Charles
-De acuerdo-se giró sobresaltada tanto por mi voz como por el objeto que dejé con suavidad en sus hombros
- ¿Qué hace?
-Tomar su pedido-no le podía decir que la quería proteger del frío sino se lo tomaría mal seguramente, abrí la vitrina y tomé el pastel y lo llevé a recepción bajo su atenta mirada, obviamente se sorprendió al reconocerme, pero no dijo nada hasta que le dije cuanto costaba el pastel
- ¿Así que trabajas aquí?
-Eso parece- tomé su tarjeta y cobré lo pertinente
- ¿Lo hiciste tu? -señaló el pastel que posaba hermoso en el mostrador
- ¿Por qué es importante eso? -ella sonrió mientras se quitaba el abrigo que le había colocado
-Por nada, olvídelo-fue a tomar en sus manos el pastel, pero se lo impedí poniéndome frente a ella dejando atrás el bendito mostrador
-No puedes irte así-su mirada se tornó confundida- Vas a morir de frío, ¿tienes ideas de lo descubierta que estás y lo desprotegida que te ves? - señalé su cuerpo con mi mano y vi como su mirada pasó de la confusión al enojo, sin embargo, nunca pensé que explotaría gritándome
- ¡¿Cuál es tu maldita manía de meterte en mi maldita vida?! ¡Solo quiero una maldita tarta! -su voz se elevaba por minuto- ¡No quiero que ningún príncipe azul equivocado venga a salvarme del frío! -me empuja furiosa con una mano- ¡¿Qué diablos te sucede?! ¡No me conoces!
- ¡Lo que me sucede es que no entiendes lo sola y rota que te ves! -sus ojos me miraron sin nada más que decir, pero por alguna razón ahora se veía más rota que antes -Yo no…
-Si ya sé…-su mirada se dirigió a los ventanales intentando apartar las lágrimas- No fue tu intención- ¡Dios! ¿qué rayos había hecho? Ahora parecía desahuciada, prefería la de antes, la gritona y peleonera, pero no parecía que fuera a regresar-Tranquilo-tomó la tarta en sus manos sin mirarme- Podré morir de frío, pero no por opiniones ajenas-caminó hacia la puerta, quise decir algo, pero… ¿qué le diría? la había lastimado y herido, no deseaba ser el príncipe malvado de su cuento, pero no entiendo porque maldita razón todos nuestros encuentros salen tan mal. Miré el abrigo en la repisa y sin dudarlo un segundo salí corriendo, solo para encontrarla gritándole a un hombre con fiereza ¡esta mujer está loca! Sin embargo, otro detalle importante captó mi atención, el pastel estaba en el suelo completamente deshecho, ¡rayos! Caminé unos pocos pasos, él hombre la ignoró y siguió su camino, pero ella solo se quedó ahí parada, mirando como una estatua el bendito pastel, se agachó junto a él y colocó su cabeza entre sus manos
- ¿Por qué todo me sale tan mal? -suspiré imperceptiblemente mientras colocaba el abrigo en sus hombros nuevamente y la levantaba con suavidad
-No es que todo te salga mal-la insté a caminar hacia la tienda nuevamente-Es que la vida no es una línea mujer, no todo sale como esperamos
- ¡La vida es una mierda! -sonreí, al menos alzaba la voz
-Bien, siéntate, buscaré una cosa- la dejé en una silla y fui a las cocinas, al refrigerador personal y tomé dos pedazos de tarta más dos vasos de chocolate caliente, llegué a la mesa donde la había dejado, pero no la vi, miré a todos lados preocupado, pero la vi cerca de las vitrinas, mirando las tartas- ¿Para quién era la tarta?-se encogió de hombros
-Para mí-me reí
-Tu espíritu no es muy navideño que digamos-me sacó la lengua
-Pues no era para mí, pero si te digo para quien es, probablemente mi insensatez por traer poca ropa te parezca corta-abrí mis ojos ahora preocupado
- ¿Era para un amante casado? -ella me mira con una ceja alzada y se echa a reír como loca
- ¡Perdón! Jajajajajajja ¡Dios mío! ¡¿Qué telenovelas tienes en la cabeza?!-se limpió una lagrimita que le salió de la risa- Para que sepas, no tengo vínculo emocional afectivo de ese tipo o de cualquier otro con nadie
-Es decir, estás sola en el mundo-su sonrisa de repente se apagó
-No así, pero casi-suspiré caminando junto a ella que observaba todas las vitrinas
-Mmm, ¿el pastel era para algún Remy que desea hacer Ratatouille en tu cuarto? -se echó a reír
-No, era para dos indigentes de la calle-sonreí
-Pero eso es muy bueno, muy caritativo ¿porqué pensaste que te lo vería como algo malo? Estás haciendo algo bueno-se detuvo y me miró con una risa muy mal contenida
-A los que albergué en mi casa hoy-tragué saliva fuerte, ahí estaba la insensatez, al ver mi cara se echó a reír, pero eso no me parecía gracioso-Lo he hecho otras veces solo que ellos me roban y se van, deseo ver si estos dos aguantan-se encogió de hombros- Es una prueba que Navidad reprueba año tras año
-La navidad no tiene culpa del pensamiento de todas las personas- me miró fijamente y sonrió
-Tu tampoco pareces muy contento en esta época, así que, no opines-me reí
- ¡A mí me gusta la Navidad!
- ¡Despierta! Tu tienda es la única tienda en EE.UU que no está decorada acorde a Navidad
-Me gusta, solo que no creo en ella -me mira riéndose internamente
-Oh por favor, ¡nadie cree en la navidad!, ¡nadie cree en Papá Noel! ¡Excepto algunos niños!
- ¿Cómo que algunos niños? ¡Todos los niños creen en la Navidad! -me mira y niega
-Ahí estás equivocado, no todos los niños creen en la Navidad
-Un ejemplo
- ¡Pues yo! -me río
-Es que tu no eres normal-se pone una mano en el pecho haciéndose la ofendida, pero al final se ríe
-Supongo, quiero esta-señala otro pastel de Navidad, aunque no va ha estar tan delicioso
-De acuerdo, pero primero vamos a la mesa
- ¿Por qué?
-Tal vez quiero compensar un poco como nos conocimos
-No tienes que compensar nada, no pasó nada
-Fui bastante borde contigo y te enfadaste, así que sí debo compensarlo-la tomé por los hombros y la llevé a la mesa, la senté y me senté frente a ella
-No te entiendo-me mira confundida
- ¿Ehh?
-No entiendo tu preocupación por una desconocida, ¡¿es porque soy mujer?! ¿o por qué te recuerdo a tu mamá o a tu ex? -me echo a reír a carcajadas
-No me recuerdas a nadie jajajajaja, y no es porque seas mujer, yo solo…-me encojo de hombros- Soy así
- ¿Dónde dejaste los piercings? - la miro con una ceja alzada
- ¿Qué me quite los piercings indica que soy mejor persona?
-Yo no he dicho eso, solo intimidabas demasiado
-Ese era el objetivo, ¿por qué un piercing te intimida? -se encoje de hombros y toma nerviosa un poco de su batido
- ¡Dios! ¡está delicioso! -sonrío
-Deja que pruebes la tarta-lo hace rápidamente y sonrío cuando me mira con sus ojos abiertos de par en par por el sabor tan exquisito que siente su paladar
- ¡Rayos! Esto si es una tarta-me río
-Eso me gusta escuchar-ingiere los elementos como si quisiera probar la liga de sabores y sonríe cuando termina
-Es perfecta-me río
-Me alegra que te guste
-Gracias, estaba delicioso, pero ya debo marchar-sonrío levantándome y caminando hacia la segunda tarta elegida, siento sus pasos detrás de mí, y me entra una duda, al ver la segunda elección, también navideña.
-Entones… ¿si no crees en la Navidad por qué compras pasteles inspirados en ella? -se encoje de hombros y me río, ahí va otra mentira -Sino vas a responder con la verdad entonces quédate en silencio- ella suspira mientras yo tomo su otra tarta
-Tal vez estoy intentando que otros encuentren el sabor de la Navidad más agradable del que probé yo.
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Editado: 01.01.2024