Atrapado, esa era la palabra más adecuada para describir el como un joven chico de quince años se sentía.
Alex se sentía atrapado por los nervios y la tención que se había formado en el aire, una atmósfera pesada y nada cómoda.
Alex comenzó a odiar todo a su alrededor y deseo estar en su antiguo hogar.
Siempre que se sentía mal podía tocar el piano, el suave y relajante sonido del instrumento le ayudaba cuando se sentía mal.
Si el piano no le apetecía entonces podía tocar el violín, las suaves notas del instrumento ayudaban a que su corazón se anestesiara.
— La última vez no tuvimos tiempo para conversar.
Ella tenía razón, la última vez había sido muy confuso, un encuentro entre viejos amigos aunque Alex lo sentía como una situación en donde una chica se encontraba con su viejo enamorado.
Alex sabía que Ronnie Anne lo mirada todo desde un ángulo diferente, para ella era una reunión de viejos amigos, para Alex solo era una situación donde el era confundido con alguien más.
— Sabes, estoy enojada, trate de besarte pero me esquivaste, ¿Acaso ya no te gusto?
Alex no podía ver a Ronnie Anne a los ojos, esa pregunta era muy vergonzosa, ahora que lo pensaba el no podía recordar la última vez que estuvo enamorado.
Trato de hablar y cuando su boca se movió y el aire salió no emitió ningún sonido, el gato le había comido la lengua.
No había razón para estar nervioso, esta chica estaba confundida.
¿Acaso ya no te gusto?
Esa pregunta no era para el, esa interrogante estaba dirigida a otra persona.
— No es que no me gustes, al contrario me pareces una chica muy linda y simpática.
— ¿Entonces por qué me esquivaste?
Alex pudo percibir la discordia en esas palabras, se sintió avergonsado por la situación en la que se había metido.
Todo esto, esta chica hablando con el. Parecía una situación donde un chico trataba de tranquilizar a su mal humorada novio.
Alex rió un poco, esta avergonsado pero ese divertido pensamiento le hizo reír.
— ¿De que te ríes?
Ronnie Anne le interrogó en queja, Alex logro verla a los ojos sin sentirse avergonsada, Ronnie Anne parecía enojarse más y más a cada momento.
— Te lo diré de una vez, no estoy seguro de que me creerás pero estoy un poco cansado. Sabes, no soy quien tú piensas.
Ronnie Anne le miro sin entender las palabras que habían salido de sus labios. Como que el no era quien ella pensaba.
El era su amigo, su viejo enamorado, el único barón en una familia enorme de solo chicas, el era Lincoln, su natural cabello blanco era prueba de ello.
Ronnie Anne dejó que las comisuras de sus labios formarán una extensa sonrisa.
Se acercó a Alex tímidamente y le dio una gran abrazo.
— Yo no soy quien tú piensas.
Alex exclamó un poco incómodo por la repentina acción de de Ronnie Anne.
Las palabras de Alex llegaron a los oídos de Ronnie Anne, ella no podía entender a lo que se refería.
— Se que eres tú — exclamó con una sonrisa llena de confianza — al mismo tiempo no eres tú, ya que pasó mucho tiempo desde la ultima vez que estuvimos juntos, cambiaste mucho en solo unos años.
Alex miro a otro lado sin poder decir nada más, sus palabra no parecían llegar a Ronnie Anne, ella estaba escuchando pero no parecía estar prestando atención.
Alex sintió los nervios recorrer todo su ser, a Ronnie Anne no le gustaba ser ignorada.
Ella tomo la mano de Alex y lo giro, era su una manera infantil de exigir que le prestará atención.
Ronnie Anne no soportaba que su viejo amigo le tratara de una manera tan distante he indiferente y mucho menos le gustaba que le diera la espalda.
Ella estaba hay para el, había venido desde muy lejos, había cruzado casi tres estados de distancia solo para estar con el. Lo menos que el podía hacer era prestarle atención.
Alex tomo la mano de Ronnie anne con toda la gentileza que pudo, sus gestos eran nerviosos y torpes, no se podía evitar después de todo estaba tomando la mano de una chica radiante y bella.
Ronnie Anne le siguió sin ninguna pisca de vacilación, cuando su viejo amigo le obligó a subir los escalones hacia el segundo piso pudo entender vagamente lo que pretendía.
Alex tenía la esperanza de que su mente pensará en algo para lidiar con esta chica.
— ¿A dónde me llevas? — Ronnie Anne preguntó con el objetivo de romper el hielo, ellos eran viejos amigos no le gustaba el actual ambiente que había entre los dos.
Cuando el la llevó por el pasillo y dejaron varían puertas detrás de ellos comprendió que a donde quería llevarla.
Por un momento pensó en negarse, dos chicos que eran casi adultos en una habitación no podía significar nada bueno.
En la experiencia que ella había obtenido aprendió que cuando un chico lleva a una chica así habitación solo puede significar una cosa.
Ronnie Anne llevo su mano a su boca y con todas sus fuerzas resistió el impulso se vomitar, aquella escena, ese chico tan desagradable vino a ella de nuevo.
Alex le miro un tanto inquieto, sus ojos se cruzaron con los de ella.
Ronnie Anne miro sus ojos con toda su atención, su mirada no reflejaba malas intenciones, era una la mirada de un chico inocente y un tanto nervioso.
Una pequeña riza se escapó de sus labios, a pesar de que habían pasado años su mejor amigo seguía siendo un niño.
Pero no había nada de malo en eso, no le desagradaba, al contrario. Esto lo hacía más interesante.
Todos los chicos que había conocido, todos los barones que tenían su edad habían dejado de ser unos niños, todos esos chicos que ella había conocido solo pensaban en una cosa.
Era algo extraordinario que su viejo amigo no tuviera esa mirada cargada de deseo y prevención.
— ¿Por qué me llevas a tu habitación?
La pregunta de Ronnie Anne salió de sus labios, su tono fue divertido y también juguetón he incluso también un poco pervertido.
Editado: 13.08.2021