El secreto de Apolo

XXXVI

Apolo

Escucho a Phoebe moverse por el salón mientras yo observo con el ceño fruncido lo que quedo de su auto. Sí dije lo que quedo porque ahora no es más que chatarra, es evidente que debieron golpearlo con algo muy contundente para lograr ese grado de daño y eso hace que me preocupe más, pero lo que más me preocupa es que no hay ninguna puerta forzada para poder acceder a la cochera, eso quiere decir que quien lo hizo o es alguien conocido; cosa que dudo; o alguien muy hábil.

Acabo de enviarle las fotos al equipo de seguridad para que vengan por la mañana a ver si encuentran algo que nos ayude a tener una pista de a quién nos enfrentamos porque esto va mucho más allá de lo que hemos tenido que vivir nunca.

Regreso a la casa y no me sorprende encontrarme con Phoebe dormida en el sofá, ha tenido que soportar mucho para un solo día. La tomo en brazos y subo por la escalera hasta su habitación. La deposito con cuidado de no perturbar su sueño y la observo acurrucarse en cuanto la cubro. Le quitaría el uniforme, pero no quiero que nada la despierte.

Camino hasta su ropero y saco un uniforme limpio y lo dejo en el sofá que se encuentra a un lado de la ventana como suele hacerlo ella cada noche antes de dormir.

Una vez listo, me deshago de mi camiseta y jeans para quedarme en bóxer. Entro al cuarto de baño donde descansa uno de mis cepillos de dientes junto al de ella.

Me sorprendo al notar lo cómodo que me siento en su casa, como de alguna manera en el tiempo que llevamos he llegado a conocer su rutina, las cosas que ama y definitivamente lo que le molesta también. De la misma manera como nos hemos acoplado a ese «nosotros» que tanto parece temerle la gente.

Salgo del cuarto de baño y reviso por última vez mi celular antes de dejarlo en la mesita de noche, son poco más de las cinco de la mañana cuando retiro el edredón y entro en la cama. De inmediato en cuanto Phoebe siente mi presencia se gira hacia mi y recuesta su cabeza en mi pecho mientras me abraza por la cintura. La observo un momento y quedo hipnotizado al ver el contraste de nuestra piel, ella tan blanca como porcelana versus mi piel bronceada con el sol.

—Dulce sueños, blanca nieves.

—Dulce sueños, gruñón.

 

***

 

James se sienta a mi lado en la sala de reuniones donde debemos estar todos en poco más de una hora. Me ofrece un café que con gusto acepto antes de volver mi atención en los arreglos musicales en los que trabajo para el disco.

—Tú novia es un encanto —dice recostándose en el respaldar de la silla—, te envidio.

Rio un poco y decido que dejare los arreglos para después. Cierro la laptop y me vuelvo hacia él.

—Pues a ella también le agradaste —respondo, recordando que lo menciono esta mañana mientras iba a dejarla al hospital—, me habría gustado que la conocieras en otro momento, ayer era un día complicado.

Se encoge de hombros tomando un sorbo a su café.

—Eso no importa, me habría llevado la misma buena impresión —saca su celular del bolsillo interno de la chaqueta y se inclina hacia mí—. Mira el agente de bienes raíces que me recomendaste me ha enviado un listado de departamentos, pero quería pedirte que me ayudarás a verlos, no sé ni una mierda de esta ciudad.

Suelto una carcajada, James tiene una boca muy sucia cuando entra en confianza con alguien, aunque he de admitir que se controla muy bien cuando hay alguien más cerca.

—Puedes sacar citas para el fin de semana, y si a Phoebe le parece bien podemos acompañarte ambos —Pienso que lo mejor sería que descanse, pero le dejaré a ella escoger si quiere acompañarnos o no—, si no cuenta conmigo.

—Eres el mejor jodido amigo del mundo —me toma por sorpresa abrazándome y depositando un beso en mi mejilla—. Prepárate por que tú y yo les daremos a todos el mejor bromance baja bragas al mundo.

—Pienso sinceramente que estás loco —digo riendo, siento que James no dejará que mi vida sea aburrida de ahora en adelante—, por cierto, ¿qué es un bromance? —pregunto un tanto alarmado.

—Veras…

 

***

 

—Vamos Jesse sé que puedes hacerlo mejor —dice Kath del otro lado de la cabina, dentro estamos Jesse, Brandon el segundo vocal y guitarrista de Four Points, Neo y yo.

Estamos haciendo las primeras pruebas del que será el sencillo principal del disco. Observo a Jesse rodar los ojos antes de quitarse los audífonos y dar unas largas respiraciones.




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