La semana comenzó con una sensación de urgencia. La revisión con Adrián había revelado algunos detalles que necesitaban ser ajustados de inmediato, y la colaboración con Laura avanzaba a pasos rápidos. Alejandra se encontraba en una encrucijada, equilibrando las demandas de ambas iniciativas mientras trataba de mantener el enfoque en el progreso general de la empresa.
El lunes por la mañana, Alejandra convocó una reunión con su equipo para discutir los ajustes necesarios. “Hemos recibido algunas observaciones de Adrián que debemos implementar de inmediato,” dijo Alejandra. “Es crucial que resolvamos estos problemas rápidamente para mantener el ritmo del proyecto.”
Marcos, su socio, presentó un plan de acción. “Vamos a dividir el equipo en dos grupos: uno se encargará de los ajustes para el acuerdo con Adrián, mientras que el otro se enfocará en preparar la evaluación preliminar para la colaboración con Laura.”
Alejandra aprobó el plan. “Perfecto. Necesitamos ser eficientes en ambas áreas para no perder el momentum. Mantendremos una comunicación constante para asegurarnos de que no haya solapamientos ni retrasos.”
El resto del día se dedicó a la implementación de los ajustes necesarios y a la preparación de la evaluación. Mientras su equipo trabajaba en los detalles técnicos, Alejandra se centró en revisar los documentos de la colaboración con Laura, asegurándose de que todo estuviera listo para la próxima fase del proyecto.
El martes, Alejandra se reunió con Laura para una actualización sobre la colaboración. Laura la recibió en su oficina con una actitud profesional. “Hola, Alejandra. Estoy ansiosa por escuchar cómo van las cosas de tu lado.”
Alejandra le presentó un informe sobre el progreso de la evaluación preliminar. “Hemos avanzado en la preparación de la evaluación y estamos listos para la próxima fase. ¿Cómo van los preparativos de tu lado?”
Laura asintió. “Estamos en la fase final de selección de startups para la primera ronda de colaboración. También hemos coordinado una sesión de networking para la próxima semana, donde podremos conocer a algunos de los participantes.”
Ambas discutieron los detalles de la sesión de networking y acordaron los pasos a seguir. La colaboración estaba tomando forma y Alejandra estaba entusiasmada con las posibilidades que se presentaban. Sin embargo, la carga de trabajo seguía siendo intensa, y la necesidad de gestionar ambos proyectos seguía siendo una prioridad.
El miércoles, mientras trabajaba en la implementación de los ajustes recomendados por Adrián, Alejandra recibió una llamada de Ricardo, su abogado. “Hola, Alejandra. Quería informarte que he recibido algunas preguntas adicionales sobre los contratos. Parece que hay algunas cláusulas que necesitan aclaración.”
Alejandra frunció el ceño. “¿Qué tipo de aclaraciones son necesarias?”
Ricardo explicó que había algunos términos que requerían una revisión detallada para evitar malentendidos futuros. “Vamos a necesitar una reunión para resolver estos puntos antes de continuar.”
Alejandra acordó una reunión con Ricardo para el jueves por la mañana. Mientras tanto, continuó trabajando en los ajustes para el acuerdo con Adrián y preparando los materiales para la sesión de networking con Laura.
El jueves, Alejandra se reunió con Ricardo para revisar las cláusulas del contrato. Aunque la reunión fue exhaustiva, logró aclarar los puntos necesarios y garantizar que los documentos estuvieran en orden.
Esa tarde, Alejandra se sintió aliviada al ver que se estaban resolviendo los últimos detalles. La carga de trabajo seguía siendo alta, pero el progreso constante en ambos frentes le daba una sensación de control y avance.
El viernes, Alejandra se tomó un momento para revisar el trabajo realizado durante la semana. Aunque aún quedaban muchos desafíos por enfrentar, la combinación de avances en el acuerdo con Adrián y el progreso en la colaboración con Laura estaba construyendo una base sólida para el futuro de la empresa.