En lo más profundo del bosque, donde los árboles antiguos se alzaban como centinelas silenciosos, se encontraba un pequeño pueblo llamado Vellichor. Sus calles empedradas estaban repletas de casas de tejados inclinados, y en el centro del pueblo se alzaba una construcción que parecía un portal hacia otra época: "El Rincón de las Almas Entrelazadas", una librería que, como un viejo guardián de secretos, esperaba a quienes buscaran respuestas más allá de las palabras escritas.
Las campanas de la iglesia sonaron, anunciando la llegada del atardecer, cuando la luz dorada del sol bañaba el pueblo en una mágica melancolía. En este momento, cuando el velo entre los mundos parecía más delgado, una joven de cabellos oscuros como la noche, Seraphina, emergió de las sombras y caminó por la calle empedrada, sus pasos llenos de gracia y propósito.
Seraphina poseía una belleza enigmática que parecía extraída de cuentos de hadas olvidados. Sus ojos profundos, del color del océano en calma, parecían contener secretos que abarcaban siglos. Cada persona que la miraba sentía una atracción inexplicable hacia ella, como si estuvieran siendo arrastrados hacia un remolino de misterio y magia.
Seraphina atravesó la puerta del Rincón de las Almas Entrelazadas y el tintineo de una campanilla anunció su llegada. La librería era un laberinto de estanterías llenas de libros antiguos, cada uno con una historia que esperaba ser desentrañada. La atmósfera estaba impregnada con el aroma a páginas desgastadas por el tiempo y la magia de los conocimientos contenidos en sus confines.
El dueño de la librería, un anciano con barba plateada y una mirada aguda, levantó la vista de su lectura y sonrió a Seraphina. "Bienvenida, Seraphina", dijo en tono reverente. "He estado esperando tu llegada".
Seraphina asintió y se dirigió a la sección de libros de mitos y leyendas, donde su mirada se posó en un volumen antiguo y desgastado. Lo extrajo con reverencia y, al abrir sus páginas, una ráfaga de energía mágica pareció llenar el aire a su alrededor.
El libro hablaba de un antiguo linaje de hechiceros, cuya sangre estaba entrelazada con la magia misma del mundo. Estos hechiceros eran guardianes del equilibrio entre el mundo de los mortales y el mundo de la magia, y se decía que poseían el don de unir almas y cambiar destinos con sus palabras y hechizos.
A medida que Seraphina leía, una imagen tomó forma en su mente: un joven de cabellos oscuros, ojos llenos de curiosidad y una pasión por las palabras escritas. Seraphina sabía que este joven era el siguiente en la línea de los guardianes, aquel destinado a mantener el equilibrio y proteger los hilos del destino.
Esa noche, mientras la luna se alzaba en el cielo estrellado, Seraphina se aventuró al corazón del bosque. Bajo la luz plateada, sus ojos brillaban con una determinación inquebrantable. A medida que avanzaba, el bosque parecía cobrar vida a su alrededor, las hojas susurraban su nombre y las criaturas mágicas observaban desde las sombras.
Finalmente, Seraphina llegó a un claro en el bosque, donde una figura solitaria estaba absorta en la lectura de un libro. Los cabellos oscuros del joven se mecían con la brisa nocturna, y cuando levantó la vista para encontrarse con la mirada de Seraphina, sus ojos parecieron reconocerla de alguna manera.
"Lucas", murmuró Seraphina, su voz llevada por el viento.
El joven, Lucas, sintió un escalofrío recorriendo su espina dorsal. "¿Cómo sabes mi nombre?"
Seraphina sonrió con ternura. "Sé muchas cosas, Lucas. Sé que eres el siguiente en la línea de los guardianes, aquel destinado a proteger el equilibrio entre los mundos."
Los ojos de Lucas se abrieron con asombro y confusión. "No entiendo... ¿cómo sabes todo esto?"
"No tengo todas las respuestas, pero sé que el destino nos ha unido en este momento", dijo Seraphina con suavidad. "Eres parte de una historia antigua, una historia de amor, magia y sacrificio. Y ahora, el futuro de los mundos descansa en tus manos."
Lucas sintió que el mundo entero se expandía ante él, como si las palabras de Seraphina hubieran abierto una puerta hacia lo desconocido. En su corazón, una chispa de determinación nacía, una llama que parecía arder desde tiempos inmemoriales.
Los ojos de Seraphina brillaron con una mezcla de emoción y misterio. "Tu camino no será fácil, Lucas. Pero estoy aquí para guiarte, para ayudarte a descubrir los secretos que han estado ocultos en las sombras durante siglos."
Y así, en medio de un bosque iluminado por la luna y cargado de magia ancestral, el destino de Lucas y Seraphina comenzó a desplegarse. A medida que las estrellas brillaban en el firmamento, un vínculo misterioso los unió en una trama de amor, misterio y magia que trascendía los límites del tiempo y el espacio.
Continuará..
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Editado: 30.08.2023