Capitulo 5: La Amenaza de los Cinco

Mientras avanzaban por el oscuro camino, Erinar no podía evitar sentir la inquietud creciente en su interior. Observó a Morgana, caminando con gracia a su lado, y finalmente decidió compartir sus preocupaciones.

Erinar: Morgana, a medida que avanzamos en este sombrío camino, he notado que mi magia druídica se ve afectada. Mis conjuros no parecen fluir con la misma facilidad que antes. ¿Sabes a qué se debe esto?

Morgana se detuvo por un momento y miró a Erinar con una expresión seria en su rostro. Sabía que era hora de compartir la verdad con su compañero.

Morgana: Erinar, lo que estás experimentando tiene que ver con la naturaleza misma de estas tierras umbrías. La magia druídica, tan arraigada en la energía de la naturaleza y la vida, encuentra dificultades para prosperar en un lugar donde la oscuridad es tan dominante.

Erinar frunció el ceño, tratando de comprender lo que Morgana le explicaba.

Erinar: ¿Quieres decir que la oscuridad suprime mi magia?

Morgana: No exactamente. La oscuridad simplemente dificulta la conexión que los druidas tenemos con la naturaleza. Es como si un velo se interpusiera entre tu esencia mágica y la energía que fluye a través de los seres vivos. Tu magia lucha por encontrar su camino en este entorno tan opresivo.

Erinar asintió, procesando la información lentamente.

Erinar: Entiendo. Pero ¿Por qué tú no te ves afectada de la misma manera? ¿Tiene qué ver con que esté relacionada con la oscuridad?

Morgana sonrió de manera enigmática, sabiendo que su explicación podría sorprender a su joven amigo.

Morgana: Asi es, Erinar, mi magia se alimenta de esta oscuridad. La conexión que tengo con las sombras me permite canalizar su poder sin obstáculos. Es como si estuviera en armonía con este reino sombrío, mientras que tu magia druídica lucha por mantener su equilibrio.

Erinar asimiló la explicación de Morgana, aunque todavía sentía cierta incomodidad ante la idea de que su magia fuera limitada en este lugar.

Erinar: Aunque me resulta frustrante, estoy agradecido por tu sinceridad, Morgana. Al menos ahora comprendo por qué mis conjuros no funcionan como antes. Tendré que buscar otras formas de enfrentar los desafíos que se nos presenten en estas tierras oscuras.

Morgana colocó una mano reconfortante sobre el hombro de Erinar.

Morgana: Estoy segura de que encontrarás la forma, Erinar. La magia no es lo único que nos define como guerreros. Confía en tus habilidades y en tu sabiduría. Juntos superaremos cualquier obstáculo que se interponga en nuestro camino.

Con una nueva comprensión y determinación renovada, Morgana y Erinar continuaron su camino, enfrentando los peligros del reino de las sombras con valentía y perseverancia.

Días atrás, Malachai, el poderoso mago nigromante, finalizaba su último ritual en lo más profundo de la cueva. La atmósfera estaba cargada de energía oscura y la presencia de los Alfas de los Engendros, Colmillormenta, Pesadillas Encarnadas, Nefrakor, Gloomfang y Necroscamas, se hacía sentir con cada paso que daban.

Malachai, con su figura imponente envuelta en túnicas negras y su barba larga y enmarañada, canalizaba su magia negra para traer de vuelta a la vida a estas temibles criaturas.

Malachai: (con voz grave y reverberante) ¡Alfas de los Engendros, regresad de las sombras! Que vuestro poder y vuestra lealtad vuelvan a mis dominios.

Ashenhowl: (mientras sus colmillos relucen) ¡El llamado del nigromante resuena en mi ser! Me alzo de nuevo para sembrar el caos y la destrucción.

Vortexus: (con un susurro siniestro) Regreso de las profundidades del subconsciente para atormentar a los mortales y arrancarles el sueño.

Ravenna: (con sus alas desplegadas) Mi esencia sombría se fusiona nuevamente con el mundo de los vivos. Traeré la oscuridad al Reino.

Onixarel: (con sus ojos brillantes en la oscuridad) Mi furia nunca se apagó. Vuelvo para devorar la esperanza y sembrar el terror.

Lilith: (su piel escamosa, mostrándose con un brillo mortecino) La muerte me acogió, pero Malachai me trae de vuelta para propagar la decadencia y la descomposición.

Malachai: (con una sonrisa malévola) Mis fieles Alfas, juntos llevaremos al Reino Sombrío a la ruina. Nuestro poder no tendrá rival.

La cueva, con sus paredes húmedas y un olor a moho y muerte, resonaba con los ecos de la magia oscura y la presencia de los Alfas de los Engendros recién revividos. Malachai y sus criaturas se preparaban para desatar el caos y la dominación en el Reino.

Ashenhowl, el líder de los Colmillormenta, convocó a sus dos leales betas, Azgar y Bjorn, en su imponente guarida. El aire estaba cargado de anticipación mientras los lobos se preparaban para recibir las órdenes de su líder.

Ashenhowl: (con voz profunda y autoritaria) Azgar, Bjorn, ha llegado el momento de debilitar las fuerzas de Faerunia. Nuestro objetivo es sembrar el caos y la discordia en su tierra sagrada.

Azgar: (con fiereza en los ojos) Estamos listos para el desafío, Ashenhowl. No descansaremos hasta que Faerunia sea sometida ante nuestra supremacía.

Bjorn: (con determinación) Los druidas, las hadas y los enanos sentirán nuestra presencia. Destruiremos todo lo que se interponga en nuestro camino.

Ashenhowl: (asintiendo) Vuestra valentía es admirable. Partirán al amanecer. Su primera tarea será atacar los enclaves de los druidas. Su magia es su mayor fortaleza, debemos neutralizarla.

Azgar: (con una sonrisa maliciosa) Sus hechizos no serán rival para nuestros colmillos y garras.

Bjorn: (gruñendo) Los enanos serán aplastados bajo nuestro poderío.

Ashenhowl: (con voz grave) Recuerden, nuestro objetivo es debilitar, no aniquilar. Quiero que Faerunia se arrodille ante nosotros. Regresen con la información sobre sus debilidades y reporten a nuestro regreso.

Azgar y Bjorn: (en unísono) Así será, Ashenhowl. No los defraudaremos.