Capítulo 26 - Parte 3: El sacrificio de un Ángel

Doce de septiembre.

Luego de aquel encuentro entre ChanYeol y ZiTao, todos los presentes en el jardín se acomodaron frente aquel imponente hombre que estaba siendo rodeado por una gran luz blanca y yacía sentado, esperando a que le prestaran atención para poder comenzar a hablar, así que una vez que el silencio volvió al lugar, habló:

—Bienvenidos a mi reino —Saludó Dios viendo a cada uno de sus hijos acompañados por los hijos de la Luna. —He estado observando y escuchando todo lo que han hecho el día de hoy con ese demonio, quiero que sepan que no estoy contento con la idea de que ese tipo de cosas se hagan porque está prohibido.

—Lo sabemos —Respondió BaekHyun viendo hacia YiFan, no tenía ganas de escuchar al hombre hablar de su reino ni de lo que le hacía o no feliz, él mismo quería respuestas e iría directo al grano. —Sólo estamos aquí para que usted pueda aceptar mi trato, mis alas por su vida —Señaló hacia YiFan para que supiera de quién hablaba.

—¡BaekHyun no seas grosero con nuestro creador! —Regañó Yuri llegando al jardín junto a su esposo.

—¿Nuestro? Soy hijo de la Luna, madre, tú misma me quitaste mis alas para ser más como papá y ahora las estoy entregando de regreso por la vida de alguien importante para mí y para mi alfa —Comentó BaekHyun viendo a su madre con seriedad, sin darse cuenta de la manera en la que llamó a ChanYeol pero éste sí lo notó y por ello sonreía contento desde donde estaba sentado. —Así que no quieras venir a incluirme después de haberme sacado.

—Tienes que respetarme, BaekHyun —Exigió Yuri con la molestia notándosele en el rostro. —Soy tu madre aunque esté muerta.

—Es verdad, lo eres, pero aun así no quieras venir a obligarme a aceptar a un Dios que no es mío —Respondió BaekHyun apretando sus manos en puños antes de ver a aquel hombre. —Cambio mi puesto como serafín para darle la oportunidad de vivir.

—Baek no-

—No te metas Fanfan, deja que sea el Dios de los ángeles quien decida si aceptar o no —Interrumpió ZiTao de manera suave, tomando la mano de su alfa quien cargaba al cachorro con la otra. —Todos aquí sabemos que aún no es tu tiempo —Murmuró.

Dios vio hacia el castaño con absoluto silencio, sin dudas la personalidad del chico era la de un serafín, valiente, sin importarle la mayor parte del tiempo llevarle la contraria a otros y terco pero eso último se lo atribuía más a su lado lobo; largó un suspiro hondo antes de acercar la mano hasta la espalda ajena y tomar los dos pares de alas que seguían intactas luego de que el otro par fueran quemadas al intentar salvar al rubio que también estaba con ellos presentes, lo levantó con cuidado para no lastimarlo pero sí para castigarlo por interrumpirlo, esperando que aquella osadía se mantuviera aunque lo viera a los ojos.

—¿Entregarás tus tres pares de alas, además de tu puesto como serafín, sólo para devolverle la vida a un hijo de la Luna y no a un hijo mío? —Cuestionó Dios con seriedad, viendo las expresiones ajenas. —Puedes incluso dejarlo de lado y pedirme revivir a tu madre. ¿No prefieres eso?

—No, quiero entregar mis alas por la vida de aquel que salvó la mía —Respondió BaekHyun sin dar su brazo a torcer y agregó: —Además, mi madre ya hace tiempo que es solo tierra y cenizas.

—Tú lo has pedido pequeño serafín, te quitaré tus alas a cambio de la vida de tu ser querido pero no solo tomaré tus alas sino que regresarás con un rango menor del que tienes y una misión que deberás cumplir hasta el día de tu muerte.

Aceptó Dios, ofreciéndole aquel trato de suma importancia, el chico seguía siendo parte de su creación aunque fuese un híbrido, no podía simplemente abandonarlo quitándole su puesto como serafín; además, sus otros serafines parecían dispuestos a entregar ellos mismos sus puestos con tal de que el castaño no volviese a perder sus alas y estaba orgulloso de los grandes sentimientos que estos albergaban.

—¿Qué deberé hacer y qué rango tendré que tomar? —Cuestionó BaekHyun dispuesto a aceptar cualquier tipo de trato que Él le diera.

—Serás parte de las potestades, BaekHyun y tu misión será la misma que la de ellos; proteger al ser humano, ayudar a resolver problemas o situaciones desagradables y sobre todo trasmutar lo negativo —Respondió Dios viéndolo con seriedad.

—¿Sólo eso? —Cuestionó BaekHyun alzando una ceja por lo sencilla de aquella misión, era lo mismo que hacía en su trabajo como chamán, así que sería sencillo. —Está bien, acepto la misión y su decisión.

—Entonces yo acepto tu petición.

Dios lo dejó de vuelta en el suelo y tomó ahora con su mano los tres pares de alas, sosteniéndolo con su otra mano libre antes de arrancarlas sin ningún dolor de por medio, su intención nunca fue causarle dolor a ninguno de sus hijos y BaekHyun, aunque fuese un híbrido, también es hijo suyo. Apoyó luego la diestra sobre el lugar donde las alas habían estado para sanar aquel lugar y con ello, bajar su rango o al menos hacerle creer a todos que eso fue lo que hizo. Vio luego hacia YiFan y sonrió para colocar ahora la diestra sobre su cabeza, uniendo de vuelta su alma con su cuerpo, dejando que la Luna hiciese la otra parte del trabajo en la tierra para que salvara por completo a su hijo.