El español

Ya el tema de Camila estaba perdido, su reacción de enojo un poco violenta, ocultaba algo, seguro eran celos, hacia otra vecina, llamada Pamela. Pamela es una chica hermosa que cada tanto se quedaba en el local charlando, cuando siendo de chicos, éramos un grupito de amigos, Pamela y Camila eran amigas, que ahora no lo eran. Yo decidí según un libro que la pareja de uno estaba ya decidida desde los amiguitos de la infancia, después de muchos fracasos amorosos, probé eso, eran dos chicas del barrio, Camila y Pamela, las dos me atraían en verdad, probé con Camila, ella era la que realmente estaba enamorada de mí en la infancia, probamos hasta que se corto, ahora era el turno de Pamela, aunque todo era muy reciente y Pamela iba a ir a Europa, probablemente a España ya que ella se había mudado allá y solo venia de visitas a Rosario, Argentina. Pamela me había mandado al frente delante de Camila que tenía mi número de celular, ahí yo creo que Camila me hizo la cruz. A todo esto, no se vendía ni un libro, iba a tener que buscar trabajo, el negocio no funcionaba, el tema era que a mis 40 pirulos, ¿Quién me iba a dar trabajo?, encima sin carnet de conducir. El negocio de libros en el mientras tanto debía seguir en pie.

Miro al cielo, reflexiono, y aparece un hombre viejo, a mirar libros, lo miro y le digo – Hola, le gusta la lectura?- me dice – Que tal, si, me gusta, tenes algún libro sobre España- a lo que le digo, ilusionado por una posible venta- Si, tengo unos de arte español. El hombre los mira, parece que le gusta, parece que va a ser una posible venta!!!. – Justo ahora no traje plata, pero ya voy a pasar otro día- lo había escuchado mil veces a eso, después no pasaban. Se me queda charlando. Me cuenta de España, que era del centro riojano, y me dice… En la colectividad riojana, va a ver una feria de libros- Justo lo que estaba buscando- ¿me puede dar la dirección del lugar? – Si como no- , me da una dirección y la anoto. Se queda un rato mas, me cuenta que él una vez fue artista, que hacia cuadros, pero nunca los exhibió, eran cuadros de hadas, elfos y temática Celta. Hablamos de que éste año me anote en la facultad publica de bellas artes, a la que no pude seguir por falta de materiales. Me alienta para que siga, y dice – Te espero en nuestra feria del libro, por lo que veo, te gusta las narraciones fantásticas, y hay libros de esa temática, nos vemos allá, yo me llamo René cualquier cosa-