Eran cerca de las ocho de la noche cuando los Leo’s y David arribaron al festival. Leobardo salió apresuradamente del auto, seguido por David y Leon.
- ¡Te dije que te apuraras! – Regañó Leobardo a su hermano menor. Mientras esquivaban a la multitud.
- ¡No es mi culpa haberme enfermado! - Chilló el otro incómodo. Fue irremediable, Leonardo había sucumbido a los nervios de tener una cita con Ricardo esa noche, y su cuerpo lo había demostrado con una distensión intestinal.
- Las chicas deben estar molestas. Debimos llegar hace una hora. – Reprochó David, quien cargaba cuidadosamente un abundante ramo de flores de Cempasúchil. Los chicos se dirigieron a los salones de tercero de secundaria, retrasándose un poco con la multitud que comenzaba aglomerarse poco a poco entre los puestos de comida a la entrada del festival. Entre los pasillos sorteaban catrinas, calaveras, zombis, y variados personajes de la cultura pop. Los gemelos Méndez decidieron personificar a los hermanos San Juan de la Saga de “Las Leyendas”, Leobardo se disfrazó de Nando y Leonardo de Leo San Juan. Al llegar al tercer piso, una copiosa multitud esperaba afuera del salón de las chicas. Al parecer el stand de fotos había sido un éxito y numerosas personas esperaban su turno. Los chicos tuvieron que formarse. Leonardo sufrió las incesantes miradas enfadadas de los otros dos.
- Necesito ir al baño. – Dijo al recordar que a unos metros se encontraría con Ricardo y debía avisarle que ya se encontraba afuera esperándolo. Mientras esperaban se escuchaban muchos murmullos entre las personas que hacían fila junto a ellos, además de algunos gritos de las chicas al entrar al stand. Algunas personas, volvían a formarse en cuanto salían de tomarse la fotografía. El trío concluyó que la escenografía y el disfraz de Emma había sido toda una sensación. Cuando el grupo de chicas, delante de ellos entró, los chicos se asomaron, al escucharlas gritar. Cuál fue su sorpresa al ver a Emma con su disfraz de catrina junto a Carmen, a un lado de la escenografía, de un mausoleo, mientras el grupo de chicas se peleaban por un chico disfrazado de charro negro. Leonardo al mirarlo bien, pudo distinguir el cabello largo de Ricardo, teñido de negro con mechas grises, sostenido de un moño rojo; traía solamente la chaquetilla de charro negro completamente abierta y una corbata de moño típica al cuello. Vestía un pantalón de charro negro bien ceñido, abajo del ombligo, ajustado con un cinturón con una hebilla de un demonio y unos botines negros. Le habían aplicado body painting en la cara y el cuerpo, en un tono gris oscuro y diseñado un esqueleto a su medida. Además de usar unos pupilentes de esclera negra y pupilas en forma de llamas, que le hacía irreconocible al verlo. Pero Leon sabía que era él. El traje abierto dejaba ver su fornido abdomen, que era la causa de los gritos de las chicas. Ricardo al verlos en la entrada miró el traje de su hermano con desdén. Leonardo al ver esa mirada tan confiada, sintió un tirón en el corazón y… en el intestino.
- ¡Vuelvo! – Gritó como aviso antes de salir corriendo. Emma y Carmen miraban divertidas la escena. Leo y David se acercaron a ellas. Mientras realizaban la sesión fotográfica con las chicas, Ricardo veía incómodo como su hermano le extendía un ramo de flores a Emma, cuando ella alzó las manos para recibirlas, David la tomó de la mano y la hizo girar para poder ver su disfraz en todo su esplendor. Ella rió. Su prometido la llenó de halagos, mientras la tomaba de la cintura, la asió hacía él, haciendo más romántica la entrega del ramo. Ella alegre le devolvió la sonrisa. Rick en menos de un segundo se encontró a lado de ellos, haló de la mano a Emma y la miró con intensidad. David los miró a ambos.
- Was ist los[1]? – Preguntó Emma en alemán. Ella y Rick hablaron en confidencia. Las chicas alborotadas pedían el regreso del modelo. Rick volvió con ellas para terminar el trabajo.
- ¿Quién es él? – Preguntó David, a Emma, con un dejo de molestia cuando volvió a su lado.
- Es Joss, es un modelo que quiso donar su tiempo para ayudarnos a recaudar para la causa. – Emma notó que David observaba detenidamente a Rick. – No le prestes mucha atención. - Añadió nerviosa. - Lo conocí en la Casa de Modas Morel, cuando estaba diseñando mi vestido, es alemán y no habla mucho español. Por eso es…
- No sabía que hablaras alemán. – La interrumpió. David la vio con una mirada llena de admiración.
- Sí viví tres años en Alemania. ¿No te había dicho? – La atención de David se volvió a concentrar en ella. - También sé francés. Residí en Canadá de los siete a los diez años. Por el trabajo de papá. – Emma contó un poco de su niñez en ambos países. David la oía interesado. Ella jamás había querido tocar ese tema antes, a pesar de su insistencia. El muchacho sentía que había avanzado un enorme paso para recuperar la confianza de su amada. No obstante, la plática no duraría mucho, aunque la mayor parte del público buscaba una sesión fotográfica con “Joss”, también había muchas personas que deseaban fotos con ambos modelos o sólo con Emma. Al notar que la cantidad de clientes aumentaba. Carmen les pidió a los chicos que fueran a divertirse. Que en cuanto consiguieran la cantidad acordada para la colecta, cerrarían el local, y que no se demorarían, ya que faltaba poco para ello.
***
Cuando bajaron los jóvenes se reencontraron con Leon quien aguardaba sentado en una banca.