El juez Alberto Alarcón pide al rector continuar con su declaración jurada. Le resultaba difícil mantener el orden de aquel circo pues debía exigir silencio bastante seguido ante las recurrentes protestas del público estudiantil incluyendo a los 3 líderes principales de la F.U.R. en la parte querellante.
Algo exclusivo de los juicios penales en el sistema de justicia de Líberi es que los abogados hablan solo al presentar alguna objeción. Las partes suelen escribir las preguntas de antemano y el juez de sentencia es el encargado de leerlas al testigo además de incluir también preguntas propias del mismo magistrado. Tal método era efectivo para evitar artimañas o acosos intencionados. Este nuevo tipo de estructura legal aunque encontrándose en modo de prueba era considerada visionaria a nivel internacional.
−Luego de que me llamaron para informarme de que algo salió mal en la toma yo aún tenía razones de peso para pensar de que todo se trataba de una estúpida broma —aseguró el rector Joel Guzmán.
No fue el primero en pensarlo y tampoco el último en creer con firmeza que un acontecimiento que rayaba en lo ridículamente inconcebible no tardaría en resolverse de una manera u otra en cuestión de minutos.
Aún sin considerarme una persona que tenga mucho que filosofar terminé recordando una frase que el mismo Saboteador dijo cuando finalmente me concedió la primera entrevista poco antes del juicio "Lo único que el mundo tiene en común es que todos son propensos a equivocarse" articuló con cierto gusto en sus propias palabras. Es notable recalcar que el problema que se creyó que duraría 20 o 30 minutos terminó convirtiéndose en un desastre de 5 días enteros.
−Llegando al lugar como a las 9:30 PM no solo vi a los 200 estudiantes elegidos por la F.U.R. para tomar el edificio sino que ya se habían reunido casi 1000 universitarios frente al complejo y también algunos reporteros. Al parecer la noticia se expandió muy rápido a pesar de los esfuerzos de los líderes estudiantiles para mantenerlo en reserva ya que obviamente era una situación vergonzosa para ellos —continuó relatando el rector siendo lo más minucioso posible —Apenas me acerqué todos esos jóvenes me exigieron una explicación sobre qué diablos pasaba y sinceramente en aquel momento yo estaba tan en ascuas como ellos
A ciencia cierta nadie sabía ni remotamente lo que ocurría hasta que el mismo responsable lo dio a conocer veinte minutos después de que el rector se hiciera presente. Antes de eso la única información existente dada por el sargento Fortún y su compañero Rodriguez quienes fueron los primeros policías en el lugar era que algún desconocido se metió al edificio de la universidad sin ser visto, selló las puertas desde adentro, se hizo con los fuegos artificiales que la F.U.R. instaló horas antes y los lanzó antes de que los de 200 estudiantes llegasen para dar la orden. También había un estudiante herido por un teaser eléctrico que ya estaba siendo atendido por un paramédico.
−¿A qué se refiere con que "nadie más podía ingresar al edificio" —cuestionó el juez.
−Un oficial me informó que todas las puertas de la universidad fueron cerradas antes de que cualquiera de los 200 estudiantes ingresara —respondió Joel Guzmán.
El magistrado inclinó el cuerpo hacia adelante con más interés antes de realizar la siguiente pregunta.
−¿Y qué es lo primero que usted dedujo luego de que el oficial le diera esa información?
−Que el complejo si fue tomado, pero no por la F.U.R. —articuló el rector casi con un poco de gracia —En simples palabras, alguien se les había adelantado
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Editado: 18.09.2020