PARTE III
Al girarse ella, él nota eso bellos ojos tan verdes y resplandecientes que lo hacen perderse de todo a su alrededor, sonríe tímido y la admira una vez más; Tan bella con esas mejillas de color carmesí que resalta su piel blanca como la leche, y esos ojos que le hacen merecida justicia a su belleza; sus labios redondos y frescos, tan carnosos. Las mejillas de Adelaine se sonrojan levemente al notar el escudriño tan minucioso que hace su él en ella, y piensa en lo guapo que es con esos ojos tan celestes como el cielo, y su cabello tan rubio y sedoso, con esos rulos que caen en su frente. Todo en el tan perfecto, sus rasgos parecían haber sido tallados por los mismísimos dioses, tan masculinos, todo en él gritaba masculinidad por cada poro de su piel pálida, con su porte tan imponente y ese cuerpo tan atlético, de hombros anchos y cintura pequeña. A pesar de que solo es un chico de apenas dieciséis años su complexión física dicta de la de un hombre, pero a ella eso no es lo que más le importa, porque eso no es lo que más ama de él, ella ama todo de él, absolutamente todo, de afuera a adentro. Y él la adora como a nadie más en su vida.
Adelaine se pierde en los ojos celestes de él, pues es imposible no hacerlo, pero debe caer en la realidad, y aterrizar los pies sobre la tierra, y reaccionar. Sale del trance que ha infringido él en ella, para así percatarse de que sus pies aún estén en la tierra, y aún los tiene; Posa su vista en su libro que cayó al suelo luego de que él la sorprendiera de tal forma, lo recoge y con delicadeza pasa sus dedos en la portada a modo de limpiar la poca tierra que ensucia su portada; Él le observa, cada mínimo detalle que hace. Adelaine con los nervios de punta al percatarse de ello decide darle la espalda antes de sonrojarse de nuevo, pues es inevitable que cada vez que esta frente a él no sienta reacciones extrañas, tanto externas como internas, y que mella pura inquietud en ella al no entender el porqué de ello, y porque solo sucede con él, solamente con él. Jacob baja la mirada al notar que su ella se encuentra nerviosa, no es la primera vez que lo hace, pues él conoce cada detalle y reacción de ella, hasta se atrevería a decir que conoce cada forma en la que su hermana actúa; Cuando miente, cuando no, cuando sonríe de felicidad y cuando por obligación, para él su ella es un libro abierto, que él sabe interpretar a la perfección. Todo lo contrario para Adelaine quien se esfuerza por entender la pragmática personalidad de su él, y el mundo que yace en su cabeza, tal vez por eso lo observa tanto, aunque no en todas las ocasiones lo hace simplemente por descubrir que es lo que sucede en esa cabecilla suya. Algunas ocasiones lo contempla simplemente por que parecen que sus ojos nacieron para recorrer algo tan hermoso como lo es él, pues no se explica tal belleza, para ella parece ser un regalo del mismísimo cielo, un regalo para ella, únicamente para ella.
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Soundtrack by Spotify El Sauce de Adelaine
Vaya no saben lo que me ha pasado, he eliminado casi 600 palabras accidentalmente, me siento tan frustrada, es evidente hasta donde puede llegar mi idiotez, ahora no sé ni como terminar el capitúlo.
Uuuuf, que porquería, lamento estarme quejando, pero de alguna manera lo tenía que sacar.
Bueno por hoy ese sería el capíulo de hoy, realmente no sé si alguien me este leyiendo, pero de igual manera escribo, para mí. Y lo comparto para todos aquellos que les gusta desconectarse del mundo por un momento.
Espero y sí le este gustando y ya saben que sí es así me ayudaria mucho con un voto o comentario.
Nos vemos hasta la proxima.