El renacer de las tinieblas - parte uno (elemental School 4)

Capítulo 20: Garras

Los allí presentes desorbitaron sus ojos ante lo que había ocurrido. Aaren estaba muerto y tendido en el suelo sangrando todavía, mientras que Alexandre se arrodilló con el cuerpo frente suyo, ¿o era tal vez que el percatarse de lo que había hecho lo hizo perder la fuerza en las piernas y sucumbieron al peso? 

 

Un llanto se escuchó en aquella situación, uno hórrido y que sonaba a ultratumba, a todos se les abrieron las carnes y la sangre se les fue a los pies en el momento que esa cosa espectral soltó un lamento atronador.

 

—¡Aaren! ¡Aaren! ¡Discúlpame! —chillaba postrándose ante lo que quedaba de su amigo.

 

—¡Aléjate de él! —le gritó Cha con lágrimas brotando de sus ojos.

 

El muñeco levantó la mirada, no mostraba indicios de llorar, pero dentro de aquella máscara habían rastros de lágrimas que le ardieron poco al ojo cuando enfocó la imagen de la coreana, acompañado de una sensación en su cuerpo como si su sangre le estuviera ardiendo.

 

—Maldita seas… maldita seas… vete al infierno tú y Sebástian —gruñó.

 

Encolerizado, se puso en pie y a la máxima velocidad que se permitía corrió en dirección a la chica con las garras preparadas para desgarrarla en trozos, Cha infló el pecho preparada para recibir el zarpazo, pero un destello y una sensación de vértigo y mareo la pusieron lejos de Alexandre. Wyatt se había liberado finalmente de la cuerda que lo aprisionaba, pero aún cojeaba la pierna dolida. Cha tenía secciones de su cuerpo vueltos un líquido verdoso, pero ante aquel suceso, hizo desaparecer el fluido para regresar a su forma de carne y hueso.

 

—Gracias… oye, ¿estás bien? —inquirió al notar un llanto que sonaba por lo bajo de Lightning Storm.

 

—Era mi amigo —dijo hecho polvo—, si no me hubieran amarrado la pierna…

 

—¡No te deprimas Wyatt! —gritó Luna acercándose a ellos corriendo— Si te pones demasiado triste vas a activar la forma descontrolada de Lightning Storm, y créeme que en estas situaciones un ALPHA que llora, huye y no pelea no nos sirve.

 

—Pero… Aaren… —volteó a verlo, imaginando con todas sus fuerzas que solo se había quedado dormido, con resultados inútiles al notar sin mirar directamente la sangre formando un tétrico charco en el suelo. 

 

—Ya se le podrá hacer justicia luego, ¡Busca ayuda cuanto antes! ¡Avisa a la Ee de dónde estamos!

 

Con un nuevo estallido tras asentir con la cabeza gacha, la imagen de Wyatt se desvaneció entre los árboles, mientras que la de Alexandre ce acercaba cada vez más a ellas, sin notar que detrás suyo se acercaba Sebástian con el puño envuelto en fuego.

 

—¡Aléjate de ellas! —gritó, conectando un derechazo en el aire en donde iría la mejilla de Alexandre, desorientándolo por un momento.

 

El arcángel puso pie en el suelo que estaba entre la figura de sotana negra y sus amigas, y este último lo miró fijamente con aquella sonrisa espeluznante.

 

—Por tu culpa está muerto… —masculló Alexandre mostrando las garras— Si le hubieras dado a Agda tu sangre desde un inicio Aaren estaría con vida.

 

—No me eches a mí la culpa —sentenció mientras sus lágrimas se evaporaban por el calor que desprendía—, tú lo pusiste en esta situación, y fuiste tú quien le hizo eso.

 

—Es tu culpa… —repitió arrastrando las palabras de la rabia— ¡Te voy a desmembrar por eso, Méndez! —gritó— ¡Te voy a hacer picadillos a tí y a la maldita de tu novia y amiga junto con el otro!

 

—¿Me hablaban? —ironizó Wyatt al regresar tras otro retumbar y destello.

 

—¡¿Y la ayuda?! —espetó Luna.

 

—Le dije a los profesores nuestra ubicación y se antes de irme los ví apresurados por… uy, bien me pude traer a alguno de ellos…

 

Una risa tenebrosa proveniente de Alexandre se escuchó.

 

—Entonces los tengo a todos ustedes el tiempo que quiera. No te hubieras molestado en ir, Wyatt, cuando ellos lleguen tan solo van a encontrar sus cadáveres hechos pedazos y repartidos por toda el área.

 

—No si puedo evitar eso —alegó Wyatt, quien intentó regresar para traer a algún profesor, pero de nuevo sintió un jalón en el talón, quedándose en el sitio pero esta vez sin lacerarse la pierna. Al voltear a ver lo que lo aprisionaba, notó la sombra vuelta cuerda que lo mantenía unido al suelo.

 

—De aquí solo te iras hecho picadillos —rió Alexandre.

 

Intentó darle un zarpazo a Wyatt, pero este logró esquivarlo agachándose y posteriormente contraatacar con Voltaic Clawling, logrando acertar el tiro.

 

—Nada mal, pero el mío es más eficaz.

 

—¿Seguro? —rió el espectro, mostrando que el ataque de Wyatt no hizo más que rasgar la cotona un poco.

 

Volvió a dar cuchilladas peligrosas en dirección a Wyatt, quien intentaba zafarse a la vez que evadía las garras del espectro, cosa que se le hacía cada vez más difícil por más que los otros intentaran ayudarlo al lanzarle ataques, no fue hasta que Alexandre fue enterrado hasta la cintura que pudo descansar un momento.

—¡Quítate esa cosa ya! —ordenó Ryan con las palmas de las manos apoyadas en el suelo.

 

Con un tirón dando toda su fuerza, la tierra se resquebrajó y dió pase libre a esquivar con un salto la cuchillada por parte de Alexandre que iba dirigida a sus piernas. 

 

Cuando el grupo estaba por intentar algo más, balines negros les impactaron desde la distancia junto con fragmentos afilados de hielo, metal y pedazos considerablemente grandes de rocas. Ryan fue el primero en ir contra ellos.

 

Uno de ellos, el más cerca del castaño, hizo aparecer de la arena fragmentos de hielo como si fueran estalagmitas, pero haciendo aparecer lo que parecía una tabla hecha de tierra, logró esquivar el hielo, y le propinó un fuerte puñetazo en la boca del estómago al Enslaver.



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En el texto hay: elementos, juvenil, ficcion

Editado: 07.07.2023

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