El Secreto de Steban

CAPITULO 1

<<No tienes que sufrir para ser un poeta,

La adolescencia es suficiente sufrimiento para todos>>

5 años antes. El día que inició todo.

Cuando llegamos a este lugar pensé que todo iría mal y peor si las clases comenzaban pero había resultado todo lo contrario, Matt el odioso, con tan solo 14 años se había adecuado mejor que yo que solo tenía 13, él había conseguido muchos amigos en tan solo el primer mes a diferencia mía.

Pero como dicen "calidad no cantidad".

–Mamá iré donde Ángeles ¿Esta bien? –pregunté entrando a la habitación de Sharon, mi madre.

–Está bien pero ve con cuidado hija –rodee los ojos ante su aviso.

–Mamá es nuestra vecina –comencé a explicar pero ella me detuvo

–Y tu una adolescente de trece años

–está bien, adiós mama.

–espera ¿sabes dónde está matt?

–no, supongo que con sus amigos...

– ¡vaya! Tu hermano sí que adapto rápido al cambio

–sí, ya luego se dará cuenta que importa la calidad no la cantidad.

–tranquila hija o creo que huelo celos

–hueles mal, bueno ya me voy.

–me alegra que tengas una amiga pero no crees que vas mucho a su casa, no quiero que incomodes ni quiero que te sientas incomoda

–tranquila mama, nos vemos.

Camine hacia la puerta y Salí hacia la casa de al lado, mama en parte tenía razón, cualquier cosa nos podía pasar a mi hermano y a mí.

Los adolescentes suelen estar dentro de una burbuja y cuando esta se revienta ven lo horrible que puede llegar a ser el mundo, perdón, las personas malas que habitan en él.

Cuando llegue a casa de Ángeles, no tuve que tocar la puerta porque esta se abrió de inmediato.

–Querida Ela, tan puntual como siempre.

Frente a mi estaba la señora Marta, madre de Ángeles y al igual que ella, era una mujer dulce.

–siempre puntual ¿Cómo esta señora? Y ¿Ángeles?

–Muy bien hija, sube, te está esperando como siempre.

Cuando subí por las escaleras en dirección a la habitación de mi amiga, recordé que subía al menos cinco veces a la semana, segunda vez que mama tenia razón, no quería incomodar.

–sabes, mi madre ya está pensando en adoptarte de tanto que vienes –ángeles sonrió al verme cruzar su puerta.

–no te vendría nada mal una hermana

–estoy muy feliz siendo hija única gracias.

–Y bien ¿el sujeto se movió? –pregunté mientras dejaba caer mi pequeña mochila.

–obvio se va a mover, es un humano y es mi vecino.

–sabes a lo que me refiero.

–si te refieres a que solo vienes a mi casa a acosar a mi vecino porque tu no puedes ya que mi casa se interpone, si, se a lo que te refieres, pero aun no entiendo porque te interesa.

–no me interesa solo desde que llegue a este lugar, nadie parecía notar su presencia solo yo, se aislaba de todos y eso de alguna manera me llamó la atención.

–bueno entonces te gusta

–No, solo me llama la atención además que mayor

–Que mentirosa, solo es una año mayor al igual que el odioso Matt.

–bueno olvidémoslo ¿quieres tener una pijamada? Yo pongo los helados –ángeles pareció pensárselo, tenía varias razones para quedarme.

Una, podría espiar al sujeto y dos podría conocer más a ángeles.

–algo me dice que solo quieres quedarte para espiar a él invisible visible

Ángeles termino aceptando luego de una larga negociación de helados, ahora tocaba convencer a mama así que corrí hacia casa.

– ¡Mama! ¿Puedo dormir con ángeles? –apenas entre a su cuarto mama negó la cabeza

Estuve convenciendo a mi madre durante media hora, proponiéndole de todo hasta me ofrecí a limpiar toda la casa pero nada funciono hasta que se apareció el odioso Matt

–mama dale permiso, son chicas no creo que hagan nada fuera de lo normal como quedarse hablando de chicos toda la noche.

Mi cara se puso roja de inmediato.

–Yo no hablo de chicos, son tontos y para mí no son importantes.

Luego del comentario de mi hermano mayor, mama accedió pero me dijo que no podía Salir de su casa y que estaría preguntando por mí.

Al final termine cumpliendo con mi objetivo y todo gracias al ya no tan odioso Matt.

-Isabela ya son las 11 de la noche y el invisible visible no aparece

–algo anda mal, el suele apagar las luces de su cuarto a las 10 de la noche

–déjame decirte que para tu corta edad eres una loca acosadora

– ¿gracias?

-¿iremos a dormir o no?

–está bien.

Cuando por fin nos decidimos a dormir, ángeles al igual que yo pasamos media hora tratando de dormir hasta que un sonido nos despertó, era como un vidrio rompiéndose.

–Ale ¿escuchaste eso?

–sí, sonó como una ventana rompiéndose

Cuando las dos nos paramos, sacamos la cabeza por la ventana y vimos hacia todas partes hasta que nos detuvimos en un punto.

–es en la casa del vecino invisible visible

Esas palabras de alguna forma hicieron que un escalofrió recorriera mi cuerpo.

–tenemos que ir a ver

– ¿Qué? ¿Estás loca?

– ¿Qué pasaría si está en peligro?

–lo estaríamos nosotras también.

De repente nos sorprendió un ruido, otro vidrio rompiéndose.

–tenemos que ir a ayudar.

Y con esas palabras salte de la ventana de ale, estábamos en el primer piso así que no nos haríamos daño solo teníamos que pasar la cerca.

Cuando salté, pude sentir el pasto bajo mis pies, había sido tan distraída que había dejado olvidada mis sandalias, así que descalza me acerqué a la casa de IV (Invisible Visible)

Después de unos segundo había llegado hasta la casa del vecino, me acerque a una de sus ventanas para ver dentro pero termine pisando lodo, mis pies empapados me impulsaron a ver dentro donde había algo tirado en el suelo.




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