Hacia tanto tiempo que nadie mencionaba su verdadero nombre, que casi olvidó cual era realmente.
Akira.
Saboreó el nombre sintiendo como un horrible sabor amargo invadía su boca y arrugó los labios con repulsión. La última vez que alguien había pronunciado su nombre fue su hermano. En su aliento final. Cuando ella tenía cinco años y su cuello era lo suficientemente pequeño para que él pudiera rodearlo con sus manos sin problema.
"Ojalá te hubiera matado cuando pude, Akira" masculló entre dientes mientras apretaba su agarre en su cuello hasta que se desmayó; no sin antes ver como la reluciente hoja de metal cortaba su cuello.
Abrió los ojos y observó el paisaje más allá de la pequeña ventana de la alcoba.
Bajo la luz de la luna, el invierno azotaba la ciudad con ira y crudeza, como si supiera lo que estaba a punto de hacer y pretendía anunciarle a la ciudad que pronto habría una masacre y deberían correr lejos para salvar sus vidas.
Sus labios se curvaron hacia arriba con ese pensamiento.
Quitó la vista de la ventana y miró la chimenea donde el fuego bailaba como si tuviera vida propia y arrojó sutilmente la carta que antes estaba en sus manos. Casi de inmediato fue consumida por las llamas y, entonces, escuchó el graznido de un cuervo.
La media noche ya había llegado.
***
Bienvenido(a)
Espero que esta lectura sea de tu agrado:-)