El joven druida, con el rostro empapado en sudor y los músculos tensos por el esfuerzo, regresó al lugar central de los templos. Su largo viaje en busca de los orbes elementales había sido arduo y lleno de peligros, pero finalmente había conseguido reunirlos todos y los llevaba incrustados a lo largo de su brazo derecho.
La energía de los orbes fluía a través de él, llenándolo de un poder inmenso, pero también agotador. Cada uno de los orbes representaba un elemento diferente: tierra, fuego, agua y aire. Con esta combinación de fuerzas naturales, el druida buscaba alcanzar un equilibrio único y restaurar la armonía en la tierra, que había sido perturbada por fuerzas oscuras y desconocidas.
Mientras Erinar permanecía arrodillado y exhausto en el centro de los templos, una luz misteriosa y etérea comenzó a brillar a su alrededor. La voz guía que había estado acompañándolo en su viaje se materializó frente a él en la forma de un espíritu humanoide con aspecto de un antiguo druida sabio.
El espíritu llevaba una túnica de colores terrosos y una corona de hojas trenzadas en su cabello plateado. Su mirada transmitía la sabiduría de siglos y su presencia irradiaba una calma y serenidad indescriptibles. Erinar se sintió abrumado por la presencia del sabio espíritu y bajó la cabeza en señal de respeto.
Espíritu: (con una voz suave pero poderosa) "Has demostrado valentía y determinación, joven druida. Has reunido los orbes elementales y has invocado el poder de la naturaleza para sanar las heridas de la tierra. Ahora, es tiempo de que recibas la ayuda que necesitas."
Erinar levantó la mirada y asintió, sintiendo gratitud por la intervención del espíritu.
Erinar: "Gracias por tu guía y apoyo. Estoy agotado, pero estoy dispuesto a continuar si es necesario para restaurar el equilibrio en la naturaleza."
Extendiendo sus manos hacia Erinar, el espíritu colocó una mano sobre su hombro y la otra sobre la hilera de orbes elementales en su brazo derecho. Una energía cálida y revitalizante fluyó desde el espíritu hacia el cuerpo del joven druida. Erinar sintió cómo sus heridas comenzaban a sanar y cómo su agotamiento disminuía gradualmente.
Erinar: (sintiendo la energía sanadora) "Es increíble. ¿Qué eres exactamente?"
Espíritu: "Soy el espíritu de un antiguo druida sabio, vinculado a la esencia misma de la naturaleza. He estado observando tu viaje y he decidido ofrecerte mi ayuda en este momento crucial."
La energía del espíritu parecía conectarse con la de los orbes, armonizándolos con el propio ser de Erinar. El druida cerró los ojos, dejándose llevar por la sensación sanadora, agradecido por la intervención del sabio espíritu.
Erinar: (con emoción) "Es un honor recibir tu ayuda, espíritu sabio. ¿Qué debo hacer a continuación?"
Espíritu: "La naturaleza te ha elegido como su protector y defensor. Debes recordar que el poder que ahora reside en ti es una responsabilidad que debe ser usada con sabiduría y amor hacia todas las criaturas de este mundo. Escucha la voz de la naturaleza y sigue el camino del equilibrio. La tierra te guiará en tus acciones."
Erinar asintió con humildad, tomando en serio las palabras del sabio espíritu. Sabía que debía ser consciente de su poder y no dejar que la ambición o la imprudencia nublaran su juicio.
Erinar: "Lo prometo, protegeré la naturaleza y usaré este poder con sabiduría y compasión. Gracias por esta bendición."
El espíritu sonrió, su figura comenzó a desvanecerse lentamente en la luz dorada que lo rodeaba.
Espíritu: "Recuerda siempre tu propósito y el camino que has elegido. Ahora, ve y restaura la armonía en el mundo, joven druida."
Erinar se encontró repentinamente expulsado de un portal mágico, cayendo con fuerza sobre un terreno desconocido. Aturdido y desorientado, trató de incorporarse cuando sintió una mano cálida y reconfortante en su hombro. Miró hacia arriba y vio a Morgana, la poderosa hechicera que había conocido en su viaje anterior.
Morgana: (con una expresión preocupada) "¡Erinar! ¿Estás bien?."
Erinar: (con la vista nublada) "Sí... sí, estoy bien, supongo. Todo es un poco confuso en este momento."
Morgana ayudó a Erinar a ponerse de pie, sosteniéndolo con delicadeza mientras él se recuperaba del mareo.
Morgana: "Estuviste en un portal interdimensional, no es algo que se experimente todos los días. Te aseguro que pasar por eso no es tarea fácil."
Erinar: (mirando a su alrededor) "¿Dónde estamos? No reconozco este lugar."
Morgana: "Estamos en un lugar lejano, más allá de los reinos conocidos. Pero no hay tiempo para explicaciones detalladas ahora. Luca está en peligro."
Erinar frunció el ceño, preocupado por su amigo. El zumbido en sus oídos finalmente se desvaneció, permitiéndole escuchar claramente las palabras de Morgana.
Erinar: "¿Luca está en problemas? ¿Qué está sucediendo?"
Morgana: "Los Gloomfangs han atacado a Luca mientras nosotros estábamos en el reino espiritual. Necesita nuestra ayuda para enfrentarlas. No podemos permitir que le hagan daño."
Erinar asintió con determinación, sintiendo una oleada de energía recorrer su cuerpo. Sabía que Luca y Morgana eran aliados invaluables en su lucha por lo que no podía dejar que sufrieran por su ausencia.
Erinar: "¡Por supuesto que iremos a ayudarlo! No podemos permitir que los Gloomfangs causen más daño."
Morgana: "Así se habla. Tu valentía es admirable, Erinar. Ven, te llevaré a donde se encuentra Luca."
Morgana tomó la mano de Erinar y ambos comenzaron a caminar hacia el destino incierto, pero con la determinación de enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.
Erinar miró alrededor, evaluando la situación. La distancia que los separaba de Luca y los Gloomfangs era considerable, y sabía que debían llegar rápido para ayudar a su amigo. Inspirado por la energía de la naturaleza que fluía en su interior, decidió probar una nueva habilidad que había estado desarrollando.