Después de caminar por toda la ciudad, pasando por la colina que daba al final al final de mi hogar.
Allí pude verla con total claridad.
Aquello que separaba mi mundo del otro lado.
Era una telaraña tan perfecta… A primera vista, sus hilos parecían invisibles hasta que tan solo estabas a unos centímetros de ella.
Y ahí es cuando todos se paraban, al igual que yo.
Mis manos temblaron mientras acercaba mi mano hacia el centro de la telaraña con una pequeña llave.
Aquella que tanto había buscado
Tan solo tenía que hacerlo.
No podía permitirme dudar.
Cerré los ojos mientras la llave entró.
Suspiré.
Y la llave giró.