El Reino De Las Hadas

6

Juro que no era mi culpa, era culpa de los que me encerraron en el cuarto a darme clases privadas, me habían mandado dos profesores hadas, los dos no paraban de hablar, parecían cotorras, y mi paciencia estaba llegando a su límite rápidamente, así que antes de que me levantara y les pateara el trasero, decidí hacer un plan para mi fuga, fue fácil, me hice pasar por una chica asustadiza que vio un ratón en el baño, ellos enseguida fueron al lugar, no esperé más y lo encerré a los dos.

Salí del cuarto y me escabullí por los pasillos hasta buscar la salida del castillo, pero al hacerlo me topé con la chica de Damen, diré con la princesa del reino, la hermana de Daiton. Quedé congelada como una estatua cuando me vio, tenía el cabello recogido en una coleta, su vestido azul pastel le hacía ver más joven.

Me sonrió y se acercó a mi paso airoso, mi sangre se congeló al verla como se acercaba lentamente, ¿Me iba a golpear por hacer una escena extraña con el hombre que amaba? Eso ni hablar, yo solo era una amiga de Damen, no tenía nada que ocultar.

─Buenos días, Melody. Anoche te vi pero no pude hablar contigo. Estuve muy entretenida con mi caballero. El joven que te sacó a bailar, él es mi caballero….

Estaba reclamando algo que no entendía.

─Si, Damen, él es mi amigo.

─Me contó que lo salvaste. Te lo agradezco de todo corazón por salvarle a la vida a mi….

─Caballero.─ completé por ella. Arquee una ceja, ahora entendía a lo que quería llegar. Pensaba que me gustaba Damen y que se lo iba a quitar de sus manos, ella estaba realmente bien equivocada por pensar de aquella manera. Yo nunca me enamoraría de un hada, ellos tienen una manera extraña de amar.

─Sí, me alegra que se lleven bien.

─Solo somos AMIGOS, nada más princesa Aria.

Ella me sonrió.─ si, lo sé. Tú ya lo sabes de todas maneras, nos vistes en plena….

─Escena de telenovela, realmente nunca había visto alguien de ese modo.─ contesté. Me miró sonriendo y disimuladamente con elegancia me miró de pie a cabeza. Ella era como esas chicas que se preguntaban: “¿Qué le vio de bueno, Damen?”, antes de que se preguntara eso yo contesté a su pregunta.─ Nada.

─ ¿Qué?

─Damen y usted se conocen mucho.

Sus ojos enseguida brillaron como dos estrellas en una noche.─ si, él vino hacia mí, antes de todo, Damen era un caballero de la corte negra de las hadas.

─ ¿Qué? ¿Corte negra? ¿A qué se refiere?

Comenzó a caminar y yo la acompañé.─ este reino está dividido en dos partes, la corte blanca y la corte negra, somos enemigos. Damen vino a nuestro lado.

─ ¿Quiere decir que Damen era un caballero de la corte negra que era su enemigo y ahora es su amigo?

─Es mucho más que eso.─ contestó. Salimos del castillo y fuimos a dar al jardín, los rosales estaban maravillosos para la vista, habían bifurcaciones que daban hacia una estatua de ángel que lanzaba agua de sus manos, a un lado estaban unos asientos con cobertura para que el sol no dé. Ella se sentó delicadamente. Yo la seguí, copiando sus movimientos tan etéreos.

─Damen me salvó. Nuestra corte tuvo una guerra con la otra corte, en esa matanza, conocí a Damen. Yo era prisionera de ellos, me iban a matar, lo único que miré fueron un par de ojos violeta azulados que me miraban con compasión, no esperé más y hablé con él. Me sorprendí cuando me di cuenta que no era un enemigo, él solo era otro prisionero de esa corte, lo criaron y lo educaron para hacer cosas malas, él solo era un peón, y yo quería liberarlo de esa carga.

─Entonces los dos se fugaron.

─Sí. Desde ese momento somos muy íntimos, yo me enamoré de él, mejor dicho, nos enamoramos, pero no podemos estar juntos como una pareja, él no puede proclamarme como suya ni yo como mío.

─ ¿Por qué?

─Los dos somos de estatus diferente, además él era un integrante de la corte negra, si yo me uniera con él, es posible que suceda una catástrofe

Vaya imagen que le daban del amor. Parecía que estaba en la época antigua donde los padres elegían a los esposos de sus hijas.

─Eso es ridículo. ¿Se aman y no pueden estar juntos? Es injusto.

Ella soltó una risa amarga.─ verdad, pero la verdad es así, no podemos amarnos con libertad. Es por eso que no podemos andar libremente juntos, es algo muy triste, no quisiera hacerlo, pero no me queda de otra.

Se levantó y se volteó a mirarme.─ te doy la bienvenida a mi reino, espero que nos llevemos bien.



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En el texto hay: romance, magia, hadas

Editado: 07.11.2024

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