Con paso apresurado caminaba por la alfombra roja con hilos dorados del Noveno Nivel, el pasillo lleno de unas nubes rosas con olor a perfume. A mis espaldas Rocco intentaba seguirme el paso sin llegar a adelantarse, siempre manteniéndose a pocos pasos detrás de mí.
–Disculpe mi señor. –Ante las palabras de Rocco contesté con un sonido ahogado sin abrir la boca, para que supiera que iba a escucharlo –. Yo no poseo el mismo grado de intelecto que usted y me preguntaba si podía ilustrarme. –Hizo una pequeña pausa–. Hace un momento dijo que ya tenía una idea del responsable ¿puedo preguntar quién es?
Una sonrisa brotó de mi boca <Que ganas de responderle algo así como “No puedes”> de todas formas no iba a hacerle eso, aunque dejara servida la broma, si fuera otro miembro del clan seguro lo hubiera hecho. –Claro –respondí–. Se trata de uno de los Monarcas del Averno que protegen la Biblioteca de Octavo Nivel, ahora mismo voy a buscarlo para que me diga porque hizo eso.
Continuamos caminando por un poco más cuando repentinamente algo llamó mi atención, de a poco la alfombra estaba cada vez más manchada de arena y mientras más avanzábamos todo el suelo en general se llenaba de incontables granos de arena.
Llegó un momento en que estos eran tantos que me detuve y cambié ligeramente mi recorrido, estaba confundido. En vez de seguir derecho giré a la izquierda hasta llegar al Área que custodiaba Nimra, las decoraciones del palacio lentamente iban cambiando hasta ser de un estilo más egipcio.
Al final del pasillo había dos enormes puertas de madera, con una antorcha a cada lado, la luz era menor que antes y había jeroglíficos en las paredes. Estas es la entrada al Área de ese Nilo, y para mi sorpresa el lugar no solo estaba lleno de área.
Dos momias tenían escobas y barrían todo de regreso al interior de aquella Área, a la par Nimra solo se limitaba a observar con los brazos como barrían con sus manos en la cintura. –¿Qué pasó aquí? –pregunté llegando detrás de él.
A pesar de que este NPC tenía orejas de chacal sobre su cabello negro en realidad no se trataba de un Licántropo como Rocco, esas orejas estaban hechas de oro y son un Ítem Mágico. Aunque pareciera humano, en realidad él pertenece a la raza de los Nilos, la representación del antiguo Egipto dentro del videojuego y era fácil distinguirlo por su radiante mirada de dientes de oro.
El ser de figura joven se sobresaltó de golpe, tanto que hasta sus pies se separaron del suelo por un momento. –Rey Soberano de la Ruina. –Se volteó algo tembloroso–. Que falta de respeto recibirlo en estas condiciones, me disculpo.
Estaba muy confundido. –¿Qué fue lo que pasó aquí? –repetí la pregunta.
En respuesta sacudió su cabeza más veces de la cuenta. –Ni yo lo comprendo con exactitud mi señor, no sé si fue alguna de mis invocaciones o una de las sirvientas, pero dejaron abierta la puerta de mi Área y mucha arena se salió. Ahora estaba volviendo a meterla, así que no se preocupe.
–Ya veo, que fastidio ¿no crees?
Quise referirme a lo molesto que sería barrer todo eso de regreso a la habitación, pero él pareció interpretarlo de otra forma, se lanzó al suelo con el rostro cerca de mis pies. –¡Lo siento! Realmente lo siento.
Coloqué un rostro serio, a veces esto era molesto. –No me refería a eso, ya, levántate.
El joven se puso de pie y con sus manos sacudió su cuerpo para limpiarse la arena que se le pegó, este era moreno y estaba casi totalmente al descubierto. Además de sus sandalias tenía algo similar a un pantalón pollera bastante corto hecho de hilos negros y dorados, sumado a esto tenía una gran cantidad de collares alrededor de su cuello y brazaletes en los brazos.
–Está bien. –Pude notar que estuvo a punto de decir “lo siento”, pero se retractó y cambió las palabras. En ese sentido me recordó bastante a su creador Archiduc981–. Si me permite saber ¿Qué lo trae por aquí?
En teoría debía encontrar a alguien que estuvo robando, eso no se lo diría a cualquiera, pero todavía mantenía las vibras de mi mejor amigo dentro de Leyenda Mitológica por lo que respondí sin pensarlo. –Alguien estuvo robando café de la cocina y estaba yendo a recriminárselo.
–Como era de esperarse de usted, debe haber planeado una trampa perfecta para descubrir la identidad de ese maldito culpable.
Quedé perplejo ante ese comentario. –Ehm nope, en realidad no. Solo me hago la idea de quien fue.
Nimra puso un rostro decaído. –Me parece muy feo eso, si usted me acusara erróneamente de algo sentiría que perdió toda su confianza en mí. Nunca podría perdonarme eso, ni suicidándome lo compensaría.
Por un momento estuve boquiabierto <Archiduc981 tiene razón> sacudí frenéticamente mi cabeza <Nimra, está mal que haga eso si es que me estoy equivocando. Pero la evidencia está muy clara, pucha. De todas formas debería cambiar la forma en la que voy a proceder> luego de pensarlo un momento me decidí. –Tienes mucha razón ahí, gracias. –Su rostro se ruborizó–. Acompáñame también si quieres. Ahora iba al Octavo Nivel.
Me di media vuelta para retomar mi rumbo original. –Si usted lo ordena. –Escuché por detrás, no sé porque lo tomó como una orden, aunque ese no fue el caso. Aun así, mis oídos percibían como sus pisadas se unieron a las nuestras.
El Área que estaba bajo la supervisión y protección de Nimra era la primera con la que jugadores intrusos se encontrarían si lograran llegar a este nivel, por lo tanto, también estaba muy cerca de la entrada al nivel anterior. No nos tomó nada de tiempo llegar.
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Editado: 27.06.2024