PARTE 2

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Ahora si, disfruta este capítulo. 

El viento que recorre el bosque es helado, señal de que el invierno aún no ha acabado, la nieve ha cubierto prácticamente todo Ñoñolandia, y aun así, la temperatura que irradia este hombre hace que la zona sea inundada por un calor infernal. 

Lo poco que había quedado en pie de la cabaña después de uno de los ataques de los vampiros, ahora ha sido reducido a escombros, por lo que, en este momento, nos encontramos a la intemperie, yo sentado a un lado de un árbol y él enfrente de mí. 

- Así que Humana no solo está aquí, en este mundo… sino que además está en este pueblo medieval. - dice este individuo mientras dirige su mirada hacia el norte. 

No puedo creer que este loco, que hasta hace unos momentos estaba dispuesto a quemarme vivo, ahora me tenga sentado a un lado de él mientras se sumerge tan tranquilamente en sus propios pensamientos. Aun no entiendo como una mujer como Humana puede estar relacionada con un loco como este.

Bueno, al menos, sacaré provecho de todo esto, si cumple su promesa, este extraño me pagará mucho por la información que acabo de darle de Humana. 

- Bien. En ese caso, tendré que atraerla de alguna manera. - concluye con una sonrisa siniestra. 

La verdad, después de lo que vi que es capaz de hacer, me da nervios que este hombre se ponga creativo. 

- Por cierto… - dice dirigiéndose a mi. - …creo que acordamos un pago para ti, ¿verdad? 

Pone la palma de su mano cerca de mi cara. ¿Qué es lo que piensa hacer…? ¡No! 

Lo único que me da tiempo hacer cuando veo una ráfaga azul viniendo hacia mi es hacerme bolita en el lugar donde estoy sentado. ¡Diablos!

Le salió fuego azul de las manos… ¡hizo fuego azul con sus manos…! ¡y sin usar magia o alguna arma! ¡Me lanzó fuego azul con sus manos! 

- Pero ¿qué…? - exclama desconcertado.

Pero, si me lanzó fuego, entonces ¿por qué no me estoy quemando? 

- Qué curioso. - su mirada ahora está concentrada en la imagen de un dragón de fuego rojo que se desvanece lentamente en el aire. - Al parecer Humana puso un escudo en ti.

¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? Si se supone que ella no hace magia. ¿Y ahora de qué se ríe este hombre?

- Dime, ñoño medieval. - su mirada está concentrada en mí. - ¿Qué se siente haber vendido a la persona que te protegió?

No sé porqué, pero su mirada… es como si estuviera decepcionado o molesto conmigo. 

Ay no, se está acercando a mi. 

- Mi Humana, mi pequeña ratoncita. Siempre protegiendo a los demás. - con su mano levanta mi cabeza, sujetándome por debajo de la barbilla, asegurándose de que lo mire directamente a los ojos. - Pero bueno, ya sea que te quemes o no, tú me ayudarás a llamar su atención. 

- Mientras me pagues, te ayudaré en lo que quieras. - contesto con una seguridad que hasta a mi me impresiona. 

Él solo se limita a sonreír. 

Ay Humana, algo me dice que esto se va a poner muy divertido.