La batalla rugía en el reino de las sombras mientras los colmillormenta, liderados por Azgar, se abalanzaban sobre Erinar y los elfos. En ese momento crítico, Morgana apareció, lanzando rápidamente una de sus sombras para proteger a Erinar de la garra oscura de Azgar.
Morgana: ¡Druida, mantén a salvo a los elfos! No permitiré que esa bestia los lastime.
Erinar: ¡Gracias por venir en nuestro auxilio! Defenderemos a nuestros hermanos con todas nuestras fuerzas.
Morgana: ¡Sombras, proteged al druida y a los elfos! No dejaremos que los colmillormenta se salgan con la suya.
Las sombras de Morgana se desplegaron a su alrededor, formando un escudo protector contra los ataques de los colmillormenta. Los rugidos y los choques de relámpagos llenaban el aire, pero la magia oscura de Morgana y la valentía de Erinar y los elfos les daban una ventaja en la lucha.
Azgar: ¡No podrás protegerlos por mucho tiempo, bruja! Mis colmillormenta son invencibles.
Morgana: Ustedes no triunfarán mientras yo esté aquí. Druida, ¡sigue luchando! Juntos derrotaremos a estas bestias.
Erinar: ¡Lo haremos! Con tu magia y nuestra determinación, no hay nada que no podamos enfrentar.
La batalla se intensificó, pero la astucia y la habilidad de Morgana, junto con la valentía de Erinar y los elfos, los llevaron a ganar terreno. Los colmillormenta, heridos y acorralados, comenzaron a retroceder.
Azgar: ¡Malditos elfos y su magia! Pero esta no es la última vez que nos veremos.
Morgana: No subestimes el poder de la luz en la oscuridad, Bestia. Este reino nos pertenece, y te aseguro que lucharemos hasta el final.
Con la retirada de los colmillormenta, el reino de las sombras recuperó momentáneamente la calma. Morgana, Erinar y los elfos se reunieron, compartiendo una mirada de alivio y determinación.
Erinar: Morgana, gracias por tu ayuda. Juntos somos más fuertes.
Morgana: Hemos demostrado que somos capaces de enfrentar cualquier amenaza. Permanezcamos unidos para proteger este reino.
Erinar se sentía cada vez más débil y mareado por el ambiente que emanaba el Bosque sombrío. Morgana, preocupada por su estado, rápidamente comenzó a tejer una red de magia a su alrededor. Esto permitiría que Erinar se recuperara y pudiera utilizar su habilidad de curación en los elfos heridos.
Morgana: Mantente dentro de esta área. Te ayudará a recuperarte y a restaurar tus fuerzas.
Erinar: Me siento tan débil... Gracias. No sé qué haría sin tu ayuda.
Morgana: Descansa ahora. Yo me ocuparé de los elfos heridos. Confío en que tus habilidades de curación los sanarán.
Erinar se acostó en el suelo, mientras la reconfortante luz de Morgana lo envolvía. Después de recuperarse, Erinar se puso de pie con determinación y se acercó a los elfos heridos, dispuesto a curar sus heridas y aliviar su sufrimiento.
Erinar: Compañeros elfos, me alegra ver que están resistiendo. Permítanme usar mi poder de sanación para aliviar su dolor.
Arwen: Gracias. Hemos pasado por momentos difíciles, pero confiamos en tu magia para restaurar nuestras fuerzas.
Erinar: La magia de la naturaleza fluye a través de mí y estoy listo para canalizarla hacia ustedes. Cierren los ojos y permitan que mi energía los envuelva.
A medida que Erinar aplicaba su magia de curación, los elfos heridos sentían cómo el calor sanador se extendía por sus cuerpos, aliviando el dolor y cerrando sus heridas.
Elysia: Es increíble, Erinar. Siento cómo mis fuerzas regresan y mi cuerpo se fortalece. Gracias por tu valiosa ayuda.
Erinar: No hay necesidad de agradecer. Como druida, es mi deber utilizar mis habilidades para proteger y cuidar a nuestro pueblo. Ahora, debemos permanecer unidos y recuperar nuestras fuerzas para enfrentar los desafíos que se avecinan.
Después de que Erinar y Morgana curaran a los elfos heridos, llegó el momento de la despedida. Los elfos se reunieron en un círculo alrededor de Erinar y Morgana, expresando su gratitud y aprecio por su ayuda.
Arwen se adelantó, dirigiéndose a Erinar y Morgana con voz serena.
Arwen: Erinar, Morgana, no hay palabras suficientes para expresar nuestra gratitud por su valentía y dedicación. Gracias por sanar nuestras heridas y protegernos de la oscuridad. Les deseamos éxito en su búsqueda. Que la luz guíe sus pasos y los lleve a un encuentro exitoso.
Los elfos se acercaron uno a uno, estrechando las manos de Erinar y Morgana, expresando sus buenos deseos y palabras de despedida. "Buena suerte en su viaje", "Que encuentren a Luka sano y salvo", "No olvidaremos su valentía", eran algunos de los comentarios que se escuchaban en el aire.
Erinar y Morgana agradecieron a los elfos por su amabilidad y apoyo, prometiendo regresar una vez encontraran a Luka.
Erinar: (con determinación) No se preocupen, encontraremos a nuestro amigo y mantendremos la esperanza viva en el Reino.
Morgana: (sonriendo) Los llevaremos en nuestros corazones y buscaremos a Luka para derrotar el terrible mal que fue liberado.
Con una última mirada y un adiós sincero, Erinar y Morgana partieron hacia Luminaris, dejando atrás a los elfos y continuando su búsqueda con renovada determinación. El viento susurraba sus nombres y la promesa de un reencuentro resonaba en el aire.