El rey que convertira a la prostituta en emperatriz

CAPITULO 19

En la primera parte había iniciado fuerte, un hospital había sido dañado por lo que ante los otros pueblos nosotros resultábamos los afectados, por lo que esperábamos que estuvieran con nosotros para ganar, la lluvia seguía, pero no tan fuerte como antes, ahora eran simples chubascos molestos, dentro del campamento, todos los reyes discutían mientras el primer príncipe se curaba su ceja.

—Propongo que hay que dar una retirada — Dice uno de los reyes —. Estamos en desventaja en un 8 a 10. Hay que hacerlo mientras podamos.

—Si ese es tu plan, ve y díselo al emperador — El ambiente estaba más pesado y yo solo esperaba noticias de cómo se encontraba mi hermana.

—Es mejor ir a el reino de Clord tendremos mejores vistas para atacar por Ublin — Dice el jefe extendiendo el mapa.

—El punto es llegar a la capital y cortar la cabeza del rey — Dice el príncipe —. Así le enseñaremos a los rebeldes la verdad.

—Sería muy difícil, pues serian cerca de 15 días en carruaje — Comienzan a hablar entre ellos.

—Caballo de troya... — El caballo de Troya fue un artilugio con forma de enorme caballo de madera que se menciona en la historia de la guerra de Troya y que según este relato fue usado por los aqueos como una estrategia para introducirse en la ciudad fortificada de Troya — Rey de Clord una de sus hijas sería comprometida con el segundo príncipe de Ublin ¿No es así?

—Vanessa, no es tiempo de chismes — Me dice el príncipe.

—Su excelencia, podría contestar mi pregunta — Ignoro al príncipe, acercándome a él.

—Sí, pero obviamente será cancelado por estos atentados — No quería verse mal, pero se miraba que no le gustaba mucho la idea de cancelar el matrimonio.

—Existe un relato llamado caballo de troya ¿Podemos emplearlo aquí? — Pregunto al caballero.

—Sería demasiado arriesgado... — Me dice pensándolo mejor.

—Me niego a ofrecer a mi hija como carnada — Se estaba exaltando.

—Rey entiendo su sentimiento, pero el hospital que atacaron es donde mi hermana menor trabaja. Sonara mal, pero su hija es la carnada perfecta — A diferencia de los otros reyes, este realmente se preocupaba por su hija, eso me hacía pensar diferente de él, me acerco a tomar su mano —. Prometo que la protegeré.

—Si le pasa algo... Usted pagara con su vida — Me dice mirándome con coraje.

Eso era afirmativo, ahora tendría que empacar para irme a Clord para comenzar con el plan, voy a mi tienda, para comenzar a escribir una carta para mi esposo, informándolo del cambio de planes e informarle unas cosas más, me quito la armadura mojada para ponerme ropa de varón, pues era lo único que podía usar cómodamente, la carpa se abre entrando el príncipe a lo que me cubro.

—Perdone, no sabía que se estaba cambiando — Se voltea dándome la espalda, haciendo que me cambie rápido, me entrega un té caliente —. Se está arriesgando mucho.

—Tomare en cuenta lo que menciono — Le digo tomando a sorbos pequeños, estaba haciendo un viento frio y solo nos mirábamos.

—Gracias por lo que hiciste, pero no seas tan imprudente — Me dice mientras trata de tomar mis manos, pero las retira, sin llegar a tocarme —. Partiremos hoy en la tarde.

Me acuesto un rato después de que el príncipe salga de la tienda, me dolía la panza, y no había noticias de mi hermana, tardaba mucho en llegar, cierro los ojos un rato, los abro por los murmullos, me doy vuelta hacia mi izquierda de cara a la cortina, meto una mano de debajo de la almohada, para sacar una daga, y apuntarla a los intrusos, quien era un guardia menor y el primer príncipe.

—Lo siento — Digo bajándola, me da un sobre de la capital.

"Querida reina, he de informarle que su hermana se encuentra sana y salva, pues este día no se presento a trabajar. Los decesos fueron menores y el único daño que sufrió el hospital fue en la copula de la iglesia"

Nunca una carta me había hecho sentir mejor, la abrazo.

—Háblale a mi mucama — Le digo haciendo referencia a Mariam, ella había llegado hace unas horas, pues tendría que acompañarme a todos lados, era una manera de precaución.

—Mi señora ¿Me necesitaba? — Me dice calmada.

—Dona 3000 monedas a la iglesia del dinero de mi dote — Le indico mientras me comienzo a cambiar de nuevo.

—Si mi señora, me ocupare de ello — Los caballeros salen sin despedirse, ojalá hubiera existido una manera más rápida de poder comunicarnos.

Me pongo un vestido sin crinolina ni corsé, solo una camisa de cuello larga blanca perfectamente adornada, como si fuera para equitación, pero llegando a ser un vestido tradicional del grupo étnico circasiano, por petición de mi hermana me había mandado a hacer uno color azul oscuro, que en este clima combinaba bien.

—Majestad Riddle, estoy lista para partir — Le digo viendo que él también está preparado, solo quería llegar ya al reino y acabar con esto pronto, no aguantaba más toda esta adrenalina.

—¿Su hermana se encuentra bien? — Pregunta el príncipe una vez en el carruaje mi mucama iba en otro junto con el rey de Clord.




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