El Rey Sádico [saga Griegos #3]

Capítulo 13

Mika

La puerta de la biblioteca se abrió y Altaír entró apresurado.

— ¿Qué pasa?

— Mi Señor, la reina está llorando — me incorporé rápidamente.

—¿Qué pasó?

—Es la señorita Effie, fue secuestrada, la reina ha pedido una lancha...— lo interrumpí.

—Llama al piloto, vamos en el helicóptero, pide nos preparen las maletas y por supuesto tú vas conmigo.

—¿Y el príncipe?

— Que se prepare la niñera de Apollo, los pasaremos dejando en casa de los padres de Pythia. No quiero que Apollo vea a su madre histérica.

— ¿Pero como hará en el helicóptero? —hundí mis dedos en mi cabello.

—Sé que será difícil pero le pediré a Pythia que se calme por Apollo — salí de la biblioteca, Altaír iba casi pisando mis talones —Haz lo que te dije — desvió sus pasos a hacer lo indicado.

Abrí la puerta del cuarto de Pythia y la miré en la cama hecha un ovillo llorando, sin decir palabra subí a la cama y la atraje hacia mi cuerpo, se puso tensa un momento, pero luego se dejó consolar por mí.

—Vamos en el helicóptero—levantó su rostro y sus ojos estaban bañados de lágrimas—Llevamos a Apollo, se que es duro lo que te pediré, pero trata de controlarte mientras Apollo va con nosotros—ella no respondió sólo asintió— Effie aparecerá, te lo prometo.

—Todo es mi culpa Mika— llevó su puño a la boca —Si hubiera tenido el valor de admitir ante Anker que era yo la de la foto, mi hermana no estaría en peligro— no respondí me quedé en silencio porque en eso tenía razón, por esas fotos la vida de Effie había sido un infierno, pasé mi mano por su cabello.

—Prepárate para que salgamos pronto a Atenas—ella se iba a separar, pero la detuve, puse mis manos en su rostro —La encontraré.

—Promételo Mika, si algo le pasa a Effie yo moriré— nuevamente su rostro se lleno de lágrimas, la estreche y ella acomodó su cabeza en mi pecho.

—Lo prometo — fruncí el ceño porque a como sea iba a cumplir la promesa a Pythia —Bebe un calmante Pythia, por nuestro hijo— ella asintió y cuando se separó de mi pecho sentí un vacío dentro de mí, sacudí la cabeza por que quizás era por Effie, le tenía un gran cariño a Effie.

Todo el recorrido en el helicóptero, Pythia lo hizo en silencio, Apollo iba dormido, preferí no hablar y dejar a Pythia tranquila.

Sus padres quedaron preocupados cuando le dimos la noticia pero aceptaron quedarse con Apollo y nos fuimos con la promesa de mantenerlos al tanto.

Cuando llegamos a casa de Inés, mi esposa ni siquiera esperó que le abrieran la puerta del auto, literalmente salió disparada.

Abrió la puerta y entró. Se lanzó a los brazos de Matías.

—Dime que ya apareció mi hermana por favor —su llanto era desesperado, levantó su rostro y miró a Matías, él la miró de una manera que sabía que estaba notando el parecido entre las hermanas, sentí una sensación extraña al ver a Pythia en los brazos de Matías, creo que hasta ahora entendía a Graco y Matías cuando yo estaba cerca de sus esposas, era como un fuerte dolor de estómago.

—Aún no sabemos nada de ella — le respondió Matías.

— ¿Con quién estaba cuando desapareció? —pregunté acercándome hacia ellos, tomando a Pythia de los hombros para atraerla hacia mis brazos, la estreche fuerte porque si alguien podía consolarla era yo; su esposo, no el cara bonita de Matías.

—Estaba con un guardaespaldas, lo golpearon en la cabeza, no supo quien se la llevó —ante las palabras de Matías giré mi cabeza hacia Altaír sin soltar a Pythia, me daba cuenta que Matías era guapo, musculoso y Effie había perdido la cabeza por él, así que debía cuidar a Pythia por el bien de mi hijo y Medrea... claro está.

—Altaír, busca a los contactos que tenemos en las calles, ellos manejan mejor información que la policía, hazlo ya.

—Si señor — Altaír salió corriendo de la estancia.

— Matías, encontraremos a tu esposa —él asintió y por primera vez me miró sin recelo.

—Gracias Mika.

—No tienes que darlas, Effie es una gran amiga.

Nos sentamos en la sala y Pythia se soltó de mis brazos, retuve el aire para ver hacia donde se dirigía pero lo solté al ver que tomó a la hija de Effie de los brazos de Inés y empezó a arrullarla, me quedé hipnotizado al darme cuenta que me gustaba verla con un bebé en brazos, la niña empezó a tranquilizarse y dejar de llorar al estar en los brazos de Pythia, me di cuenta que se estaba quedando dormida, ella sabía lo que hacía y lo hacía muy bien.

Matías suspiro al ver que su hija se había quedado dormida, me tensé un poco cuando Pythia le dijo que llevaría a la niña a su habitación y Matías se puso de pie para acompañarla.

Inés se acercó a mí mientras ellos subían los escalones, no despegaba mis ojos de ellos dos, quería dejar de sentir todo esto pero era difícil.

— ¿Qué pasa aquí?— miré de reojo a Inés y claro a su esposo que parecía su siamés, no la dejaba sola.

—No entiendo Inés— suspiré y la miré.

—No te has separado de Pythia y casi le saltas encima a Matías—me encogí de hombros.

—Eh... no sé a qué te refieres — Graco tenía una sonrisa de burla.

— Mika somos amigos, ¿qué ocultas?

—Nada Inés, sólo que Pythia es la reina de Medrea y quiero evitar habladurías, si saben que la reina estuvo en un cuarto a solas con otro hombre —Inés agrandó los ojos y Graco tenía más ancha la sonrisa.

— ¿La reina?—asentí —Te casaste con Pythia —Inés frunció el ceño y miró a nuestro alrededor—Sólo que mis muebles salgan corriendo a contar que la reina de Medrea está en un cuarto a solas con Matías, sólo así se pueden enterar —ahora Graco reía sin delicadeza, apreté los puños.

—No es momento de risas— lo taladré con la mirada. Inés le dio un codazo en las costillas y ahora era yo quien sonreía... el karma.

—Mika tiene razón, nuestra amiga está desaparecida y tú estás muerto de la risa — Graco me miró enfurruñado, pero me importaba poco. Cuando Pythia descendió las escaleras no puede evitar en reparar en sus labios, estaban igual de pintados que cuando subió... todo en orden.



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En el texto hay: romances, perdon, amor

Editado: 09.02.2019

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