El Secuestro de Ivette

Capítulo 46.1

La necesidad de descrubrir los secretos se podía convertir en el peor enemigo de cualquier ser humano, aun del más fuerte, del más siniestro,  o del más estupido.

Sorpresa, figli di santana´—Ivette estaba sentada sobre el gran furgón mientras veía a los grandes jefes de la mafia italiana, perder todo el color de su rostro.

—¿Ivette? —Alessio fue el primero en articular palabra.

Un ambiente tenso acababa de volverse espeluznante ante los ojos curiosos de todos que aun sin saber como, habian perdido todo el sentido de aquella situación desde, antes si quiera, empezará.

Hasta ese preciso momento, estaba todo fríamente calculado, los calculos llegaban hasta que ella descendiera de su altitud, entonces todos sus hombros tenían por orden disparar a cualquiera que le apuntara  con un arma o intentara acercarsele.

Dominico intento retroceder todo lo rapido y silenciosamente humano que pudo, subirse de nuevo a su jeep  y salir de allí, al menos lo  intento.

—Sorpresas que de la vida, ¿no? —Paso los manos sobre el capo y se bajo de allí, el sonido de sus botas impactando con el suelo retumbo en el silencio. —Un día podemos estos muertos y al otro día aparecer por arte de magia buscando venganza, ¿verdad, Dominico?

Camino hasta el Jeep que acababa de encendersele la luz, sus hombres la rodeaban. Aquello parecía una zona de guerra, nadie sabía quien era de quien, dar un solo movimiento era perder la vida, Alessio y los denmás apenas podían creer lo que veían.

Ella no parecía estar interesada en nada más que en Dominico quien infructuosamente, intentaba escapar.

—Debí tratarte como la animal que eres —siseo Dominico ciego de ira.

Ivette se carcajeo. Con el arma en la mano la arrastro mientras caminaba al asiento del piloto, la puerta ya estaba abierta.

—¿Tratarme como un animal?  —susurro enterrando lapequeña navaja en su mano derecha en el esofago —, ¿Acaso no me golpeoeste con latigo, me tiraste en una polciga?, ¿acaso no me raptaste sin motivo alguno?

»Ni siquiera tuviste los decencia de tratarme como un animal —Retorcía cada vez con más fuerza el puñal en su mano —, me trataste como un objeto.

» Me quitaste todo —Sonríe despectivamente —, casi me quitaste la fe, fuiste cruel, depravado, actuaste sin compasión alguna, estoy muy segura que solo funciona como organo sin sentir nada ese sucio corazón que tienes porque sin importar lo que me hicieras, es casi imposible ver como se lo hacias a tu hijo, saca un pañuelo de sus bolsillos y lo introdujo en el mismo sitio que estaba elpuñal Segundos antes —tu unico hijo y aun así no te sientes conforme con ello, aun peor —Se acerco un poco más a él —, le quitaste todo a tu hijo.

»El mismo hijo que decidio tu suerte sin ti. Sabía lo que te pasaría y te dejo.

—No, No, Dominic no —Quiso gritar sin fuerzas y con más dolor del que había sentido hace mucho tiempo.

—¡Oh sí! -Asintio con toda la satisfacción de quién encuentra un tesoro escondido —Dominic si, Se fue y te dejo, porque quiere que por lo menos tus últimos minutos de vida se sientan tan deplorables como él los últimos años —Empuño la navaja de su mano y segundos después la clavo en su pierna —. eres tan despiadado y poco compasivo,  deberias sentirte orgulloso, tu hijo puede ser tan despiadado, misógino yegoísta como tú.

»Feliz día del padre. —Con la navaja aún retorcida, destrozo su vena femoral —Pasarás tres minutos de pura agonía, y morirás, sólo.

Salío de allí sin mirar atrás,  dejo que sus hombres hicieron el trabajo sucia y le sostuvieron las manos
para que no acabará aquello más rápido.

—Bien señores, todo lo que conocen seguirá siendo tal y como es, o tal vez no —Se paseaba por el frente de todos ellos sin detenerse en ninguno —. Eso depende de las ganas de pelear que tengan, me gusta la democracia, pero se me da muy bien ejercer una dictadura.

Sin nada más que agregar camino hasta la puerta, levanto la mano derecha y con tres dedos arriba giro la mano, era una señal clara.

Todos podían salir de ahí.
 

—¿Ganar sirve si estoy sola?

—Pocas veces ganamos de verdad, y aún así ganarás y te sientes solo, perdiste todo cuenque te digas lo contrario. —El maestro entendia la verdad que le preguntaba. No había consuelo.




 

Jason caminaba pasos largos por el pasillo de la clínica.

El móvil no sonaba, los médicos no salían; toda la calma y la paciencia que había aprendido a tener años antes se estaban perdiendo en menos de cuarenta y ocho horas.

En dos días cumplía años, veinte años, desde ese mismo momento ya deseaba una vida más tranquila, al menos más estable. Era una nueva etapa, se merecía una vida mejor.

Todos lo merecían.




 

´Sorpresa hijos de satanas.

 



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En el texto hay: secuestro, escapes, amor pasion

Editado: 16.04.2024

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