El rey que convertira a la prostituta en emperatriz

CAPITULO 36

En la iglesia el ambiente estaba pesado, el emperador sostuvo mi mano mientras guardábamos apariencias, me presumía como su hija, y mentía que tenía pensado hace mucho darme el título, Laisha me miraba ansiosa junto con Riddle, ambos se secreteaban, la música suena, mientras los emperadores abren el espacio para bailar.

—Princesa, ¿Me permite bailar el primer baile con usted? — Me dice Caleb, tomo su mano para ir al centro provocando más murmullos.

"Como que te gusta mucho el escándalo" Hace mucho no bailábamos juntos, que tenía miedo a pisarlo "Te apoyo, pero quiero algo a cambio"

"Lo sé, ¿Qué quieres?" La música acelera un poco nuestras palmas tocan mientras con la mano libre agarro la falda de mi vestido para girar al sentido del reloj.

"Un matrimonio arreglado si tengo una hija, pero si tengo un varón la protección de la emperatriz" Cambiando el baile, sin dejarnos de mirar a los ojos, que estúpido fue el rey, prefirió a su amante, entonces no quería mucho la corona.

"Que ironía, para tu hijo riqueza y protección pero para tu hija una vida de infidelidad justo como su padre" Este se ofende pero no deja de estar bailando a mi compas "Considéralo un trato, quiero que le digas al emperador que estas de su lado..."

Este sonríe.

—Me permite bailar con la princesa — Pregunta Riddle, niego con la cabeza para despedirme, pero me sostiene el brazo.

—Lo siento su alteza el rey, me encuentro bastante cansada — Le digo tajante mientras me voy, ahora el rey del norte su padre se lo había dado por haber ganado y a mi me estrecho la mano. No título, no tenía nada, la ciudad estaba oscura, por el cielo nublado que apuntaba a llover, camino por la capital, para tomar el carruaje en la vía principal.
Estaba tan cansada, que al entrar al carruaje me quito los tacones me estaban matando, no quería quedarme dormida, me recargo en la ventana mientras veo algunas gotas de lluvia, me sentía calmada, al llegar a mi casa se sentía más vacía de lo usual, prendo las velas por mi cuenta pues ni empleados de servicio tenía, me sirvo una copa de vino, mientras comienzo a leer orgullo y prejuicio al fantasma de Elise, la puerta suena para entrar la prometida de Riddle, sola la invito a pasar mientras preparo una taza de té.

—Princesa, ¿Qué es lo que me tiene que contar? — Me dice tomando su té, lo bebe sin azúcar y leche lo cual se me hizo maduro hasta ver su expresión.

—Vanessa, Llámame por mi nombre — Ella asiente —. Le contare esto, por que quiero que este del lado que más le parezca o en cuyo caso le convenga.

—La escucho — El contarlo, era un poco difícil, púes era quitarme la armadura que tenía, mi voz se cortaba contándole lo de mi hermana, ella solo escuchaba atentamente, y poco a poco por su cuenta fue sirviéndose ella misma el té —. Usted quiere una venganza.

—Si y no... — Le digo enseñándole los papeles —. Quiero que todo lo que perdí tenga un motivo, quiero darle a mi familia una muerte digna, a mis antepasados limpiar sus nombres.
—Si me permite decir... mi tío no tiene la culpa...— Ella admiraba a su tío, realmente lo amaba.

—En el momento donde encubren la verdad, se vuelven malos... — Tomo un licor de mi gaveta mientras se lo sirvo —. No espero tu ayuda... solo quiero que sepas la verdad.

—Gracias... ¿Puedo preguntarte algo más? — Le asiento pues me gustaba que me estaba hablando informal —. ¿Qué hay entre tu y Riddle?
Volteo a verla mientras lo miro entrar, había escuchado la pregunta pues su cara lo decía todo.

—Veo como se miran... No estoy ciega... — Él me mira esperando algo de mí.

—Estaba enamorado de ella — "Estaba" Volteo la cara.

—Lady Laisha, no paso nada entre nosotros — Me muerdo el orgullo, pues había pasado todo, me había enamorado de él, y jamás podre decírselo.

—Ambos mienten... Vanessa me podrías prestar una habitación, es muy tarde para irme sola... — Me dice mientras le indico, y la llevo a la habitación —. No debería de decirte esto... pero si ustedes se casan llegarían más rápido al trono.

—El no tiene intenciones de ser emperador, y yo no tengo intenciones de dejar el trono — Ella sonríe para entrar a su habitación al bajar veo a Riddle escribiendo —. ¿Qué hace alteza?

—Quiero tener un contrato con usted — Me siento delante de él, sirviéndole vino, el lo toma de un sorbo, era la primera vez que lo miraba tomar de esa manera —. Cuando usted hacienda al trono, hará reina a Laisa de Ublin, a mi madre una dotación de 5000 monedas al mes.

—Ponga todo lo que quiera lo hare, si eso me asegura lo que dice — Me pide que le sirva más, mientras lo veo extraño, estaba sudando más de lo normal, me acerco para tocarlo estaba ardiendo —¡Dios santo Rid! Estás ardiendo.

—Tranquila, estoy bien — Me dirijo al bote de agua con un trapo para ponerlo en su cabeza, cómo podía estar bien, si ni siquiera podía abrir los ojos.

—Voy por un doctor — Le digo pero el me sostiene la mano.

—No, no te vayas — Tenía los ojos rojos.

—Eli... — Me quedó a medias, mientras el me mira con esos ojos cristalinos para ver unas lágrimas caer —. Tranquilo, se que te sientes mal ¿Por qué no vamos a dormir?
Le digo calmando el ambiente.

—Te vas a ir, cuando cierro los ojos te vas, y te juro que no puedo con eso, no puedo — Estaba delirando de la alta temperatura, lo levanto como puedo para meterlo a mi habitación y ponerlo en una tina con agua tibia, cómo puedo lo desvisto, para meterlo, con un vaso mojo su cabeza, parecía un niño pequeño.

—No te duermas, cuéntame algo por favor — Le digo un poco ansiosa, pues sus ojos se cerraban.

—¿Eres real? — Me pregunta, mientras toca mi cara con su mano mojada —. Otra vez te veo en todas partes...

—¿Aún tienes fiebre...? — Le mojó la cabeza otra vez, y el parece reaccionar más.

—Vanessa... ¿Qué paso? — Me dice por fin consiente.

—Estas enfermo, y te metí a bañar — Señaló la situación y el busca con que taparse, mientras suelto una carcajada, ya lo había visto todo.

—Te reiste... — Me dice mientras esboza una sonrisa, tomo una espina para limpiarle la espalda, y miro la cicatriz que le hice, la tocó con las yemas de mis dedos, mientras el se voltea para besarme, estaba todo mojado, pero me besa tan apasionado que no quería separarme, quería detener el tiempo, mis manos se enredan en su cabello mojado, entre cortando cada beso, para quedarnos a centímetros... —. Huye conmigo...

—No puedo... — Le contestó en un susurro besándolo.

—¿No te soy suficiente? — Pone su frente contra la mía, y como decirle que lo era, pero tenía que hacerlo por mi hermana.

—Te amo, pero no puedo... — El parecía entenderlo, pues asiente y besa mi frente, le doy una bata para que se cambie, y en lo que salgo para checar a laisha, este se encuentra dormido en mi cama, me quito el corsé, para ponerme el camisón, y recostarme un poco a su lado, solo quería sentirlo, pero las noches de insomnio se combina con el cansancio y me quedo dormida, sentir sus brazos sobre mí, eran reconfortante.




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