tiene nada que ver con ella.

Todos me miran fijamente esperando una respuesta. Estoy molesta y ellos lo saben.

—¿Qué ocurre, McKenzie? —murmura Javier con sorna a mi lado—. No me digas que estás molesta por lo de ayer en defensa. —Se cruza de brazos y sonríe con sorna.

—Mira que no —espeto, molesta. Pero este sentimiento era mucho mayor. La rabia corre por mis venas y no sé cómo soltarla—. Al parecer, en este colegio hay demasiados misterios, y nadie se inmuta en contarme las cosas completas —añado, mordaz.

—Tranquila, chica —interviene Tom. Sus ojos azules me miraban con preocupación—. No creo que lo de ayer haya sido tan malo.

—¡Que no es por la clase de defensa, joder! —espeto y el agua de mi vaso sale disparada hacia arriba—. ¿Qué ocurre con ese maldito colegio de “Mary Weathers”? –pregunto elevando las manos hacia el cielo histérica.

Sé que estoy haciendo una escena, pero saber las cosas a medias tintas me está molestando… y mucho. El silencio se hizo en mi mesa. Los ojos de Tom, Lilith y Brenda se abrieron grandemente y la mirada de Javier se oscureció.

—Llevo tres meses en este colegio y cada vez que pregunto, todos se callan y me dan esquinazos. Eso me cansa un poco.

—¿Estás molesta por ese colegio? —interviene la pelirroja con sorna, cruzando los brazos en el pecho—. Vamos, muchacha. Es demasiado obvio.

—Talia, no creo que sea el momento —intercede Cameron, agarrando el brazo de su novia.

El aire comienza a azotar dentro del comedor con fuerza. Las llamas de las antorchas en las paredes se elevan y calientan la estancia un poco más de lo normal. Las arañas del techo se mueven con brusquedad y las ventanas abiertas golpean con fuerza las paredes. No sé cómo no se habían roto con tanto jaleo.

—Talia, contrólate —advierte Brenda, al notar el ligero descontrol en el elemento de la pelirroja.

—No soy yo. Si ella quiere saber…

—Talia —amenaza Javier—, más te vale que calles.

Los ojos verdes de León se oscurecen con sus propias palabras. El verde es tan oscuro que casi son de color musgo. Cerré los puños de mis manos.

—¿Qué es lo que tiene que callar? —pregunto frustrada. La rabia sigue fluyendo en mí. Ya estoy casi en un modo incontrolable.

—¡Ya basta! —ordena la directora Carlisle a nuestro lado.

Tal fue el susto, que doy un pequeño brinco en el lugar. Toda el agua del lugar, ya sea de las mesas, jarras o floreros, se eleva hasta el techo y cae con fuerza mojando a todos.

—Señorita McKenzie, más le vale que se tranquilice —insiste, en tono imponente con sus ojos negros fijos en mí. Frunzo los labios con fuerza y me calmo poco a poco—. Mucho mejor.

—Directora Carlisle —anuncia Brenda y todos mis amigos se levantan de la mesa.

—¿Ocurre algo? —pregunta Lilith y gruño por lo bajo. Mi mirada oscila entre Javier y la pelirroja.

—No ocurre nada. Quería dar una noticia al estudiantado, pero esto… —Nos señala con el dedo—, me retrasó un poco. —En ese momento me doy cuenta que toda la estancia está en completo silencio—. Solo quería anunciar que el colegio “Mary Weathers” llega en la noche.

Talia palidece y Cameron cierra sus manos en puños con fuerza. Brenda maldice por lo bajo. Lilith y Tom se miraron entre sí, y Javier, además que la mirada estaba oscurecida, abre y cierra sus manos de manera rápida.

—Si todo está bien por aquí, me retiro. Todos los estudiantes tienen que saberlo. —La directora me mira una vez más. Está molesta… aunque no más que yo. Las expresiones de todos me molestaron aún más.

—¿No se suponía que llegaban en un mes? —comenta Lilith, pero su voz sonaba no muy contenta. Brenda se sienta en su lugar completamente devastada.

—Esto no va a ser nada bueno —murmura Talia, con voz temblorosa. Si ella, que era la chica más insoportable de este lugar habla así, no quiero imaginarme el resto de… gritos y silbidos rompieron mi cadena de pensamiento. La directora Carlisle hablaba desde la plataforma al final del comedor.