El Silencio De Los Deseos

Realidad De La vida. Parte. — 2

Cuando las clases terminan todos se levantan para irse, entre el ruido Estefania se levanta y le da un pedazo de papel mientras se va del salón.

 —¿Detrás del colegio ahora?.

 Joan llega al lugar donde acordaron, ahí estaba ella esperando su presencia.

 —Por que no usaste el celular para decirme esto.

 —Porque asi podemos tener un recuerdo de nuestra primera juntada oficial como amigos.

 Él sonríe al oir esas tiernas palabras, acordándose que es su primer amigo en años o tal vez nunca los tuvo, eso lo hizo feliz, comenzó a sentir un cosquilleo en el estomago, se sienta y la invita a su lado con un gesto.

 —Vamos a comenzar.

 Ella se apresura en sacar una hoja y lápiz, al terminar de invertir su tiempo en esa acción levanta la vista para mirarlo fijos a los ojos y así regalarle toda su atención, él comienza a explicarle como debe actuar enfrente de las personas para poder socializar, invierte varios minutos en explicar lo mejor posible para que ella llegue a entender, una vez terminado, se pone de pie y la invita a hacer lo mismo.

 —Bien, como te dije, cada vez que te cruces con alguien le sonríes y te vas a ver simpática y amable. Haber dame tu mejor sonrisa.

 —¿Asi?.

 Ella trata de sonreír, pero se ve como una psicópata, forzada, sonríe como un acosador sonriera a las tres de la madrugada mientras espía a su víctima por la ventana cuando duerme, nada lindo de ver, Joan queda impresionado al verla, sabia que no se veria bien si la forzará a sonreír, si no fuera natural, pero no pensó que se veria de esta manera, él le tira con su campera sobre su cabeza para cubrirle la cara.

 —No. Definitivamente no.

 —Lo siento, intente esforzarme.

 Ella se lo saca mientras se descuida y respira sobre su campera, huele el perfume que se hayaba abrazado a él, sin darse cuenta se quedo oliendo mientras Joan la observaba si entender bien lo que ella trataba de hacer, levanta su mirada y ve que él la estaba mirando y una idea con peso de una piedra cayo en su mente haciéndola entender la situación incomoda que creo para ella, se saca la campera de su cara, se la tira y le da la espalda tapándose con su buzo toda la cabeza, Joan comenzaba a reirse.

 —¿Que haces?.

 —Nada, dejame sola.

 Al escuchar esas palabras se da cuenta de lo equivocada que esta la gente que la tilda de fenomena y la ignora, al igual que todos sufre y se avergüenza de sus propios actos.

 —Esta bien, fue tu primera sonrisa, si practicas te va a salir bien.

 —¿Me vi fea verdad?.

 —No, eres bastante linda como para verte fea solo por no sonreír naturalmente, solo fue incomodo.

 —¿Linda?.

 —Perdon, no fue mi intención, es que...-.

 —Eres el primero que me lo dice.¿Dices que me va a salir?.

 —Si, estoy seguro de que si.

 Él reposa su mano en su cabeza, pero se acuerda de que a ella no le gusta que la toquen y rápidamente la saca para cubrirse del golpe, pero no recibe nada, ella le sonríe forzosamente y el se ríe.

 —Bien, sigamos.

 Ellos siguen practicando durante 2 horas, como saludar, observar, pedir y demas cosas, que poco a poco las ira aprendiendo con el tiempo.

 Una vez que se cansaron deciden irse a casa, pasan por una maquina expendedora para tomar una gaseosa, insertan el billete y selecciona dos, las expulsa y le da una a Estefania, ella lo recibe y trata de pagar su parte, pero es rechaza.

 Salen del colegio y él trata de abrir su lata, pero esta muy dura, comienza a poner toda su fuerza y sale bruscamente el refresco empapando a ambos con gaseosa, mas a Joan que lo recibió de frente, enojado gira preocupado para verla a ella y se estaba riendo, no era la misma sonrisa y risa aterradora que vio hace unos minutos, esta era autentica, con un brillo especial, su imagen cambio, como esa persona escondía esa sonrisa tan bella de los demas, Joan se contagia de su gracia y ambos ríen a carcajadas despegando su imaginación, en su mente se repite una y otra vez lo sucedido, les cuesta dejar de reír, forzados a parar dejan de hacerlo.

 Ella le entrega una pequeña toalla, la toma y comienza a secarse mientras comienza a oler un aroma dulce, suave, que le hace sentir un cosquilleo en el estomago, ¿Sera el perfume de ella? Una de las tantas preguntas que se hacían presente en su cabeza, luego de limpiarse se lo entrega y se da cuenta que le presto su toalla antes de secarse, un acto que muchos dejarían pasar por alto, pero él se dio cuenta y le hizo bien ver que ella pusiera primero a él antes que ella, un valor que con los años se ha hecho invisible en nuestras vidas.

 El la acompaña hasta la parada de colectivos y se queda ahí esperando a que suba, se despiden y ambos parten en caminos diferentes, mientras camina a casa comienza a sonreír al pensar que escucho su risa, delicada y baja, estaba contento ya que volvió a ver esa sonrisa que tanto lo conmovió.

 Cuando llega a casa nota un silencio no común, pero no le da importancia porque estaba perdido en su mente, se calienta la cena, come y sube a su cuarto, entra y se encuentra con Erick que estaba sentado sobre un colchón tirado en el suelo.

 —¿Que haces aquí?.

 —Tu mama me mando a dormir al comedor, pero no quiero estar solo, ahí abajo esta muy oscuro.

 —Aveces no creo que seas adulto, ¿pero por que te mando? ¿Que paso?.

 —Tu mama estaba enojada porque hablabas con esa chica y yo trate de defenderte diciéndole que ya estabas en edad para tener novia y andar besándote y esas cosas, así que se enojo y me echo.

 —Ya sabes como es ella.

 Él sigue hablando con Erick y le suena el teléfono, lo saca y abre los mensajes que Estefania le había mandado y se encuentra con varias fotos tratando de sonreír, no era la misma sonrisa suave, era mas fría y de una loca, bloquea su celular de inmediato.

 —Mejor quédate, yo tampoco quiero dormir solo.

 —¡Excelente! ¿Adivina que alcance a sacar?"




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