El rey de las nubes

Novena carta

Hola, cuaderno. Ya estás viejito, eh.

Ahora recuerdo todo más claramente. Creo haberlo dicho, pero a veces se me olvidan un par de cosas. Recordé muchos sucesos que había olvidado leyendo esto.

Es una pena, pero no escribí ninguna anécdota universitaria. Supongo que lo hice al principio, pero en hojas sueltas, y ya para este momento deben estar en el vertedero. Escribiré solo lo importante de estos años, para tener un fragmento memoria guardada.

Mis primeros años se basaron solo en estudiar. Estaba muy enfrascado en mis clases. Debo decir que logré congeniar con algunos profesores. Hoy día paso más tiempo con ellos que con mis compañeros, aunque en la universidad no se ve tan extraño eso.

Algunas personas se acercaban a mí. Pensaba que solo por mi apariencia, muchos estaban fascinados. Si solo supieran a qué se debe.

Exacto, nunca he revelado mi enfermedad. No le veo realmente el caso. Por suerte, cuando me atacan los dolores he logrado esconderme en el baño y mis convulsiones han dejado de ser frecuentes.

Papá vino de visita en una ocasión y me regaló un teléfono. Pensé que ahora podré llamarles cada vez que quisiera. Pero con tanto que estudiar y mantener en orden en mi vida de adulto, casi me quitaba el tiempo.

En tercer año decidí relajarme un poco. Conversé con mucha más gente que antes y se volvieron grandes compañeros. Incluso me consideraban ya un amigo. Podría ser amigos de todos, sería genial. Pero hay gente a la que no le agrado, y eso también está bien, supongo.

Uno de mis amigos era cursante de la carrera de botánica. Y un día gané un concurso de la facultad, solo con cosas que aprendí de él en esos meses. Debería ser ilegal que un estudiante de otra carrera gane en un concurso de otra facultad. En fin, el premio era efectivo y un certificado. No era mucho y lo dividí con él. Ambos lo merecíamos, a mi apreciación. Creo que desde ahí surgió mi amor a las plantas y todo lo relacionado a ellas.

Durante las vacaciones, recibí una llamada en la que papá estaba enfermo y no podría venir a visitarme. Compré un boleto de autobús y fui a verlo. Me quedé dos días para cuidarle y poco a poco mejoraba. Por eso regresé con la esperanza de que todo estaría bien. Sin embargo, a solo un día de comenzar las clases, Javi me llamó diciendo que papá había muerto.

No pude evitar entristecerme. Y más porque no podría ir a verlo. A él no le hubiese gustado que perdiera clases, así que como pude, me presenté al aula. Mis amigos estaban contentos de verme de nuevo. Soporté lo que restaba del semestre con un dolor en mi pecho que no podía dejar que se expandiera para yo no morir.

Inocentemente, muchas noches cerraba los ojos para imaginarme en el reino de las nubes y allí estaban todos. Sonriéndome, felices y satisfechos. Con eso me tranquilizaba de tener que abrirlos y soportar la dura realidad.

En mi último año salí con una chica muy bonita. Me expandió mis conocimientos sobre factores sociales que desconocía sobre lo que significa transicionar el cuerpo a quien de verdad eres y muchas cosas más. Me puse muy feliz cuando me dijo que consiguió un contrato con una agencia de modelaje internacional, y ya no la volví a ver en el campus. Algunas veces nos escribimos pero siempre está ocupada. Espero que le esté yendo bien.

Ya estoy preparándome para ir a la ceremonia de graduación. Ni mamá ni Javier pueden venir porque ya no tienen el auto. Durante una llamada, Javi me contó que Esteban se lo pidió prestado un día a mamá y no lo devolvió. También me dijo que Sonia había ido a verlos para dar las condolencias por papá, un sucio engaño. Ella preguntó por la herencia y el testamento de nuestro padre, se veía interesada de más en saber a quién le dejó el dinero de todos nosotros, pero mamá le reveló que todo se lo había dejado a ella.

Me dijo que cuando le reveló eso, se puso como una energúmena.

Todo ese asunto me hace enfermar, no debería pensar mucho en eso, pero son asuntos legales de los que tarde o temprano, Javi y yo nos tendremos que hacer cargo para que esas sanguijuelas no vean ni una moneda.

Ya debo irme, continuaré escribiendo algún día.

---

Hoy supe que Natalia volvió a ser ingresada al hospital, después de estar años fuera. Espero poder visitarla pronto.

---

Pude comprarme mi primer carro. RECORDAR: pagar las cuotas.

---

Sello de cumpleaños 22.



#13754 en Novela romántica
#2438 en Joven Adulto

En el texto hay: juvenil, romance, lgbt

Editado: 22.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.