Emma entro al baño, y lo primero que vio fue su reflejo, una niña rubia de ojos azules y de piel blanca como luz de luna, se vio un poco mas delgada y con los pomulos mas marcados y entendia porque, habia dejado a un lado el desayuno para salir a cazar ciervos en la mañana para el almuerzo con German.
Ignoro su reflejo y decidio quitar lo que quedaba de pijama para entrar en la regadera y dejar que el agua le cayera por el cuerpo. Se quedo un rato mirando a la pequeña ventana que habia en el techo y se dio cuenta que el sol se habia puesto mas radiante, no se quedo un rato, estuvo una hora metida en sus pensamientos, imaginando que tan interesante podria llegar a ser el dia de hoy porque claro, era su cumpleaños.
Emma al acordarse de que cumplia años salto de la tina para llegar a su habitacion y cambiarse,
Así, entro a la habitacion pequeña, era solo para ella pues no necesitaria mas, era de madera pintada de blanco, con dos ventanas y una en el techo casi del tamaño del espejo cuadrado en su habitacion, de hecho habia elegido ese lugar para dormir porque al acostarse en su cama y mirar al techo veia al cielo negro con pequeños puntos blancos que sus tios le habian enseñado llamados estrellas y era su lugar favorito.
Tambien habia un espejo, un tocador y una mesita pequeña en donde guardaba algunas notas y recados que traia Irma cuando viajaba al pueblo.
Abrio el armario y saco un vestido gris con bordes negros que le llegaba hasta las pantorrillas y un par de zapatos negros perfectos para salir a cosechar.
Su vestido favorito.
Y los zapatos de tanto usarlos para salir en la mañana ya se habian vuelto una costumbre para ella.
Miro al espejo y tenia el cabello como el espantapajaros que tiene la tia Irma en la pequeña granja al frente de la cabaña, asi que decidio tomar un cepillo y dejar cada mechon en su lugar.
Ya lista, salio a recibir con buenas ganas y la mejor sonrisa el dia tan esperado por la familia.
Editado: 21.06.2019