Eran raras aquellas lágrimas,
Brotaban en orden y sin prisa, eran abundantes y espesas, yo diría que tenían sangre
Orphan Black
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"Pero...
No había muerto o solo fue un sueño"
Una profunda respiracion costal se escuchaba en una habitación, una habitación desordenada, quizas como la mente de Luna en aquel sueño tan profundo, sueño que posiblemente ni ella supiera que existe
El despertador sonaba atrasado, 15 minutos, 7 con 45 minutos y Luna dormía, su madre Tiara Midnigth, le tocaba a su puerta, tan fuerte como podía, Luna cayó en un lapso de la realidades dormitantes.
¡Mamá ya voy, me estoy vistiendo! - le grité mientras intentaba abrir mis ojos.
Tomé mi uniforme tan rápido como pude e intenté vestirme.
Recordóñé a Samuel, aquel chico de oscura vestimenta, mientras llegaba, sentí un pleno frío que mas que acariciarme me golpeaba mi faz.
Me resultó extraño, en sí amaba el frío más que nada, los dias mas fríos, me encantaba salir a la calle, las mejores noches mías, eran las más frías y aun así, resentí aquella sensación tan fria.
Volví a retener sobre Samuel, al entrar en el salón Aniston estaba donde me encontraba.
¿¡Luna!? - escuché desde ella
- Hola Sarah - introduje la conversación
- Lo siento, debe de haberte afectado como aquello de Julia - frunció el ceño de dolor, mientras que yo quedé más rara que ella al no entender nada
- ¿Qué pasó con Sophie? - fruncí el entrecejo tanto como ella
- Ayer, mi llamada, el restaurante - ni siquiera logró convencerme, no recordaba nada, decidí pasarle de largo con el tema
-Hola Luna, Hola Sarah - se oyó una voz entorpecida desde dentro del salón
- Hola Sophie - respondí inerte
- ¿Con quién hablas? - Aniston me reprochó cuando una profesora pide que entren al
- Vuelvo dentro de 10 minutos - le anunció Sophie virilmente a Luna
Entré con ciertas dudas, en mi cabeza, la cita con Samuel,
Un lapso pasó por mi mente
totalmente recordaba la cita, en aquel restaurante, aquella mesa y sobre todo la llamada de Aniston,
Me resultó familiar todo lo ocurrido, pero las imágenes que mentalmente visualicé no las entendía en nada.
Samuel era bajo, pero sus ojos y su voz intimidaban, era raro, dependía de como lo mirases.
"Bunny", la nueva profesora de quimica, apodada asi por los alumnos por su apiñamiento en sus dientes, dio paso al inicio de la clase,
Las ausencias, me condujo extraño, Samuel, donde estaba, ¿Por que su nombre no aparecía en la lista?, ¿me perdía de algo? - reactó mi mente
comencé a reflexionar acerca de la muerte de Sophie el dia antes, quizas solo pasó por mi mente, quizas Samuel también paso solo por mi imaginación.
- Señorita Midnigth!? - capté desde adelante del pizarrón - por favor, jovencita, puede acercarse acá
Me levanté tal y como aquella señorita... que señorita, señora, ya era de una edad longeva y portaba un carácter un poco indeseable para llamarse SEÑORITA.
- Establezca un ajuste químico de la reacción química de su libro de texto - me dirijió la palabra
Decidí escribir lo más rápido posible, mis manos secretaban sudor, y tiritaban, escribí correctamente el ejercicio y aquella anciana dirijió sus ojos hacia mi como cualquier punto de interés.
Creí tener un acosador en mi vida pero...
Una admiradora no estaría mal.
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Mis ojos estaban tan calientes que predije un simple estado febril, puesto que a mis alrededores tenía un frío tan recio que mis manos se retractaban.
Sophie había tardado tanto en entrar al salón que creí que no llegaría, mientras que la extrañeza de mi cuerpo rondaba por mi mente, aquella muerta, o aquel fantasma, tardaba en llegar más de lo normal.
El timbre sonó y Sarah estaba en la puerta, gritando mi nombre
Al subir hacia el laboratorio, aún Sophie no habia llegado, decidí sentarme al lado de un varón.
Hola - le dije en voz baja
- Hola, me llamo Edward - me habló mirando a mis ojos
- Me llamo Luna - No esperé a que terminara
-¿Y?- me tituteaba dudoso -¿ vives cerca o lejos?
-Vivo a 6 minutos en coche, ¿y tu?
-vivo a 4 calles, cerca, - entre risillas le comenté
- Oh que bien, - caí en que era un chico tímido, pero marcadamente atractivo
Olvidé por un momento aquellas dos muertes que presenció y pasé a preguntarle a Edward por sus aficiones, virtudes. Coincidiamos, en cuanto a nuestros gustos musicales, libros favoritos y materias.
Escuchaba música variada, de todo y mis generos favoritos eran de misterios y amoríos juveniles. Sentí como en poco tiempo me intentaba ganar.
Cuando llego la hora de salir bajamos juntos, aunque noté que nos miraban de reojo como amigos unidos que confunden con novios.
Al llegar a aquellas aburridas 4 paredes, observé en la ultima mesa a Samuel, aunque fingí salir y volver a entrar, estaba Samuel, discreto y detrás como siempre habría librado mi miedo al chico de negro, aquella cita resultó ser un asesinato, pero como quizás yo solo le veía no logré vencer esa sensación
¡A la salida voy a tu casa! - le exclamé tan alto a Edward que Samuel también oyó
¿Puedes mirar hacia aquel último asiento? - le pedí a Edward
- No hay nadie - me entecortó la pregunta tajante
Instantáneamente en mi mesa se formó una escritura, con una tipografía tenebrosa, me asusté tanto que decidí ignorarla, pero mi tentación no logró retroceder.
Te espero en la salida en el parqueo de coches, como no vayas, te despides de tu amiga Aniston
Este niño no me dejó de acosar.
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A la hora de salida, como dije, me dirigí a donde vive Edward, una casa grande, al llegar su madre me recibe con amor y espero unos minutos a que se vaya Samuel, quien sabe que me haría, lo intentaba evitar lo mas posible.