El Rey Sádico [saga Griegos #3]

Capítulo 20

Pythia

Desperté con el gran peso en mi corazón, Mika ya no estaba en la cama. Miré el reloj eran apenas las 5:00 de la mañana, cerré los ojos cuando se escaparon las lágrimas, ese día según lo planeado por Mika debía marcharme con Apollo.

Me llevé mi puño a la boca y lloré en silencio, ¿Cómo dejarlo? El corría peligro en Medrea, su tío buscaba como destronarlo.

Me levanté y me preparé como un robot, mi mente estaba nublada por la idea de dejar a Mika.

Me asomé en la habitación de Apollo y ahí estaba mi esposo junto a su cama contemplándolo mientras dormía, él sufría, pude notarlo, me quedé ahí de pie sin hacer ruido, no sabía que hacer. Temía que hoy fuera la última vez que vea a Mika, muchos creían en su fama y de eso se había aprovechado su tío, no querían un rey con fama de sádico que lastima a las mujeres para obtener placer; Mika estaba lejos de todo eso. Su fama él la creo para protegerse de la burla por su impotencia, pero esa fama se había vuelto su enemigo por que los rebeldes juzgaban a Mika de que podía hacerle daño a sus mujeres por esa razón apoyaban a Kosmos sin saber que el sádico era Kosmos, iba a destruir la isla convertirla en nada por ambición.

Sentí a alguien que estaba detrás de mí, me giré y Altaír estaba ahí; su mirada de tristeza ahondo más mi pena, ver a Mika con lágrimas en los ojos al contemplar a su hijo era tan triste, sintió nuestra presencia y nos miró.

Suspiró, se inclinó hacia Apollo y lo besó, lo abrazó, mi hijo despertó con las muestras de cariño de su padre.

—Papá — mordí mi labio — Buenos días —Mika no respondió sólo lo estrecho entre sus brazos.

—Levántate Apollo, hoy viajarás en el helicóptero —Apollo sonrió le encantaba pasear en el helicóptero.

— Siiii — abrazo a su padre —Me gusta viajar en el helicóptero, ¿A que horas nos vamos?—Mika me miró y luego a su hijo.

—En una hora —jadeó al saber que tenía poco tiempo para estar con mi esposo— Ivy te preparará —revolvió el cabello de Apollo y se separó de él, sólo Altaír y yo pudimos ver las lágrimas en sus ojos.

Pasó junto a mí y me tomó de la mano, seguí a Mika con el corazón destrozado.

—¿ya está aquí? —Mika se dirigió a Altaír.

—Si, su alteza —Altaír me miró, pero luego bajo la mirada, fruncí el ceño, mi partida estaba tan cerca.

Mika abrió la puerta de la biblioteca y cuando entré mi sorpresa fue mayor, ahí de pie en el centro de la biblioteca estaba Dymas.

Él se miró con Mika y luego se acercó a mí.

— Pythia — miré a Mika— Dymas te llevará de regreso a Atenas — negué.

—No quiero irme— las lágrimas salían libremente por mi rostro—No me eches Mika—el cerró los ojos y negué.

—Entiende que deseo salvar tu vida y la de mi hijo, no sé que pase en Medrea, ya la guardia real está preparada, voy a atacar yo primero Pythia, donde está Kosmos —sin pensarlo me lance a sus brazos y lloré como nunca lo había hecho, lloré por los momentos felices que vivimos, lloré por lo que pudimos tener, pero en este momento estaba siendo arrebatado de mi mano, lloré por que podía ser hoy la ultima vez que lo viera con vida, ¿cómo seguir si él ya no existía? Negué y me aferre más a él — Pythia —sujetó mi cabeza entre sus manos —Perdóname por las veces que te dije que te odiaba —acercó su bello rostro al mío—Yo te amo Pythia Costas reina de Medrea y de mi corazón —lo abracé más fuerte ¿cómo dejarlo ir? Él me amaba, mi sueño hecho realidad... tenía el amor de Mika.

—También te amo Mika y no quiero perderte, ven conmigo, vámonos Mika — él pegó su frente a la mía.

—¿Qué rey sería si abandonó a mi pueblo?

—Eres esposo Mika y padre —sabía que estaba siendo egoísta, amaba a Medrea, pero amaba a ese hombre que no quería perder.

Mika se inclinó y me besó con ternura, reverencia, se apartó y me miró intensamente.

—Cuida a mis hijos — miró a Dymas—Te entregó lo que más amó, cuídalos  —se separó y salió de la biblioteca, quise seguirlo, pero los brazos de Dymas se sujetaron.

—¡Suéltame!—lloraba como una niña.

—Es por tu bien pequeña —negué frenéticamente.

Deje de forcejear y el agarre de Dymas se aflojó, me giré hacia Dymas y lo miré a los ojos con el rostro bañado en lágrimas.

—Si me amas déjame con él y salva a mi hijo —Dymas se me acercó y sacó su pañuelo para limpiar mi rostro.

—Sabes que te amo, pero no puedo arriesgar tu vida — seguí llorando.

—Por favor Dymas, jamás pensé que te diría esto y te pido que me perdones, pero... me lo debes —Dymas cerró los ojos e hizo una mueca de dolor.

—No me pidas esto Pythia, se lo prometí a tu esposo ayer, su empleado me fue a buscar al hotel y me hizo venir, le prometí a Mika que te protegería.

—Dymas...—me acerqué a él y clave mi mirada—Siempre deseaste que yo fuera feliz... ese hombre que está allá afuera es el que amó y no puedo dejarlo, lo hice una vez y le hice mucho daño... déjame Dymas.

Él se separó y metió las manos en sus bolsillos.

— Lo amas más que a tu propia vida  —asentí, Dymas ladeó la cabeza y me sonrió —Es afortunado de que lo ames, ¿por qué rayos nunca te amé Pythia? —solté una carcajada y me acerqué a Dymas, lo miré a los ojos.

—Nunca me amaste porque yo no tengo un Willy —él me miró extrañado.

— ¿Qué es un Willy? —enarque una ceja, Dymas entendió y soltó una carcajada.

—Así que al fin tuviste sexo... ¿después de cuanto tiempo?

—Desde la noche que concebí a Apolo, sabes que Mika ha sido el único.

Dymas se acercó a mí.

—Te dejaré con tu rey y salvaré a Apollo,  pero debes prometerme que lucharás por mantenerte con vida, si te dejas matar juro que después lo hago yo — abracé a Dymas fuerte, mi mejor amigo, fue mi esposo de nombre para cubrir las apariencias ante la sociedad y sus padres. No me arrepentía de haberlo ayudado mientras tomaba el valor para aceptar lo que era. Sabía que él protegería a Apollo mientras regresábamos por nuestro hijo. Ahora iba pelear juntó a mi esposo y ser realmente la reina de Medrea.
 



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En el texto hay: romances, perdon, amor

Editado: 09.02.2019

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