Amor en medio de una conspiración

Tres días después del atentado, Marcelo volvió al reino, al hablar con Sebastian, los lideres rebeldes fueron encarcelados y condenados a muerte en la guillotina.

Desde aquel día, una vez al mes, Marcelo visitaba a Miranda, pues en secreto el ideaba un plan para poder derrocar a Sebastian, y para ello necesitaba a Miranda.

En una ocasión, mientras Marcelo y Miranda caminaban en la orilla del río, iban platicando sobre lo que pasaba en el reino

- Es horrible, en serio esta siguiendo los pasos de nuestro padre

-Debes ayudarnos, si hablamos con el pueblo, tu puedes detener a tu hermano

- yo no puedo hacer nada

- ¿No puedes o no quieres?

- No quiero, además las leyes se aplican diferente para las mujeres, en el caso de los hermanos, para derrocar a mi hermano yo debo tener un heredero o heredera, en el caso de un heredero, al cumplir los 16 pude retar a mi hermano o a quien sea rey en ese momento a un duelo de muerte

- Eso es mucho tiempo y si tuvieras una heredera...

- Bueno, en ese caso, mientras mi hermano no tenga herederos, mas fácilmente el poder pasa a mi y mi esposo, solo hasta que cumpla 16 y se despose con alguien. 

- Interesante

- Cambiando de tema, te reto una carrera hasta aquel árbol

- acepto el reto

Ambos salieron corriendo, Marcelo iba enfrente, cuando Miranda lo iba a alcanzar tropezó y cayo encima de el, una vez en el suelo y con la luna y las estrellas como testigo se demostraron su amor.

A la mañana siguiente, una pareja dormía bajo un árbol, ella estaba recostada sobre el pecho de su amado, en donde se sentía protegida, amada, ellos se conocían desde niños, el era quizás 4 años mayor, pero eso no le importaba, pues desde que tenia12 ya sentía que lo amaba, despertar junto a el era perfecto, pero como siempre todo lo bueno tiene que terminar, pues aun lado estaba Diana observándolos, Miranda le golpeo el hombro para que despertara

- Que bien, que bonitos se ven

- Diana, puedo explicártelo...

- Oye, tranquila, mira lo que pasa es que...

- ¡TU CIERRA LA BOCA!, mejor toma tu ropa y largate de aquí, antes de que te atraviese con mis flechas

Sin pensarlo 2 veces Marcelo se fue de ahí con la ropa al medio poner dejando a Miranda y Diana solas

- Y bien, algo que quieras contarme

- Al menos me dejaras vestirme, ¿No?

- Te puedes vestir, mientras me platicas

- Estas enojada conmigo por esto ¿verdad?

- Es tu vida, tu puedes arruinarla como quieras, porque estoy segura que estas consciente de que esto te traerá consecuencias

- En serio no puedes evitar ser tan fría

- No, así soy, ahora si no te importa, volvamos a la aldea

Un mes después, Miranda tenia tiempo sintiéndose mal, mientras ella estaba en el campo, ella cayo desmayada, así que fue llevada con la curandera, rápidamente Diana y su padre fueron avisados de lo ocurrido. 

Adentro de la casa se encontraba Mirando a la nada,con los ojos húmedos por haber llorado, en eso entran Diana y su padre

- Hola pequeña, ¿ya te sientes mejor?- le hablo con dulzura el jefe

- lo lamento, yo... Diana tenias razón, no estaba consciente de las consecuencias, he arruinado mi vida

- No hables así, un hijo no es un error, al contrario, es una bendición, tal vez no es el momento pero de igual manera es una bendición, y tu Diana deberías avergonzarte de lo que le dices a tu hermana

No lejos de ahí en una taberna a las afueras del reino se encontraba Marcelo, platicando con Javier

- Entonces la princesa aun esta viva

- Así es, escucha bien, esta es la oportunidad de librarnos de ellos, es solo cuestión de tiempo para que ella acceda a ayudarnos

- Y exactamente, nos ayudaría ¿haciendo que?

- Ese es mi as bajo la manga, digamos que ya tengo un plan

- ¿Y se puede saber cual es?

- Eso ya lo veras