Agamenón vio la llegada de Santiago con asombro, sus ojos brillaban y su sonrisa temblaba con un nerviosismo extraño, de inmediato hizo que llamaran a Quirón y los tres líderes. Agamenón se encontraba sentado viendo a Santiago sin decir una sola palabra.
Los tres líderes fueron los últimos en llegar, al notar que Santiago estaba sentado como si todo estuviera acabado Anggie se acercó y dijo.
-Por cumplir una misión no te emociones, aún te faltan las otras dos…
Mientras intentaba desanimar a Santiago, Agamenón la interrumpió para indicarle que Santiago había culminado las tres misiones. Anggie miró a Santiago con ira, su sonrisa fingida dejaba ver una hipocresía que solo una persona completamente falsa podía expresar.
Quirón tomó los objetos obtenidos como prueba de que Santiago si había pasado cada misión. Santiago había guardado el polvo y no había indicado nada sobre él, de igual manera hizo con los otros artículos que había ganado y que no tenía por qué entregar como prueba de haber logrado la misión.
El primer objeto que Quirón observó fue el pergamino que, al abrirlo, unas pequeñas luces provocaban una especie de proyecciones estelares. Una suave voz comenzó a narrar los sucesos del inicio de todo, la dulce voz comenzó a tener un efecto extraño en los miembros del salón, la somnolencia se podía ver en el rostro de todos, Quirón cerró el pergamino y lo dejó en la mesa. Luego tomó el pequeño frasco de cristal que tenía un líquido dorado, al abrirlo la habitación quedo bajo una tensión, como si el peso del mismo cielo fuera insoportable, cada movimiento de los miembros era lento. Luego de un rato largo Quirón logró cerrar el frasco y todo regresó a la normalidad, cuando Quirón iba a tomar el tercer objeto David se levantó con insultos de desconfianza.
-Este mortal no pudo cumplir las misiones sin ayuda, lo más seguro es que hiciera trampa junto a su familia.
Agamenón golpeó la mesa con fuerza mientras le indicaba al joven que respete a las familias, luego de eso indicó que el caso estaría abierto hasta que los dioses, junto a las Moiras, llegaran a un veredicto. Agamenón le indicó a Quirón que prosiguiera con la evaluación, al tomar el tercer objeto Quirón se quedó quieto por un instante, su mirada parecía perdida, como si se encontrara en otro lugar, por un momento no se dijo nada y se esperó a que Quirón bajara el ojo de las Grayas. Los líderes junto a Quirón y Agamenón ofrecieron tributos a una flama llamando a Hermes en su auxilio.
La flama comenzó a danzar intensamente mientras se tornaba de un color azul claro, el cuarto empezó a oscurecerse y el rostro de Hermes apareció.
Todos los miembros del salón hicieron una reverencia ante la imagen y le pidieron un caso de juzgamiento sobre unas misiones, Hermes se quedó callado por unos momentos y luego desapareció.
Las Moiras llegaron primero al Salón, sus sonrisas amplias las hacían parecer dulces abuelitas, pero su mirada llena de sabiduría acababa con esa ilusión. Las Moiras vieron a Santiago y lo felicitaron por su trabajo, sus sonrisas se convirtieron en risas que llenaban el lugar como cantos de ópera, caminaron hasta la mesa y se quedaron calladas hasta que un trueno retumbó en el cielo, Santiago las escuchó cuando decían que Zeus era un niño presumido que siempre llegaba tarde, el dios apareció junto a las Moiras, quienes rieron y saludaron tranquilamente. El dios esperó por unos momentos hasta que Poseidón y Hades se materializaron, los objetos en la mesa eran legítimos, Zeus preguntó a Santiago si había recibido ayuda en las misiones de su familia, pero él respondió que no. Zeus levantó la mano y una fisura en el aire apareció, del otro lado estaba Nix pegando una estatua extraña que Santiago reconoció.
Nix prestó interés luego de que las Moiras le llamaron la atención, al virarse vio la escena y al primero que saludó con una gran sonrisa fue a Santiago, a quien llamo el pequeño pedazo de estrella. Luego saludó al resto de los miembros en el lugar, Zeus la miraba mientras hacía la pregunta respecto a las misiones de Santiago, pero la respuesta de Nix fue más contundente que la de Santiago.
-El muchacho es sorprendente, engañó a mi hijo y ganó mi aprecio. Luego de esto lo observé y como saben, soy la que todo lo ve, y puedo decir que el joven logró hacer cada misión sin ayuda y con gran valor.
Zeus se despidió de la diosa y llamo a Quirón, hablaron en susurros y después de un momento los dioses desaparecieron.
Agamenón había indicado que se hagan todos los preparativos para la celebración por el cumplimiento de las misiones.
Santiago estaba junto Samuel, quien apreciaba el regalo de su abuela con una sonrisa de oreja a oreja, el brazalete había reaccionado a Samuel con un brillo de tonalidad azul.