El Septimo Mandamiento

IKER 5 - FINAL

La madrugada cayó, por las calles caminaba aquel drogado chico, sintiendo en los adentros de su alma, la tan dolorosa lucha de su madre, con tal de darles a ellos un mejor porvenir. A la mañana siguiente, la señora comenzó a buscar el dinero, un golpe al corazón recibió con esta cruel realidad, la abuela de los chicos llegó a visitarles, su hija Eunice la había invitado, y ella también quería tener la dicha de ver cuando su hija comprara la casa, lugar donde ella compartiría con sus nietos, porque ahora vivirían todos juntos.se armó un alboroto, Desgracia estaba en el patio de la casa, se encontraba viendo jugar algunos chicos del vecindario, Aracely se acercó a él, le comentó que su madre estaba muy mal de salud y que para rematar había perdido una cantidad de dinero, justo en ese momento ellos se dirigieron entrar, el chico se adelantó, Aracely escuchó que un amigo saludó a su hermano, ella fue hacia ellos, pues Iker no había llegado en toda la noche a la casa y quería ella saber si este tomó el dinero de su madre.

— ¿Por qué ya no has ido a la iglesia? Preguntó el amigo, e Iker le respondió grotescamente:

— Dios ya no cabe en mi vida. Asombrado de tal malcriada actitud, dicho amigo le dijo:

— Ay mijo, deberás que estas desviado, no sabes de lo que te pierdes, que pena que no quepa en tu vida, porque mi vida entera es de Dios. Iker tal parecía estar herido del alma respondió:

— ¿De que me sirve Dios, si yo estoy muerto desde hace muchos años? Es más, no le digas a nadie que me viste, no estoy, no existo, fallecí. Molesto su amigo jaloneó a Iker y le dijo:

— ¿Le robaste a tu madre? Acorralado antes las acusaciones, no le quedó más remedio que reconocerlo, pues; en todo el vecindario se hablaba del portafolio perdido con el dinero de una mujer luchadora, y de esta forma Iker dijo:

— ¡Sí! ¿Y qué? Comenzaron los reproches de aquel amigo:

— ¿Olvidaste el séptimo mandamiento? Sí, claro, era el que siempre olvidabas cuando en la escuela dominical nos lo preguntaban, que casual que lo olvidaste siempre, y mira se ve que lo olvidaste y tras de eso lo has roto, has ido contra Dios y contra la mujer que te cargó en su vientre por nueve meses y toda una vida en su corazón, crees que porque tengas un tatuaje de ella contigo en sus brazos, solo por eso borras el mal que le haces a tu madre. Burlándose dijo Iker:

— ¡Ay me vas hacer llorar! Dirigió entonces una pregunta el amigo:

— ¿Sabes cuál es el séptimo mandamiento de la sagrada ley de Dios? Por supuesto, Iker le respondió de inmediato:

— ¡No robaras! Toda mi vida he robado, Dios me dio por vida una mísera existencia, total, mira, valió la pena, me largo con 420 mil dólares, todo el amor que mi madre me negó, lo paga con todo este dinero, mijo, si Dios quiere evitar que le robe a mi madre este dinero, que lo intente, y tu, ten cuidado con volverte mi enemigo, no me conoces chaparrito de medio pelo. Sin temerle su amigo le dijo:

— A ti no te temo, temo a que la gracia de Dios se vaya de mí, me cuido de ser enemigo de Dios, yo sí que temo a que la gracia de Dios se aparte de mí, no de que un simple mortal como tú sea mi enemigo, de ti me puedo defender. Ante lo escuchado replicó Iker:

— Pues yo a partir de hoy tengo de amigo al diablo. Ante lo escuchado el amigo rebatió:

— ¡Me das lástima! Prefiero a Dios de amigo antes que a ti. Ya por fin molesto Iker respondió:

— ¡Lárgate! Apretaba sus puños con intenciones de arremeter con vipolencia; pero sosegadamente le decía—: Y no me has visto, o si no, de lo contrario, tu lengua terminara en el estomago de un perro, si hablas, te corto la vida, y ni tu Dios podrá salvarte. Justo cuando los amigos intentan agredirse, el mismo ladrón decide irse antes de ser descubierto, cuando lo decide gira para marcharse y tropieza con su hermana quien lo descubre con el portafolio en mano, misma muchacha que le dijo:

— ¿Vas a dejar en la calle a tu familia? Le había dicho Aracely, momento en el que con lágrimas en los ojos ella volvió a decirle—: ¿Le vas a robar a tu madre? Lastimosos momentos descargaban almas adoloridas, cuando el chico se escudó diciendo:

— Ella me robó las caricias, el amor, y la familia que debió darme, no le estoy robando, me estoy cobrando con dinero su abandono. Aracely abofeteó a su hermano, él solo le respondió—: ¡Quítate antes de que pierda la paciencia y olvide que eres mujer! Si me quieres, hazte a un lado, es hora de que yo sea feliz. Aracely estaba temerosa de que su hermano le hiciese algo, era otro, su cuerpo tatuado con símbolos de pandillas y el único que sobresalía era un tatuaje donde su madre lo cargaba a él cuando fue un bebé, lucia malicioso y mal vestido, completamente perdido en el mundo de las drogas; pero el peor tatuaje era el abandono de su familia, tal cual lo hizo, levantó la mano para golpear a su hermana quien le gritó:

— ¡Nooo! ¡Yo estoy embarazada! ¡Vas a ser tío! ¡Por tu sobrino, no nos dejes en la calle! Más molesto el hermano contestó:

— Embarazada del miserable Desgracia, eres una estúpida, otra maravillosa gracia que le debemos a nuestra querida madre llamada; Eunice, ¿Qué mas falta? ¡Que lastima me das hermanita! Vas a parirle un hijo al diablo. Y sin piedad empujo a su hermana, entonces al gritó de Aracely mientras caía, todos los que jugaban en el patio corrieron a ver lo que sucedía, vieron huir al chico y se dieron a una persecución en una loca carrera donde parecían perros persiguiendo al gato; pero este gato de malas mañas se robó una motocicleta, la cual era de un repartidor de pizzas, con ello se dio a la fuga, momento en el que la madre del mismo había salido de la casa y gritaba adoloridamente desde el fondo de su alma:

— ¡Hijito mío! ¡Dios te proteja! ¡Dios te proteja porque yo ya no puedo! La abuela de los chicos le dijo:

— He de llamar a la policía, tienen que ponerlo preso, es hora de que este malcriado lo lleven a una correccional y lo pongan en cintura. Pero el drama se intensificó, Aracely le dijo a su madre:



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En el texto hay: delincuencia, autoayuda, madres e hijos

Editado: 21.11.2020

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