Salí de la ciudad antes de que Ares notara lo sucedido de que Kalisa se despertara e intentara seguirme. Por un momento me pregunte si Sakala aprobaría todo lo que estaba haciendo, con las personas que me habían acompañado en mi viaje, pero, luego aleje esos pensamientos de mi cabeza, sabiendo que era muy tarde para dar marcha atrás.
El camino me parecía triste, había encontrado lo que quería, pero tal vez había perdido algo importante en medio del proceso, sentía que tal vez correcto lo que estaba haciendo, pero debía liberara a mi esposa, yo la había encerrado y era mi deber liberarla, así ya nunca pudiéramos estar juntos.
Tarde dos semanas en llegar a la capital, donde esperaba descifrar la canción, ya que durante el de regreso, había leído los libros en varias oportunidades sin conseguir que la magia se activara. La ciudad estaba más silenciosa desde la última vez que había estado y tuve que refugiarme en unos suburbios a las afueras de la ciudad para evitar ser reconocido después del incidente en el castillo.
El único lugar donde podía encontrar una respuesta era en la academia de magia en la capital, pero llegar hasta allí era arriesgado y no podía confiar el secreto de los libros a nadie más por el riesgo que implicaba. Así que decidí usar los mismos alcantarillados que habíamos utilizado para escapar, mientras Argerion nos perseguía.
Espere a que llegara la media noche, en una choza de madera donde había conseguido posada por unas pocas monedas. Y sin que el encargado del lugar lo notara, salí del lugar con mi morral en la mano, buscando una de las rejillas que tapaban las entradas al alcantarillado en medio de los matorrales ubicados a las afueras de la ciudad.
Encontrar una rejilla a medio kilómetro de la posada y con mi hacha la desprendí del suelo, introduciéndome en los pasillos oscuros y lleno de ratones, que llevaban el agua sucia a las afueras de la ciudad. camine por varios metros de alcantarillado, mirando en ocasiones a través de las rejillas para guiarme de la posición en la que me encontraba.
después de varios intentos, logre llegar a la rejilla que daba acceso al patio de la academia de magia. El lugar era completamente diferente a cualquier edificio que hubiera visto en mi vida. Absolutamente todo funcionaba y se movía por el poder mágico de las personas que estaban allí y del poder del edificio en sí.
El edificio era uno de los más antiguos de la ciudad, construido sobre los restos de energía espiritual que habían quedado durante la creación de nuestro universo, conservando una gran magia en su interior, por lo cual había sufrido múltiples ataques, invasiones y transformaciones durante las guerras por el continente que se habían presentado entre los múltiples países que cohabitaban, antes de que el rey Ragum y antepasado del rey actual uniera los territorios en uno solo.
El patio estaba iluminado, como en un día de verano, a pesar de que en el exterior era aun de noche, con grandes franjas de tierra y materas en el piso, que contenían plantas extrañas y exóticas, desde venus carnívoras hasta orquídeas; algunas se movían a voluntad, hacia la dirección donde me encontraba como si pudieran percibir mi aroma.
Cruce entre las plantas, hasta llegar a una puerta de madera que daba hacia el interior del edificio, la cual que se abrió por sí sola, cuando me pare frente de ella. Ingrese al edificio llegando a un pasillo, con pisos y muros de piedra. Deslice mis manos por los muros notando un poder mágico que recubría las paredes, formando ondas a medida que yo pasaba mi mano sobre él.
Camine por el corredor hasta encontrara un gran patio central, con varios objetos extraños, me acerque a un tronco que parecía ser un sube y baja, pero al tocarlo, se abrió desde el centro como si se hubiera partido por la mitad, de manera longitudinal, dejando dos superficies planas en la parte superior unidas solamente por un pequeño borde y dos superficies curvas en la parte inferior. Luego de partirse, de su superficie plana, aparecieron algunas chispas eléctricas de colores, separadas por algunos centímetros una de otra. En el patio también había varios aros y utensilios que aprecian para deporte y recreación, pero me aleje del patio, regresando otra vez a los pasillos del edificio.
Camine hasta llegar a unas escaleras que se dirigían al piso de arriba, las cuales ascendí, llegando a un piso lleno de aulas de estudio, con sillas y mesas ubicadas en filas y un tablero en el frente, que parecerían normales, si no fuera por los útiles que flotaban en el aire, como sin un imán los atrajera hacia el techo.
Seguí derecho hasta encontrar otras escaleras, las cuales también ascendí, llegando de manera sorpresiva nuevamente al primer piso donde había estado, lo cual era imposible teniendo en cuenta que en ningún momento había descendido, pero hay estaba completamente desorientado.
Comencé a caminar por diferentes corredores, sin saber exactamente a donde iba intentando buscar la biblioteca o el aula principal de conjuros, donde esperaba encontrar algún tipo de magia o conjuro que me ayudara a descifrar la canción entre las páginas de aquellos libros. Pero esta vez tome el pasillo del primer piso hacia la derecha en vez de a la izquierda, terminando en los sótanos del edificio.
No había ningún interruptor, ya que seguramente la luz funcionaba con magia, la cual yo no sabía activar, el polvo cubría la mayor parte de los pisos y paredes del sótano, con algunas telarañas en las esquinas y la madera rechinaba con cada paso.
Otra vez me había equivocado de camino, pero me llamo la atención que la magia se sentía con más fuera en aquel lugar. Adentro había varios objetos viejos en estantes con puertas de cristal, de pronto el piso y los estantes empezaron a temblar y alguien apareció desde atrás mío, pero tuve tiempo suficiente para esconderme detrás un estante que había en un rincón.