-Solo cálmate y por favor cuéntame desde el principio lo que pasó.
-compré el desodorante en la tienda, luego yo caminaba de regreso a mi hogar a eso de las ocho aproximadamente, cuando ya estaba cerca de llegar, oí un raro sonido proveniente del callejón que está al lado de mi casa.
Entré al viejo callejón y me tomó por sorpresa ver una especie de nube color gris que flotaba y no se movía, pasmado y muy confundido quedé. Después de mucho pensar decidí buscar ayuda, pero nadie pasaba por allí en esos momentos.
Me acerqué para ver más de cerca el raro fenómeno, y observé que el tamaño de la rara cosa era como de dos pies de ancho por uno de largo, entonces para averiguar qué era eso puse mi mano adentro de ella, y escuché un fuerte y rápido estruendo por todo mi alrededor, con mucho temor cubrí mi rostro con las manos además me agaché esperando no morir.
Pasó el feo ruido y yo seguía vivo e intacto; aunque cuando me paré y miré al frente me quedé tan espantado que no podía reaccionar, lo que veía era una auténtica pesadilla, ya no estaba en el sucio callejón, y lo peor es que me rodeaba un extraño ambiente el cual jamás había visto. A cualquier lado que giraba la cabeza no miraba nada de casas tampoco vegetación, la luz era bastante tenue, todo el cielo tenía color marrón, el suelo estaba cubierto por una tierra negra de granos grandes.
El asombro me controló varios minutos, después reaccioné y quise caminar; sin embargo fue poco, me cansé rápido debido a que el aire lo sentía pesado. Pensaba mucho tratando de encontrar una lógica explicación a semejantes cosas, cuando escuché un fuerte sonido detrás me tiré asustado al piso, me enrollé como si fuese un armadillo y pues descubrí que solo se trataba de la misma nube gris, de pronto la desesperación me invadió de manera exagerada a tal punto que no me pude controlar, por eso comencé a gritar con todas mis fuerzas diciendo: ¡auxilio!, ¡ayuda!, ¡socorro!, lo hice muchas veces hasta dolerme la garganta y los pulmones, aun con todo eso nadie ni nada salió para ayudarme.
La nube comenzó a encogerse además cada vez se hacía más difícil respirar, por lo que me arriesgué a tocar la nube y nuevamente hizo un sonido grande y aparecí al instante dentro del mismo callejón, por favor créeme George, no te miento y no quiero volver a ese raro sitio nunca más en mi vida.
George miraba fijamente a los ojos llorosos de su todavía asustado amigo y le dijo:
-¿A qué hora dijiste que pasaron todas esas cosas?
-Hace una hora, cuando regresé al callejón comencé a correr hacia mi habitación, adentro del cuarto se me ocurrió venir acá, yo no tengo una familia, tú sabes bien que solo en ti tengo la absoluta confianza para desahogarme y contar esto.
- Bien Jack, llévame al lugar donde viste la nube gris, espero poder ver algo y descansa tu voz que se escucha terrible.
Los dos amigos salieron de la casa George muy bien abrigados con jeans, guantes de lana y chamarras de terciopelo. Llevaban clara la misión de encontrar cualquier tipo de pista, inclusive de la mínima que sería crucial para resolver el enorme misterio, se fueron caminando a través de unas pocas calles encontrándose a muchos automóviles y pocos peatones, el cielo lucía totalmente nublado en aquella noche fría de inverno del año 1999.
Una vez en el sitio del acontecimiento se sorprendieron al ver a un joven en cuclillas al frente de una pared, todas sus prendas eran de color negro incluso el gorro en su cabeza, también parecía tener algo en la mano, a la par de sus pies yacía una decena de colillas de cigarros fumados recientemente; no obstante descubrieron que el tipo era un vagabundo que escribía unos largos mensajes soeces con su lata de spray, cuando notó que lo vigilaban salió corriendo con gran frenesí, entonces los dos amigos entraron al callejón, le dijo el amedrentado y tembloroso hombre a su amigo:
- Mira fue justo aquí, la vi flotar al lado de este contenedor de basura, todavía no lo puedo creer, dime con sinceridad lo siguiente: ¿qué crees que me sucedió?
-oye tranquilízate, yo sugiero a que esperemos un buen rato para ver si aparece la nube, mientras tanto hablemos de otras cosas.
En medio de los malolientes desperdicios y las enormes ratas que corrían y chillaban de manera alocada por el piso, aquellos sujetos se la pasaron hablando de: política, deportes, contaminación ambiental, películas románticas, teorías de conspiración, chistes indecentes, etc. Hasta se turnaron para que uno a la vez pudiera usar el baño de la casa de Jack, de ahí sacaron las sillas en donde permanecieron sentados, todo eso ante las miradas sorprendidas de los transeúntes, así transcurrió de manera lenta una hora con treinta minutos, entonces George comenzó a bostezar como hipopótamo producto del sueño, cansancio y aburrimiento, así que sin mayor preocupación dijo:
-Escúchame Jack, creo que fue una especie de ilusión óptica lo que viste.