El secreto de Winesburg.

I

— Estoy muy emocionada con todo esto —, comento Lía al mismo tiempo que mordía su emparedado.


— ¿Con qué? —, pregunto con una pizca de diversión.


— Mi abuela, me contó una historia.


— Ahí vamos de nuevo — dije por lo bajo. — Y a tí te encanta todo lo que es imposible — reí.


— ¿Quieres saberla?


— Tarde o temprano, me contarás la historia; así que adelante. 
Lía sonríe sabiendo que acababa de triunfar.


— Ya comienza — comento.


— Cuenta la leyenda que todo aquel que se acerque al río rojo, morirá, de maneras diferentes pero crueles... Siempre su cuerpo se hallará en este mismo río, frío e inmóvil - antes de que siguiera la interrumpo.


— Lía, esa leyenda todos la sabemos, desde que somos pequeños. Es la leyenda de este lugar.


— Exacto. Pero no sabes de dónde proviene - guiña un ojo y prosigue:

Se dice que en 1860 se encontraba una familia en este pueblo, la mejor entre las mejores, se cree que el mayor de estos hermanos era obstinado, inteligente, y exageradamente guapo — dijo levantando las cejas —. Su nombre era Elijah, pronto iba a contraer matrimonio con la hija de una familia rica en Francia, pero Elijah no estaba de acuerdo, así que para contradecir a su familia; enamoró a una chica de posición baja, era hermosa pero no tenía nada que ver con Elijah.

En realidad, él no quería tener nada con Chacel, solo quería que su familia lo apoyará. Lo que Elijah no sabía era que Chacel era una poderosa bruja, cuando ella se enteró creo una maldición, está consistía en que la primera vez que un humano perdiera la vida por causa suya; él comenzaría a matar todos los años en la misma fecha que su primera víctima muriera. Elijah le imploro demasiadas veces que lo perdonará, no porque él creyera en esas cosas, sino porqué él se había enamorado de Chacel. Tiempo después Elijah se casó con la hija del embajador y se fue a vivir a Francia, por alguna extraña razón la chica murió y la maldición fue activada. Él regreso a Winesburg para pedirle ayuda, pero Chacel no tuvo piedad de él.

— ¿Y después? - pregunto con intriga - ¿Qué pasó con Chacel?


— Ah... No lo sé, pero espera. En los últimos días de Chacel, le contó la historia a su familia y pidió que en su muerte se le entregará un sobre a Elijah, la carta decía cómo romper la maldición.

— ¿Y cómo era? - pregunto emocionada.


— ¿Cómo era qué? - pregunta confundida.


— ¿Cómo se rompía la maldición?


— Ah, no tengo idea - se encogió de hombros -, mi abuela solo mencionó eso.


— Es la historia más interesante que tu abuela te ha contado.


— Lo sé, amé la historia.


— También yo, pero sabes que es solo eso; una historia.


— Ojalá fuera real - lloriquea.


Reí por lo bajo.


— Oriana ... ¿Y si es real? - pregunta abriendo los ojos con sorpresa.


— Olvídalo, no lo es.


Nos mantenemos en silencio.
Mañana es el primer día de clases, debo decir que amo los primeros días de clases, me gusta todo de ellos.


— ¿En qué piensas? — me pregunta con interés.


— Nada importante, solo que mañana es primer día de ¡Clases! — Hago énfasis en la última palabra.


— ¿Crees que haya chicos guapos?


— Da lo mismo — digo con desinterés y Lía me avienta un cojín.
— Eres una aguafiestas, pero ya me tengo que ir — dice levantándose del sofá — está chica tiene qué dormir.


— Dormir — digo levantando las cejas.
Asiente y sonríe.


— ¡Adiós señora Jaxón! — grita—. Mi mamá está organizando papeles en su recámara.


— Adiós linda, ve con cuidado — grita mi mamá del mismo modo.

Lía sale dando pequeños brinquitos en la entrada. Lía se termina de ir, subo a la habitación de mi mamá, la pobre ha estado trabajando en ese reporte todo el día. Mi mamá la ha pasado mal desde que papá murió, yo tenía 7 años, no lo recuerdo mucho, pero sé que era el mejor padre que pudo haber existido en este planeta, mamá entro en depresión después, yo me sentía mal por ella; entro a trabajar a un estudio de abogados y lo único que hace es trabajar y trabajar. El trabajo fue su salida y se dedica a mí tanto como puede y a Argos, claro está.

— Mamá — abro la puerta — ¿Aún falta mucho?


— No cariño, pero ya casi está listo — me guiña un ojo.


— ¿Quieres cenar? — pregunto jugando con la cola de Argos.



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En el texto hay: amor, asesinosjuveniles, brujas magia

Editado: 07.12.2018

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