El desayuno había terminado y Santiago sentía todas las miradas sobre él, Samuel fue en su búsqueda al estrado donde se encontraban también Quirón y Agamenón, entre los dos se dirigían hacía el coliseo para su primera clase de combate y mientras caminaban, Anggie se acercó a ellos.
-Samuel, yo guiaré a este mortal.
Samuel cerró su mano en puño, su mirada tuvo una pizca de ira pero aceptó con un gesto afirmativo de la cabeza, se alejó y Anggie agarró el brazo de Santiago para guiarlo, la conversación era poca, Anggie solo hablaba de sus glorias y de cuanto iba a disfrutar verlo fracasar en sus primeras doce misiones, Santiago no le prestaba mucha atención, su mente se encontraba perdida entre los sucesos del desayuno y su sueño, Anggie pudo notar eso cuando llegaron al coliseo y se lo hizo saber, le soltó el brazo y con una sonrisa llena de malicia le dijo.
-Prepárate mortal.
Corrió de forma muy elegante para entrar en coliseo y desapareció de la vista de Santiago.
Cuando Santiago entró en el coliseo, vio a Quirón con un arco mientras explicaba el arte de la estrategia del engaño, ilustró como los griegos habían usado este arte contra los troyanos, quienes perecieron en la batalla.
Luego de su explicación, que más parecía una clase de historia sobre una batalla de mitología, escogió parejas para que lucharan.
Santiago estuvo con Samuel, mientras se enfrentaban Santiago pudo notar que tenía una habilidad natural para el combate, Quirón observaba con detenimiento los combates, pero poco a poco los otros jóvenes dejaron de luchar para ver la batalla que tenían Santiago y Samuel.
El combate de Samuel y Santiago parecía ahora una gran atracción para todos los estudiantes del lugar, Samuel se tropezó al dar una vuelta y el combate se detuvo por un momento, donde David aprovecho para indicar a Quirón un cambio de parejas, Quirón aceptó con una pequeña sonrisa.
David tomó su pulsera y de ella apareció un tridente de color celeste que brillaba como la plata, Quirón dio la señal para que el combate comience.
El combate era intenso, cada uno de ellos peleaba de manera formidable, el combate se había alargado tanto que los dos parecían estar exhaustos, David lanzó su tridente contra Santiago quien lo esquivó con un salto hacia atrás, luego este se adelantó blandiendo la espada que fue detenida por parte del mango del tridente, se separaron en el momento que una risa de gloria se escuchó, una neblina de color rojo comenzó a aparecer junto a un hombre fornido, llevaba una pechera de color rojo brillante, en su mano se podía ver un hacha de guerra imponente y su rostro estaba oculto por un casco, todos los jóvenes presentes en el salón se arrodillaron, menos los líderes, Quirón y Santiago
Quirón avanzó hasta el hombre que apareció y lo saludó.
-Ares, dios de la guerra, ¿qué te trae a esta escuela?
Ares lo miró y como si fueran viejos amigos lo saludó con un gran choque de manos mientras decía.
-Querido Quirón, esta batalla me llamó la atención, dos muchachos que pelean como grandes héroes.
Ares miró a los jóvenes peleadores y al ver a Santiago, se pudo escuchar una carcajada.
-Joven Underwood, no pensé que te vería otra vez, pero veo que mi bendición está en buenas manos, que el combate continúe.
Justo en ese momento entró una mujer de porte elegante, vestía una túnica de color azul y portaba un caso de color plateado, en su brazo izquierdo cargaba un escudo con el relieve de una mujer con cabellos de serpiente, y dijo.
-Querido hermano, sabes bien que tu presencia está prohibida en este campo de batalla, además, es la hora de mi clase.
Todos los estudiantes menos Santiago gritaron.
-Gloriosa sea Atenea, diosa de la estrategia.
Todos comenzaron a marchar junto a la mujer, Ares caminó junto a Santiago y lo alentaba a formar parte de su ejército cuando muriera, Quirón se apresuró a donde se encontraban el dios y Santiago, y le indicó a Santiago que camine más rápido para no perderse o llegar tarde.
Ares se quedó con Quirón quien parecía retar al dios por su intento de reclutamiento.
Llegaron a un salón techado con un estilo griego, donde al ingresar la ropa se transformaba en túnicas de color gris, Atenea se paró frente a un mapa gigante y comenzó a explicar una situación de batalla, mientras ella describía, el mapa se llenaba de imágenes holográficas. Cuando terminó de explicar comenzó a preguntar a los miembros del lugar que harían, preguntaba la mejor forma estratégica para vencer y cada uno de los jóvenes en el salón indicaba su estrategia, la cual era probada en el mapa. Muy pocas estrategias eran victoriosas, para ser exacto solo fueron 5 victorias de estrategias y el resto terminaba en derrota, al último le toco describir una estrategia a Santiago, el cual dijo algo alocado que dudaba funcionara, al terminar todos los estudiantes se rieron y gritaban burlas, solo Atenea prestaba atención, al final el mapa dio como victoria la estrategia de Santiago. Todos los jóvenes miraban a Santiago, unos con ira y otros con asombro, Samuel se divertía con la escena, mientras le decía a Santiago que era un mortal con suerte. La clase terminó y todos salieron del salón.