Décima primera carta

Ha pasado tiempo, lo sé, de nuevo. Decidí escribir en cartas. Voy a resumir un poco lo que ha pasado. Después un tiempo, conseguí un trabajo en una escuela de la ciudad cercana al pueblo. Estoy viviendo en un apartamento que pude conseguir a buen precio. Esta vez quería comenzar el año con buen pie, aunque enero es un mes un poco soporífero.

Hablé con Javi y le conté todo, quería verlo a él antes de reunirme con mi madre, pero no podía venir por los momentos por lo atareado por la universidad. La verdad yo también tengo mucho trabajo. Espero pronto poder encontrarme de nuevo con ellos.

Fui a ver a Natalia al hospital. Está mucho más hermosa de lo que recordaba.

Le enseñé la lista de los sueños y le hizo gracia, porque muchas de las cosas que aún me faltan por hacer, ella dice que ya las hubiese hecho hace mucho tiempo. Yo no he aprendido nada de eso, creo que me da miedo hacerlo solo. No lo sé. Es un nivel de confianza muy grande.

Se lo hice saber y propuso que cumpliéramos algunos de esos sueños. Entonces nos besamos, porque qué mejor amor que el de amigos. Yo ya había besado antes, pero no fue nada importante. Nunca di un beso largo como de telenovela. Y Natalia nunca había besado a nadie. Así que efectuamos con éxito ese deseo.

3. Besar a alguien que ames. X (Listo)

También intentamos tener contacto sexual entre nosotros, pero nos resultaba tan gracioso y, al mismo tiempo tan extraño, que no pudimos. Así que eso deberé hacerlo con alguien más. Por eso tuvo la idea de empezar a usar aplicaciones de citas. Descargué dos, una para crearle una cuenta a ella y otra para mí.

Vimos muchas personas en ambas cuentas, pero nadie tomaba en serio a Natalia.  Eso la hizo deprimir un poco. Por mi parte, planteé citas con dos chicas en distintas fechas. Mañana tengo una y en tres días otra. Veré qué es lo que sucede.

5. Usar apps de citas. X (Listo)

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La primera cita estuvo bien. Salimos a desayunar, paseamos por el jardín botánico y caímos aquí, en mi apartamento por petición de ella. Comenzamos a besarnos y de inmediato sentí que no lo disfrutaba. No fue como con Natalia. Me resultó incómodo. Ella pensaba llegar más allá pero la detuve. Aunque cuando se fue, me arrepentí. Por eso escribo esto, tal vez me despeje la duda si en realidad quería hacerlo pero no pude por el miedo, o por otra cosa. Lo pensaré el resto del día.

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La segunda cita pasó anoche. Ella quería un plan tranquilo, así que la invité a mi casa a ver una película. Preparé algunas chucherías y la plataforma de reproducción. Era un clásico de terror que tenía ganas de ver desde hace tiempo. La historia del escritor que va a un hotel con su familia y pasan cosas extrañas. Pero en fin, ella parecía tan asustada que se escondía cada que podía en mi regazo.

No le prestaba mucha atención, pues la película me la arrebataba toda. Y bueno, en un punto la cosa se puso calurosa y comenzamos a besarnos. Me dejó tocarle una teta. Fue agradable, pero no le veo la emoción que siempre comentaban mis amigos de la universidad. 

Ella me desabrochó el pantalón y quiso ir más allá. Y lo hizo, pero me daban cosquillas sus uñas largas. Ella pensó que no me tomaba en serio la cita ni su presencia, y creo que se enfadó. Me dijo que le gustó la película, aunque no vio mucho de ella, y se fue. Me sentí mal por eso.

Después del trabajo pasaré por el hospital a hablar con Natalia para saber qué piensa.

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Es de noche, acabo de llegar del hospital. Me dijo que la app que escogí quizás no sea la apropiada para mí. Lo pensamos mucho y podría intentar estar con hombres esta vez. Además de eso, me recomendó mantener una actitud seria, contrario a como era usualmente, pues eso me hacía ver más atractivo. Entonces descargué una aplicación de citas específica para hombres que encontré.

Estuve usándola por un rato. Ella me ayudaba a escoger los más lindos de entre tanto perfil que encontramos. Algunos no continuaban la charla y otros solo enseñaban fotos indecentes y me bloqueaban cuando no respondía. 

La usaré un poco más a ver qué tal.

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Varios de mis alumnos viven en el pueblo donde solía vivir. Me dicen que les es casi un martirio tener que aprender muchas de las cosas que enseño porque lo que aprendí es más avanzado de lo que saben. Quieren de mi tutoría. Casi como un segundo trabajo, pues son unos cuantos y a todos les debo dedicar ciertas horas, o excederme del tiempo, si es requerido.

Voy a ir al pueblo.

Bien. Estoy en el auto, muy agotado. Estuve todo el día trabajando y ya es de noche. Pensé en pasar a ver a mi madre pero estoy muerto. Ninguno de los dos soportará tanta emoción. Todo el día en la escuela y toda la tarde con tutorías privadas. Me atacó el dolor de cabeza y fui por varias pastillas a la farmacia. Además, quería comprar algunas botanas para llenar el estómago mientras conducía hasta la ciudad.

He visto a un chico sumamente atractivo. Me recordó mucho a Marcelo por el cabello y los ojos. Esto hizo que me fijara demasiado en él. Quizás se dio cuenta de que le miraba. Pero él también me miraba. Nos mirábamos mucho, qué vergüenza.

Este pueblo no es muy grande. Cuando vuelva, usaré la aplicación y quizás pueda encontrarlo. Bueno, si es que le gustan los hombres, claro está.

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Estoy en el pueblo otra vez. De noche y casi sin energía, otra vez. Todo lo hago con tal de tener suficiente para uno de mis sueños. Cualquiera pensaría que con pedírselo a mi madre bastaría, pero no. No seré igual a aquellas sanguijuelas. He pasado años recabando dinero y continuaré haciéndolo. 

Últimamente no he hablado con nadie más en plan de amigos que no sea Natalia. Intentaré conocer a alguien a través de esta aplicación.

Ya llegué a casa. Resulta que concreté un encuentro con un perfil que me envió una autofoto por el chat privado. Se veía agradable, así que conduje hasta un parque para verlo. Lo encontré sentado en un banco, bajo una farola. Fui a hablar con él pero no tenía muchos temas interesantes. Y enfocarse tanto en mi cabello rojizo y piel clara no me cae muy bien. Me aburrí y me fui.